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Bogotá

Motivaciones y riesgos del auge de los kits de defensa personal

La más reciente encuesta de percepción ciudadana de Bogotá Cómo Vamos evidencia que solo el 27 % de los bogotanos se sienten seguros en la ciudad.

La más reciente encuesta de percepción ciudadana de Bogotá Cómo Vamos evidencia que solo el 27 % de los bogotanos se sienten seguros en la ciudad.

Foto:Abel Cárdenas - EL TIEMPO.

Cada vez más personas adquieren estos elementos buscando sentirse seguras. 

Óscar Murillo
Hace algunos meses, una mujer, que por seguridad prefirió no revelar su identidad, fue víctima de un violento hurto en el puente peatonal de la calle 121 con carrera 9.ª, el mismo sitio donde la noche del jueves 30 de enero pasado, un médico mató con un arma de fuego a tres presuntos ladrones que lo atacaron.
La víctima fue abordada por tres personas que iban con armas blancas y que no solo le quitaron sus pertenencias, sino que también la golpearon. La agresión le dejó una lesión en el rostro por la que recibió una incapacidad de 15 días. El dramático suceso, ocurrido a pocas cuadras de su casa, la marcó a ella y a su familia, al punto de que están alistando todo para irse del país.
“Hay demasiada inseguridad. La semana pasada, cerca de Unicentro, vi que unos tipos se le fueron a una muchacha encima y me tocó meterme a un restaurante. La verdad yo no me siento segura acá, estamos haciendo papeles para ver si podemos irnos para Estados Unidos. Acá, uno vive con zozobra por una inseguridad espantosa, no me siento segura para nada”, relató.
Sin embargo –cuenta la ciudadana–, mientras se van, su esposo decidió adquirir un arma de fuego y ella, un kit de defensa personal que carga principalmente cuando va en compañía de su pequeña hija.
Como ella, y ante el crecimiento del número de los atracos en la ciudad (en enero aumentaron en un 30 %), son muchas las personas, principalmente mujeres, que han decidido adquirir estos elementos de protección, que se venden libremente en establecimientos comerciales de la ciudad o por internet.
Un combo de defensa personal suele incluir un tambo (bastón de acero alargable), un Taser recargable con estuche, gas pimienta, carné de porte, manopla y algunos ofrecen un obsequio por la compra. Este equipo puede adquirirse completo por menos de 60.000 pesos o por separado (vea gráfico).
Para Alberto Sánchez, investigador en temas de seguridad, una de las principales razones que están llevando a que la ciudadanía opte por este tipo de elementos es la alta percepción de inseguridad. La más reciente encuesta de percepción ciudadana de Bogotá Cómo Vamos (BCV) evidencia que solo el 27 % de los bogotanos se sienten seguros en la ciudad.
“Hay un primer factor, y es que en alguna medida esto debería producir una reflexión sobre lo que genera la percepción de seguridad. Muchos medios, sobre todo los que son noticieros del mediodía, no son muy conscientes del tipo de narrativa que instalan sobre la seguridad, al crear una sensación de riesgo permanente que no es objetivamente cierta”, opinó el experto.
Según la última encuesta de percepción y victimización de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), el 51 % de los ciudadanos tienen como principal fuente de información sobre temas relacionados con la seguridad los noticieros de televisión, seguidos por las redes sociales, con 17 %. 

Se cree que se puede hacer uso de ellos de forma indiscriminada, y mientras su porte no esté autorizado se incurre en una infracción grave

Los retos en esta materia son enormes, ya que la sensación del aumento de la inseguridad entre los ciudadanos, que la alcaldía de Peñalosa se propuso dejar en 45 por ciento, incrementó en los últimos cuatro años, y según la CCB, se ubica en un 63 por ciento. Es decir, en Bogotá, 6 de cada 10 personas creen que la inseguridad va en aumento.
Para Sánchez, quien adquiere este tipo de kits de defensa lo hace para sentirse seguro, tal y como lo puede hacer un ciudadano cuando instala un sistema de alarmas o de videovigilancia en su hogar. Esto significa que no hace falta haber sido víctima de un atraco para tomar la decisión de protegerse con este tipo de armas no letales.
Así pasó con otra mujer, quien tampoco reveló su nombre, pero que reconoció que compró este combo por internet ya que algunas de sus amigas que fueron robadas se lo recomendaron. Sin embargo, solo suele llevar con ella el gas pimienta, porque le da miedo usar el Taser. No obstante, dice sentirse más segura cuando lo carga en su bolso.
Gas pimienta, prohibido por el código de Policía.

