¿Prohibir o no el parrillero en motocicleta en Bogotá? Esta, la eterna pregunta en el debate de inseguridad capitalina, revivió, una vez más, por motivo del asesinato del patrullero Edwin Caro a manos de dos delincuentes que se movilizaban en moto este miércoles en El Nogal.
En principio, la opción parece no estar en la baraja de las autoridades. Este jueves, en su paso por el homenaje al Policía, la alcaldesa Claudia López se refirió al tema.Lea también: Video: el momento exacto cuando le disparan a patrullero Edwin Caro
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"Eso ya se ha hecho en el pasado y desafortunadamente no tuvo un impacto positivo en reducir realmente los delitos. Es una medida que afecta la movilidad de gente humilde en Bogotá, que usa la moto para trabajar y está evaluada. Hay evaluaciones de impacto y no lo ha tenido. Estaremos evaluando todas las medidas necesarias", manifestó la alcaldesa.
EL TIEMPO, además, conversó en la mañana de este jueves con el Secretario de Seguridad, Hugo Acero, quien indicó que las cifras justificarían esta reserva del Distrito para decidir restringir el parrillero en moto.
"En los últimos días nos hemos reunido con grupos de motociclistas y ellos nos han hecho caer en cuenta de algo: son más de 480.000 motos registradas en Bogotá y que al día ingresan otras 250.000 de municipios cercanos. Cuando uno identificaba delitos cometidos por personas en moto, es menos del 1 %. Si uno tomara una medida como restringir el parrillero, estaría perjudicando a más del 99 % de las personas que transportan familiares o amigos. Entonces los parrilleros tendrían que usar el transporte público", argumentó Acero e insistió, "hay que estudiar muy bien si en algún momento se piensa el tema del parrillero.
Por el momento, la Policía adelanta "controles en calle para verificar antecedentes, documentos de la moto", como explicó Acero.
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EL TIEMPO, en un informe publicado recientemente, había expuesto las cifras de los delitos sobre motos. Allí, se indicó que "entre el 2017 y el 2020, del total de los hurtos en Bogotá, en el 6,5 por ciento de los casos, las víctimas mencionaron el uso de una moto por parte de sus victimarios. Cifras más recientes indican que en 2020, hubo 8.391 hurtos con moto y, en 2019, 9.502: la reducción fue del 11,69 por ciento".
En ese momento, la Secretaría de Seguridad indicó que: "alrededor de 485.000 motos están registradas en la ciudad, lo que indicaría que menos del 1,8 por ciento de las motos estarían relacionadas con hurtos. Esto si solo cada motociclista cometiera un solo delito, pero una sola moto puede ser utilizada para la comisión de varios delitos. Por lo tanto, este porcentaje es menor. Es decir, menos del 1 por ciento de los motociclistas están relacionados con delitos"
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Eso, por el lado de las cifras. Pero por el lado de la experiencia, hay opiniones encontradas sobre la restricción.
Bogotá ya vivió una vez, en 2018, un piloto de restricción de parrillero en un polígono específico. Según informes de esa estrategia de la administración de Enrique Peñalosa, cuando se implementó la medida, hubo una reducción del 27,5 % de hurto en motocicleta y una caída del 33,5 % el hurto de celulares. En su momento se dijo que el hurto a personas y el de celulares fuera de esta área de restricción también cayeron en un 5,9 y un 3,3 %, respectivamente.
Sin embargo, a ojos de expertos, la complicación que trajo la estrategia fue la mutación del delito.
“(La moto y el parrillero) se usan para facilitar el raponazo, los hurtos a residencias, a establecimientos comerciales, y de autopartes, pero no se ha demostrado que sea exclusivo de los parrilleros el hurto. Cuando se genera la restricción aparecen otras modalidades. Ya no van en una moto con parrillero, sino una persona en cada moto cumpliendo su función: el campanero, el que hurta y el que amedranta. O se acude al uso de carros o de bicicletas. El problema de base no es el parrillero, sino la ocurrencia del hecho”, le explicó a este diario, en otro análisis sobre el tema, el experto en políticas públicas y seguridad Johan Avendaño
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A su vez, un estudio del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de los Andes, publicado a mediados de 2020, analizó las restricciones de parrillero en 25 ciudades de Colombia para comprobar si habían sido efectivas para reducir el crimen. Al final, el estudio apuntó que no se hallaron “grandes efectos de estas medidas, ni efectos duraderos sobre el delito. Dado los costos de vigilar su cumplimiento y los costos que se imponen sobre la ciudadanía, las autoridades locales deberían buscar otras alternativas de política pública en materia de seguridad”.
Sin embargo, pese a estas reservas, otros entes territoriales sí han adoptado la restricción al parrillero en moto. En febrero, por ejemplo, Soacha adoptó la prohibición para transportar parrillero hombre entre las 9 p. m. y las 4 a. m.
Para ese entonces, el alcalde de Soacha, Juan Carlos Saldarriaga, indicó que "cerca del 70 por ciento de los hurtos que se han ocasionado en la ciudad en enero han sido por parrillero en moto”.
En medio del debate están otros reportes ciudadanos de hechos de inseguridad que involucran a motos y parrilleros. Otro, de hecho, ocurrió este miércoles, casi al tiempo del asesinato del patrullero.
En el Restrepo, tres ciudadanos que había retirado dinero de un banco fueron interceptados por dos delincuentes en moto. "Uno de ellos dispara y hiere a uno de los ciudadanos que iba en el carro: el conductor del vehículo reacciona de manera rápida y le echa el carro encima a la moto. Sale un delincuente lesionado. Según dicen, dos de las personas que iban en el vehículo se bajan y tratan de desarmar al delincuente que había disparado. Y en ese forcejeo con la misma arma del delincuente terminan matando a uno de los dos asaltantes", le relató Acero a EL TIEMPO.
Otro hecho reciente fue el del taxista, Miguel Ángel Gamboa, asesinado por dos delincuentes en moto. Gamboa los chocó cuando ellos trataban de huir de un fleteo. En medio de la confusión, los delincuentes le dispararon y mataron al taxista.
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También está el caso de Jorge Ramírez, un hombre de 42 años asesinado por dos ladrones en moto que lo abordaron, lo robaron y, cuando lo tuvieron indefenso, con los brazos en alto, le dispararon.
(La historia: Entregó la moto, levantó las manos y, aún así, ladrones le dispararon)
Entonces, lo cierto es que mientras las autoridades definen un plan de acción por esta modalidad de hurto que existe, se seguirán contando casos, heridos y, desafortunadamente, víctimas fatales.
BOGOTÁ
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