Padres, hermanos, esposas e hijos angustiados esperaban información de sus familiares detenidos en las afueras de la Unidad de Redacción Inmediata (URI) de la localidad de Puente Aranda, después de que a las 8:50 de la mañana del miércoles, un grupo de retenidos propició un amotinamiento dentro de las instalaciones, algunos con la intención de fugarse y otros para pedir que se mejoren las condiciones del lugar.
La Policía Metropolitana de Bogotá aseguró que los enfrentamientos dejaron un saldo de 12 heridos, entre ellos nueve detenidos y tres agentes de la policía que prestaban vigilancia.
Además, el coronel Andrés Torres, comandante de Seguridad Ciudadana, agregó que las celdas tienen una capacidad para 80 personas pero en la actualidad hay 191 detenidos, lo que causa aglomeración en las instalaciones.
“Tenemos un problema con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), teniendo en cuenta que las cárceles tienen un alto grado de hacinamiento”, puntualizó Torres, quien añadió que “hay una coordinación con ellos (Inpec) para que a medida que van saliendo detenidos de sus cárceles vayan recibiendo paulatinamente las personas que tenemos en las URIS de las estaciones de Policía”.
Según los familiares, todo marchaba bien como cada 15 días, cuando permiten a los familiares ingresar alimentos y elementos de aseo a los reclusos.
“Estábamos haciendo la fila común y corriente, hasta que los policías empezaron a decir que la comida no se podía entrar en icopor, que tocaba en bolsas plásticas”, expresó Camilo Ramírez, familiar de un detenido, quien agregó que se empezaron a escuchar gritos y vidrios que se rompían.
“Los mismos muchachos iniciaron la revuelta porque saben que no dejan entrar todas las cosas que nosotros les traemos”, dijo Ramírez.
Aunque el TIEMPO pudo comprobar que familiares tenían la comida en bolsas y marcadas con el nombre de la persona retenida, las autoridades informaron que a las personas se les permite el ingreso de la comida en cajas de icopor, pero que se hacen unas previas revisiones, porque muchas veces dentro de la comida esconden armas blancas y sustancias estupefacientes.
Otra de las inquietudes que EL TIEMPO encontró a las afueras de la URI de Puente Aranda fue el uso de celular de los detenidos dentro de las instalaciones. Un periodista de la redacción Bogotá pudo hablar al respecto con una de las personas que se encuentra detenida, quien además le realizó una llamada a su esposa para informarle que se encontraba bien.
"Llamen a la Defensoría del Pueblo, nos están dando la comida en condiciones precarias, nos pegan, hay personas enfermas y no las llevan al hospital. No nos están dando el derecho que tenemos", dijo el detenido.
La Policía Metropolitana ha realizado pesquisas y ha encontrado 15 celulares pero no se explica cómo los están ingresando.
Llamen a la Defensoría del Pueblo, nos están dando la comida en condiciones precarias, nos pegan, hay personas enfermas y no las llevan al hospital. No nos están dando el derecho que tenemos
Por otra parte, la preocupación de los familiares no solo queda en el ingreso de comida, sino que denuncian que hay policías que les están cobrando por entrarles pertenencias a sus hijos, hermanos o esposos.
"Yo le pagué 500.000 pesos a un policía para que me le entrara unos elementos de aseo, cobijas, gaseosas y unos cigarrillos a mi hijo", anotó una señora que no quiso revelar su nombre y quien agregó que, la transacción del dinero se realiza en uno de los restaurantes aledaños a la institución. "La plata se deja en el baño y los policías van y la recogen", puntualizó.
En contraste a estas afirmaciones, el coronel Andrés Torres, encargado de controlar el amotinamiento, dijo que "no tenemos información respecto actividades de corrupción, pero estamos prestos para recibir las denuncias pertinentes" finalizó.
En lo corrido del año se han presentado cinco amotinamientos, unos más delicados, pero según el coronel este habría sido el que a ocasionó más problemas.
Andrés Zapata
REDACCIÓN BOGOTÁ
Comentar