Edison Cervera Guarnizo, alias Pirry, señalado de haber participado en el crimen que terminó en la desaparición, tortura y asesinato de la menor Lynda Michelle Amaya Buelvas, podría quedar en libertad.
Como le confirmó la familia de la menor a este diario, este 17 de mayo se programó la diligencia de libertad por vencimiento de términos. Actualmente, alias Pirry enfrenta un proceso por homicidio agravado, tortura agravada, hurto calificado y agravado, concierto para delinquir y tráfico y porte de estupefacientes.
(Le puede interesar: Hace un año torturaron y mataron a Michelle Amaya y aún no hay justicia)
De acuerdo con Nathalie Amaya, madre de la menor asesinada, la audiencia de alias Pirry se ha aplazado al menos cuatro veces desde enero de 2021, cuando comenzó el proceso. El último aplazamiento ocurrió, precisamente, este año, cuando la audiencia fue aplazada de febrero al 26 de mayo de mayo de 2022.
Así las cosas, ocurriría primero la diligencia por vencimiento de términos que la audiencia que estaba pendiente. "La Fiscalía dice que no ha recibido las pruebas. Pero Policía Judicial sí hizo las investigaciones", sostiene Nathalie Amaya.
El abogado de las víctimas le explicó a este diario que la audiencia pendiente es una audiencia preparatoria que, en febrero, no se pudo hacer debido a que "la Fiscalía no hizo un traslado de elementos a la defensa y, por tanto, la misma Fiscalía solicitó aplazamiento. Es una copia espejo que hace falta darle a la defensa".
Édinson Cervera Guarnizo es jefe de ‘los Tazmania’ y según indican sus registros en la plataforma de la Rama Judicial, estaba relacionado con los delitos de fabricación, tráfico o porte ilegal de armas o municiones y ya había estado en la cárcel. Entre finales de 2019 y principios de 2020, el hombre quedó en libertad.
"Le pedimos a las autoridades que agilicen la audiencia. No pueden permitir que este señor quede libre, es absurdo que lo suelten", agregó Amaya y aseguró que dejar a alias Pirry en libertad podría ponerla en riesgo a ella y a su familia.
¿Qué puede pasar ahora? Según el abogado de las víctimas hay dos posibles escenarios: que el juez no los tome como una organización delincuencial y se venza los términos ordinarios o, por el contrario, que lo tome como un grupo delincuencial y, así, por ley, no haya vencimiento términos y se tenga tiempo para avanzar al juicio oral.
Esa decisión podría ocurrir el 17 de mayo.
(Para seguir leyendo: 46 días de dolor: esta es la historia de la búsqueda de Michelle Amaya)
En febrero, Amaya se había contactado con EL TIEMPO para confirmar que se había logrado sentenciar al resto de la banda a 41 años y 9 meses de prisión por el asesinato de la menor. Entre los involucrados estaban:
- Los hermanos José Francisco Daza Alarcón, alias Chepe, y Wílmar Andrés Daza Alarcón, alias Andrés
- Juan Carlos Mendivelso Ibáñez, alias Juan Carlos
- Jakeline Cala Nieves, alias Jakeline. Como reveló la Unidad Investigativa, “manejaba el expendio de droga de la banda ‘Tazmania’ y abría y cerraba la reja del lugar donde recibían a los clientes”. Cala también tiene antecedentes que la vinculan con tráfico de estupefacientes y que la habrían llevado a estar presa en la cárcel El Buen Pastor. De allí se tramitó su salida por cumplimiento de la pena entre 2018 y 2019 y luego, como indica su expediente, la mujer habría ido a vivir al barrio San Bernardo.
Ese proceso también tuvo varias demoras. "Ellos inicialmente aceptaron cargos. Pero, luego, la audiencia se aplazó porque se retractaron: aseguraron que los habían amenazado en la URI de Puente Aranda para decir que era culpables. Entonces, la audiencia se aplazó tres meses; pero, como no tenían pruebas, al final les dieron sentencia", explica Amaya.

Michelle Amaya
Archivo particular
El 30 de noviembre de 2020, Nathalie se despidió de su hija. Se fue a trabajar, para seguir ahorrando para llevarla al mar en su cumpleaños número 16, que sería el 12 de enero. Michelle le contestó que se iría a montar bicicleta y que se veían en la noche.
Ese día, la menor de 15 años salió de su casa, en Prado Veraniego, en el norte de la capital, con dirección al sur. Versiones de la madre apuntan a que, en lugar de ir a montar en bici con sus amigos, Michelle habría ido a buscar un celular que le habían robado en el centro de Bogotá a mediados de noviembre.
Sin embargo, un año después, no es claro cómo ni por qué terminó en el barrio San Bernardo, en el centro, donde fue ultimada, según investigó la Fiscalía, por una peligrosa banda criminal denominada ‘los Tazmania’.
El caso de Michelle Amaya es bien recordado en Bogotá: ella es la niña que su madre buscó durante un mes, camuflada como habitante de calle, entre las esquinas del San Bernardo. Es la niña que fue asesinada en ese sector el mismo día que desapareció. Es la niña cuyo cuerpo permaneció durante un mes como un NN en Medicina Legal (ML) hasta que, el 7 de enero, una prueba de ADN demostró que era ella.
EL TIEMPO