Las obras de la primera línea del metro, que ya empezaron en el patio taller, y que a partir del segundo semestre de este año comenzarán en las intersecciones de la calle 72 con Caracas y luego en la Primero de Mayo con avenida 68, serán una de las más importantes fuentes de empleo que tendrá Bogotá en los próximos siete años.
Se espera que en el segundo semestre del 2021 esté ofreciendo empleo para cerca de 3.500 personas de manera directa y en su pico, para aproximadamente 9.000, según el recién nombrado gerente de la Empresa Metro de Bogotá (EMB), el ingeniero civil José Leonidas Narváez. Pero además, la demanda de materiales y otras actividades que se generan alrededor del proyecto permitirán ofrecer entre 13.000 y 14.000 empleos indirectos.
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Narváez, en entrevista con EL TIEMPO, dice también que el proyecto va de acuerdo con el cronograma y anuncia que este mismo año se empezarán a sentir en la movilidad los impactos de las obras.
¿Cómo encuentra la obra del metro?El desarrollo del proyecto metro se está realizando de acuerdo con los criterios establecidos en el contrato. Tuvo un acta de inicio de obra en octubre y el contrato de interventoría de obra en septiembre. Tenemos los dos contratos iniciando su desarrollo, y el contratista está estableciéndose dentro de la zona de trabajo y haciendo sus actividades de identificación de materiales, suministros de materiales especializados, verificando las características de las industrias de concreto y acero, que son actividades necesarias.
Esta etapa tiene unas actividades paralelas. Una es el frente de trabajo del patio taller, en El Corso, en Bosa, que constituye parte de la ruta crítica. Ahí ya han comenzado las actividades técnicas necesarias para el inicio de los procesos constructivos, como la geotécnica y la topografía. Y esperamos estar iniciando hacia junio y julio de este año las actividades en la intersección de la calle 72 con Caracas, y hacia finales de año, las actividades en la intersección de la carrera 68 con Primero de Mayo, donde confluyen la troncal de TransMilenio de la 68 y el proyecto metro. Ahí habrá una estación, que es un intercambio modal entre el transporte de pasajeros por el metro y por la troncal.
Todas estas actividades irán cogiendo una dinámica de construcción, y en la medida en que se vayan cumpliendo los hitos llegaremos en el 2027 a tener completa la infraestructura del proyecto metro y el equipo rodante para comenzar, en el segundo semestre de ese año, todas las actividades de prueba del metro, lo que nos llevará, a mediados del 2028, al inicio real de operaciones comerciales.
Sí, creo que en el segundo semestre vamos a empezar a tener impactos sobre la movilidad en la intersección de la calle 72 con Caracas. Paralelamente, se van a desarrollar actividades como el traslado anticipado de las redes de servicios públicos, sin afectar la prestación del servicio, para que no generen obstrucciones de la obra. Pero todos estos impactos van a tener planes de manejo de tráfico para que la comunidad pueda seguir movilizándose sobre las vías aledañas.
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¿Hay mucha expectativa por el empleo que genera este tipo de proyectos?, ¿cuántas plazas se podrían generar?Ese es un tema muy importante en todos los proyectos de ejecución de obras civiles y de infraestructura, y es uno de los mecanismos más acertados para dinamizar y reactivar la economía. Estaremos dando los primeros pasos para la reactivación a partir del segundo semestre y en esta etapa preliminar estaremos llegando a unos 3.500 empleos directos, y seguiremos subiendo hasta llegar a unos 9.000 o 9.500 empleos directos en el pico de la ejecución del proyecto. Más toda la irrigación de empleos indirectos, que estimamos entre 13.000 y 14.000, por la generación de suministros, de materiales y producción de materiales, de concretos y geosintéticos, y las actividades de construcción que se van a generar.

Render del Metro de Bogotá.
