“El estallido fue muy fuerte. La noche del viernes, uno se asomaba y salía vapor y humo. Veo difícil que salgan con vida. Esperamos que Dios les dé otra oportunidad”, dijo este sábado Javier Rincón, un curtido minero de Cucunubá, Cundinamarca. Un hermano y un primo suyos forman parte del grupo de cinco personas que quedaron atrapadas en una mina en la vereda Pueblo Viejo de ese municipio.
Sin embargo, este sábado en la noche el equipo de rescate informó haber hallado los cinco cuerpos faltantes y que estaba adelantando las labores de identificación de estos.
Los organismos de rescate los buscaron incansablemente desde la noche del viernes, tras escucharse tres explosiones en un socavón vecino, al parecer por acumulación de gas metano, que repercutió en la mina en la que trabajaban.
Según el último reporte entregado por la Agencia Nacional de Minería, el número de personas muertas luego esa emergencia registrada en las minas El Cerezo y La Guasca, de Cucunubá, asciende a 13.
El único sobreviviente que se conoce fue identificado como Mario Velosa, quien sufrió quemaduras.
Hasta el lugar de los hechos, a unos siete kilómetros del casco urbano de Cucunubá y por una vía destapada, llegaron rescatistas de la Cruz Roja, Bomberos de Cundinamarca, funcionarios de Gestión del Riesgo a nivel nacional y departamental, Ejército y un equipo de siete ingenieros de salvamento minero.
El viceministro de Minas y Energía, Carlos Cante, dijo que las minas estarían operando sin cumplir con las normas de seguridad correspondientes.
“Según las coordenadas, hemos registrado que las minas comprometidas no cumplían con todas las autorizaciones para operar. Eso forma parte de la investigación”, señaló el viceministro Cante.
El accidente provocó el fallecimiento de Juan Felipe Carrillo, Freddy Humberto Rodero, José Antonio Bello, Ferney Calderón, Belarmino Bello, Carlos Alfonso Rodríguez, Jonás Pabón y Clemente Pabón.
Sus familiares se agolparon frente al hospital de Ubaté, el municipio vecino a la tragedia, esperando el traslado de sus cuerpos para realizar los respectivos actos fúnebres. Aún falta la identificación de los cinco cuerpos hallados al caer la tarde de este sábado.
“Con Jonás y Clemente Pabón, y José Antonio y Berlamino Bello nos conocíamos desde niños, acá en Cucunubá. Llevaban como 10 años de mineros. Eran personas muy divertidas; con ellos tomábamos en las tiendas, ya fuera en Ubaté o aquí en el pueblo”, contó Campo Elías Moreno, compañero de los fallecidos.
Rigoberto Bello, tío de José Antonio Bello, otro de los fallecidos, dijo: “Vivo a dos kilómetros de la mina y hasta allá se escuchó la explosión, así fue como enteré del accidente. Mi sobrino llevaba unos 20 años trabajando en las minas y cuando subimos nos encontramos con la tragedia”.
La Agencia Nacional de Minería (ANM) anunció que, una vez terminadas las labores de rescate, esa entidad investigará las causas del accidente.
Por lo pronto, Silvana Habib Daza, presidenta de la ANM, advirtió que “una de las minas no tiene título minero, por lo cual no tenía autorización para ninguna actividad” y agregó: “La otra tiene título, pero no autorización ambiental para explotar, eso lo estamos verificando. En este momento nos dedicamos al salvamento minero; cuando este termine se iniciará la investigación”.
Según datos de la ANM, en 2017 se han realizado 27 rescates de mineros, seis de ellos en Cundinamarca. El 80 por ciento se llevaron a cabo en minas de carbón subterráneas o de socavón. Sin embargo, el accidente de Cucunubá ha sido el más grave en todo el país este año. En 2008, Pueblo Viejo, la misma vereda en la que se registraron las explosiones del viernes, también había registrado una tragedia similar que dejó ocho mineros muertos tras explosiones por acumulación de gas metano.
JOSÉ DAVID RODRÍGUEZ
Enviado especial EL TIEMPO
Cucunubá, Cundinamarca