Gas pimienta, prohibido por el código de Policía.

Foto:Héctor F. Zamora / ELTIEMPO

Para el doctor en Sociología y profesor de la Universidad del Rosario Carlos Charry, el principal riesgo de tener estos elementos es su utilización indebida o que queden al alcance de niños.
“Además se cree que se puede hacer uso de ellos de forma indiscriminada, y mientras su porte no esté autorizado se incurre en una infracción grave. Siendo claro que la legítima defensa ocurre solo en casos de proporcionalidad”, manifestó.
Este planteamiento es importante ya que, según los testimonios de algunas personas que han comprado estos kits, les entregan un carné que demuestra su adquisición, pero no les dan un curso que certifique su capacidad para usarlos.
“Por ejemplo, los tambos requieren un entrenamiento complejo para entender cuándo debe usarse, cuándo no y cómo protegerse con él”, añadió Sánchez. El investigador agregó que otro riesgo de tener estas armas en casa es que en un posible evento de violencia intrafamiliar pueden ser elementos que eleven la agresión o incluso provoquen un homicidio.
Son muchas las personas, principalmente mujeres, que han decidido adquirir estos elementos de protección, que se venden libremente en establecimientos comerciales de la ciudad o por internet.

Son muchas las personas, principalmente mujeres, que han decidido adquirir estos elementos de protección, que se venden libremente en establecimientos comerciales de la ciudad o por internet.

Foto:Abel Cárdenas - EL TIEMPO.

No obstante estas advertencias, la tendencia a que los ciudadanos –principalmente las mujeres que se sienten vulnerables en las calles y el transporte público– se armen con estos combos de autoprotección va en aumento.
En los últimos cuatro meses, según datos de una plataforma de comercialización de estos objetos en internet, solo dos tiendas han hecho 11.549 ventas. En un sondeo realizado a través de la cuenta de Twitter @BogotaET, el 86,2 por ciento de los participantes votó estar dispuesto a comprar estos elementos.
“Como mujer he sido objeto en varias oportunidades de robo y merezco defenderme”, manifestó Alexandra Barbosa, una de nuestras lectoras.

Un problema social

Para el doctor Charry, el problema subyacente es que a los ciudadanos nos falta mayor confianza en las instituciones y en otras personas.
“Si bien se debe insistir en la precaución del día a día, para ‘no dar papaya’ como dicen las personas coloquialmente, esa precaución no debe convertirse en prevención y desconfianza. Hay importantes experiencias que evidencian que la solidaridad entre ciudadanos actúa como una especie de red de protección en estos casos”, opinó el experto, quien agregó que es necesario dejar la indiferencia y ser más colaborativos.
Adicionalmente, una discusión que surge en este tema es qué tipo de reglamentación hay para la comercialización, porte y uso de estas armas no letales.
Según fuentes de la Policía Metropolitana de Bogotá, de acuerdo con lo que ordena el nuevo Código de Policía, “el porte de esos elementos es permitido pero restringido en ciertos lugares, o si la persona llega a ser sorprendida incurriendo en un comportamiento contrario a la convivencia, el arma podrá ser incautada e inclusive destruida”.
Para Sánchez, existe un problema de regulación enorme. “Tenemos en alguna medida una regulación comercial, pero no de uso. Más allá del Código de Policía, no hay una regulación efectiva que reflexione sobre cómo están siendo usados estos elementos. Hoy en seguridad nadie puede regular esos elementos, ni la comercialización ni la importación”, concluyó.
Por último, las autoridades han reportado casos de hurtos cometidos por delincuentes que iban armados con este tipo de objetos de defensa personal. De allí que su control y reglamentación deben ajustarse lo antes posible para impedir que estas situaciones sucedan en la ciudad.
ÓSCAR MURILLO MOJICA
EL TIEMPO
Óscar Murillo
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