El mundo taurino está triste. El lunes en la noche murió Fermín Sanz de Santamaría, nieto de Ignacio Sanz de Santamaría, quien donó los terrenos y construyó la Plaza de Toros La Santamaría.
Don Fermín, quien tenía 86 años, honró su legado siendo uno de los ganaderos más importantes del país, pues su ganadería, Mondoñedo –hoy en manos de su hijo Gonzalo– es una de las divisas pioneras y más reconocidas en Colombia y Suramérica.
Además, fue uno de los más firmes luchadores en defensa de la fiesta brava y de la Plaza de Bogotá. Protagonista de las ferias en los últimos 60 años, los toros fueron su pasión desde joven.
Fue también el primer empresario de la plaza de toros de Manizales y fundó la Asociación de Ganaderos de Lidia.
En ceremonia muy familiar será cremado este miércoles, y mañana jueves, a las 11 de la mañana, habrá una misa en la capilla del Gimnasio Moderno.
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