La primera línea del metro de Bogotá será completamente elevada. Su trazado se divide en tres fases: las dos primeras se licitarán en el 2017 y las obras se iniciarán en el 2018, para ser entregadas en el 2022.
El primer tramo empieza en el portal de las Américas, va por la avenida Villavicencio y conecta con la Primero de Mayo, hasta la NQS. El siguiente trayecto sigue por la NQS y sube por la calle 1.ª para conectar con la Caracas y llegar a la calle 72, completando 25 kilómetros. La tercera etapa, que solo quedará diseñada, tendrá como destino la calle 127 con Autonorte. En total serán 30 kilómetros.
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“Con esta megaobra se beneficiarán las localidades de Bosa, Kennedy, Engativá, Los Mártires, Santafé y el municipio de Soacha”, manifestó el alcalde Enrique Peñalosa durante la presentación del trazado ayer en la Casa de Nariño.
El evento estuvo presidido por el presidente Juan Manuel Santos; el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas; el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria; el director de la Agencia Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Andrade, y el gerente del metro, Andrés Escobar.
El presidente Santos ratificó el compromiso del Gobierno Nacional para desembolsar 9,6 billones de pesos para la construcción, los cuales equivalen al 70 por ciento del total de la inversión, y el Distrito aseguró que tiene el 30 por ciento restante, que son $ 4 billones. “Bogotá es mi ciudad, yo nací aquí. Tenía ese sueño de dejarle a Bogotá una gran obra, y esto es lo que le vamos a dejar”, manifestó el mandatario. “Así como le vamos a decir Sí a la Paz, le estamos diciendo sí al metro de Bogotá”, agregó.
Del total de los $ 13,6 billones adjudicados para este proyecto, el 25 por ciento se destinará para la construcción de las troncales alimentadoras de la avenida Boyacá, la carrera 68 y la avenida Ciudad de Cali.
“Serán 250.000 pasajeros los que lleguen al metro por estos corredores de TransMilenio. En total, la primera línea moverá 1’000.000 de personas diariamente”, dijo Peñalosa.
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También destacó que –para que una línea de metro beneficie a la mayor cantidad de ciudadanos posibles– debe estar complementada con rutas alimentadoras. Si eso no ocurre, este modo férreo solo podrá ser usado por quienes viven o trabajan cerca de las estaciones.
Según el trazado de la megaobra, tendrá en sus dos primeras etapas 15 estaciones; 10 de estas, intermodales con las troncales.
“La ventaja de los paraderos elevados que pasan por la troncal de la Caracas es que los pasajeros puedan utilizar estos dos medios de transporte con una tarifa unificada. Se estudia que por este corredor se construya una autopista para bicicletas”, aseguró el alcalde. En la calle 72 se prevé un centro de conectividad, donde llegará de manera subterránea un brazo de la futura troncal carrera 7.ª para conectar con la calle 80, describió Enrique Peñalosa.
El presidente Santos aseguró que se tomó la decisión de un metro elevado por varias razones:
“La primera es que la devaluación ha cambiado el costo de un metro subterráneo. La segunda, por eficiencia; la tercera, por principio de integración de la ciudad, y por último se ahorran $ 4 billones”. También se comprometió con la firma del documento Conpes para el proyecto, el cual estará listo dentro de un mes para darle viabilidad a la obra.
El análisis técnico entregado a los gobiernos Nacional y Distrital por la firma francesa Systra –compañía que ha trabajado en los diseños de 62 metros en el mundo y seleccionada por la Financiera de Desarrollo Nacional por medio de un concurso internacional– buscó una alternativa para optimizar el uso de los recursos y que a la vez contara con los más altos estándares técnicos y de diseño urbanístico.
Basados en esto, concluyeron que lo más adecuado era una línea elevada porque entre otras variables, tanto sociales como ambientales, más pasajeros podrán movilizarse por este medio, con un ahorro en costos y en tiempo de construcción.
Otros puntos destacados por el informe de Systra consisten en que con el metro elevado se obtiene un ahorro en el tiempo de construcción de hasta 26 meses con respecto a uno completamente bajo tierra.
Los diseños del metro subterráneo, que se realizaron en la pasada administración, tenían proyectados 27 kilómetros, que irían desde el portal de las Américas hasta la calle 127.
Según la actual alcaldía, parte de este trazado se tuvo en cuenta en el nuevo diseño, uno de cuyos cambios es que no irá por las carreras 10 y 11 sino por la Caracas.
Según Peñalosa, las dos primeras vías no son tan amplias como la Caracas para poder realizar de manera eficiente este megaproyecto.
En los costos, el análisis arrojó que el metro elevado es hasta $ 99.000 millones más barato por kilómetro que cualquier otra alternativa con un tramo subterráneo, y $ 145.000 millones más económico por kilómetro que el metro completamente subterráneo.
“Este modo férreo tiene un 24 por ciento más de potencial de recuperación de zonas deprimidas, lo que se traduce en 42.000 metros cuadrados”, describe el informe.
Sobre el futuro del transporte en la ciudad, el alcalde manifestó que para el año 2030, el 80 por ciento de los bogotanos tendrán una línea de transporte masivo, metro o troncales a menos de 1 kilómetro de distancia.
“Este sistema complementado con más de 600 kilómetros de ciclorrutas consolidará a la capital como una de las ciudades más sostenibles y eficientes en términos de consumo energético”, concluyó Peñalosa.
Otros datos entregadosEl metro elevado que se construirá viajará a 40 kilómetros por hora.
Su trazado total será de 30 kilómetros, cinco más que el de Medellín.
Las estaciones traerán renovación urbana a su entorno y se dará mejor utilización del uso del suelo. Además, se espera recuperar la avenida Caracas.
Sus 15 paraderos son: portal de las Américas, carrera 80, calle 42 sur, Kennedy, avenida Boyacá, avenida 68, carrera 50, NQS, Nariño, calle 1.ª, calle 10, calle 26, calle 45, calle 63 y calle 72.
Este tipo de megaobra evita la generación de cerca de cuatro millones de metros cúbicos de escombros.
Con la tasa de cambio del dólar, el costo del metro subterráneo solo habría permitido llegar hasta la calle 53, con los recursos disponibles.
La construcción de un metro elevado implica hasta 13 decibeles menos en la percepción de ruido.
JOHN CERÓN
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter johcer@eltiempo.com
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