Eran las 2:53 de la madrugada del pasado 24 de diciembre cuando Emily Johana Quebedo y Andrés Julián Moreno vieron y escucharon el disparo que acabó con la vida de su amiga y periodista de la ONU Natalia Castillo.
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Natalia Castillo Preciado trabajaba para oficina de la UNODC en Colombia.
Twiiter @NATYUJUNA
“Le dijimos a Natalia que soltara el celular, luego, solo fue el disparo; los delincuentes corrieron hacia el Campín, llamamos a la Policía, pero Natalia ya estaba sangrando por la boca”. Así quedó plasmada la declaración de los acompañantes de Castillo la noche de los hechos y que fue leída por el fiscal 12 del caso ante el juez 47 con funciones de control de garantías este lunes.
Ante la descripción de la macabra escena del crimen y el material probatorio, se espera que el juez dicte hoy medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de Javier Enrique Ramírez, alias Porki, y Ángel Rolando Colina, alias Ángelo, supuestos asesinos de la comunicadora, capturados el pasado 12 de febrero.
De acuerdo con el relato de la Fiscalía, los delincuentes, de nacionalidad venezolana, habrían estado rondando el sector de Galerías aproximadamente una hora antes de encontrarse con Natalia y sus amigos la fatídica madrugada del 24 de diciembre.
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“Nosotros salimos del bar y cruzamos a comer algo en la esquina, en un lugar que se llama ‘La perrera del mono’, de ahí caminamos hasta la casa donde Natalia y Julián iban a pedir su taxis” se escuchó en la declaración de Quevedo.
No obstante, a la misma hora, los delincuentes ya estaban al acecho. Las cámaras de seguridad del sector captaron cómo desde las 2:09 a. m., 43 minutos antes del homicidio, los hombres señalados se movilizaban en un carro gris buscando, según la Fiscalía, marcar a las nuevas víctimas de la noche.
En la diligencia de legalización de captura e imputación de cargos se les acusó a los extranjeros de homicidio y hurto agravado; pese a ello, los dos decidieron negar los cargos. Pero la acción de los investigadores fue más allá, y en una labor de seguimiento se pudo establecer que tanto Ramírez como Colina agredieron a Natalia, la golpearon y luego de tirarla al suelo le dispararon con un arma traumática modificada que llevaba en el proyectil de goma una esfera metálica que se incrustó en el tórax de Castillo y nunca salió, como narró el dictamen de Medicina Legal.
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“A la Fiscalía y los jueces les pedimos que sea el momento de emitir condenas ejemplarizantes en este caso y pedimos a las autoridades que los capturados sean condenados a la pena más alta posible, que no se les otorgue ningún beneficio, que nunca vuelvan a estar en libertad y mucho menos vuelvan a causar la muerte de otra persona” afirmó Nelson Castillo, padre de la víctima.

Familiares de Natalia Castillo se pronuncian sobre capturas.
César Melgarejo
Desde la calle 57 C con transversal 25, en la escena del crimen en Galerías, hasta la calle 22 con carrera 14, en el sector de Santa Fe, la Fiscalía logró identificar el recorrido que los delincuentes realizaron luego de quitarle la vida a la periodista. En ese lugar, al parecer, los asesinos habrían ingresado a las cuentas bancarias de las víctimas y realizado transferencias monetarias que fueron retiradas en Medellín.
Una comerciante de la zona, que declaró anónimamente en el caso, dijo que un día después de los hechos escuchó cómo dos de su clientes hablaban de lo sucedido con Castillo: “marica, ganada la vuelta, pero tocó pegar a la piroba porque no quiso entregar el celular allá en Galerías”. Así, la mujer narró la conversación que escuchó entre dos ciudadanos venezolanos que se movían en un carro gris y que llegaron a su negocio para comprar un ‘cuero’ para fumar marihuana.
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La representante de las víctimas, Mirian Pachón, dijo que “como representante intentamos que no haya repetición y que se apliquen las penas máximas a los delincuentes que atenten contra la vida”.
La delincuencia en el sectorSegún la información de la Secretaría de Seguridad, el sector de Galerías fue la UPZ con más casos de homicidio en 2021 con 4 reportes en la localidad de Teusaquillo. Por su lado, la alcaldesa de la localidad, Rosa Isabel Montero, dijo: “Hemos venido trabajando en conjunto con la Policía en operativos de control y prevención de delitos y estamos adelantando mesas de trabajo con la comunidad para establecer un plan de seguridad”.
Sin capturas por atraco de Daniela Ávila en GaleríasOtro de los violentos atracos en la zona de Galerías fue el caso de la joven Daniela Ávila, quien fue víctima de un violento atraco el miércoles 2 de febrero a plena luz del día, a las 6 de la mañana, cuando salía para su trabajo.
Justo cuando pasaba por la carrera 17 con calle 53, pasando por el parque Lleras, fue abordada por tres hombres uno de los cuales aguardaba en un carro de marca Aveo Emotion de placas GVR939 de color azul.
La víctima se percató de que uno de ellos tenía un arma de fuego mientras que el otro la amenazaba. “Le pidieron de forma agresiva el celular y pues ella como acto reflejo comenzó a correr por la carrera 20 hacia el sur”, contó su pareja.
No obstante, los atracadores no la querían dejar huir. La persiguieron hasta que la cogieron de su maleta y la arrastraron unos cinco metros. Ella solo gritaba que no tenía nada de valor en su poder mientras los agresores la amenazaban con ‘pegarle un pepazo’.
Ella sigue defendiéndose, grita auxilio y justo en ese momento uno de los atracadores la golpea de forma inclemente con el arma de fuego y acciona su arma que, afortunadamente, no hirió su cuerpo.
A pesar de que había varios ciudadanos solo uno en especial la auxilió, fue el mismo hombre que tomó las placas del vehículo en el que se movilizaban los delincuentes quienes huyeron hacia el norte de la ciudad.
La joven sufrió un trauma grave en su cráneo y tuvo afectado el oído. “Nosotros ya pusimos la denuncia, pero esto que pasó evidencia que los atracos en esta zona siguen pasando y a plena luz del día. Mi novia va a quedar con graves daños físicos y psicológicos”, dijo Ávila.
EL TIEMPO consultó a la Policía Metropolitana, pero hasta el momento no había información relevante sobre la identificación de los atacantes o de su captura. La familia sigue esperando justicia.
EL TIEMPO