Empresa Metro de Bogotá
Sí. Hay unos compromisos de desembolsos definidos contractualmente. El proyecto no habría podido ser licitado sin cierre financiero. Las vigencias futuras, los aportes del 70 por ciento del Gobierno Nacional y del 30 por ciento del Distrito garantizan que el contrato de obra y la interventoría estén financiados. Eso no es una preocupación.
En esta etapa, el concesionario tiene que hacer su cierre financiero. Esta es una concesión que se va a cubrir con vigencias futuras, y el concesionario tiene que demostrar que cuenta con los recursos para ejecutar la obra y recibir el pago de la obra en las fechas establecidas. Esos pagos están sujetos al cumplimiento de unas metas y de una programación, y no le veo ninguna dificultad.
El gobierno anterior, el de Enrique Peñalosa, generó la fase de diseño, la fase de estructuración financiera, logró los recursos necesarios, sacó las licitaciones y las adjudicó, y hoy Bogotá tiene unos contratistas, una interventoría y un proyecto financiado, y esa es la estructura de la empresa hoy. Ahora, además, tiene que ser una estructura que cumpla una función de supervisión de un proyecto de obra, y ese es un reto muy importante.
La estructura tiene que mantener la característica que hoy tiene para poder terminar los estudios de factibilidad y estructuración financiera de la ampliación a Suba y Engativá. Es un compromiso de la alcaldesa, y en el cronograma está que este año estaremos terminando la factibilidad y se estarían definiendo las características técnicas de esa línea. En el próximo año y en el 2022 estaremos haciendo la estructuración financiera, para al final de 2022 o en 2023, una vez tengamos cierre financiero, y convocados los recursos del Gobierno Nacional y del gobierno distrital, podamos salir a licitación, que esperamos estar terminando en el tercer trimestre de 2023.
Pero la empresa tiene otros retos. Debe desarrollar una cultura ciudadana alrededor del metro, generar un impacto positivo en la comunidad para que lo apropie, lo quiera y empiece a conocer que el proyecto le va a brindar un mejor bienestar, mejores condiciones de vida, va a generar un cambio fundamental en las características de la ciudad, alrededor del proyecto, y que permitirá una movilidad sostenible y limpia que la invita a participar.
Dentro de la estructura también tenemos que consolidar el modo férreo interregional, o sea, fortalecer los Regiotram. Ya Cundinamarca está en el proceso de construcción del Regiotram de Occidente, y tenemos que continuar los procesos de estructuración técnica y financiera del Regiotram del Norte. Y dentro del plan de desarrollo de la alcaldía tenemos que dejar los estudios de prefactibilidad para el corredor férreo del sur. Todo esto tiene que hacerse con el liderazgo y la participación y la integración de Cundinamarca.
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¿En algún momento, en el futuro, se van a cruzar las dos obras: la primera y la segunda línea?Es factible que las obras de la primera línea y las actividades de construcción de la ampliación a Suba y Engativá se traslapen hacia 2024 y 2025.
¿Cómo va la gestión predial?En esta etapa preliminar existen dos actividades muy importantes, que son de competencia de la Empresa Metro: la gestión predial y el traslado de redes. En la parte predial tenemos un desarrollo adecuado, no vamos a tener dificultades. Los predios que se están desarrollando están dentro del cronograma establecido.
En cuanto al traslado de redes, tenemos algunas alertas que debemos evaluar con la Empresa de Acueducto y algunas empresas privadas. Hay algunas holguras, y la información que tengo es que se han ido disminuyendo, pero todavía no tenemos impactos negativos en el cronograma. Tenemos que generar una dinámica que nos permita mantener las holguras residuales que hoy tenemos; estoy seguro de que haremos las coordinaciones con el equipo de trabajo y las empresas de servicios para garantizar que le vamos a cumplir al concesionario con la entrega de las redes movilizadas, para que tenga los espacios donde pueda ejecutar la obra.
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En 2020, Planeación derogó los mapas de riesgo que permitían que el patio taller se ubicara en El Corso, ¿qué va a pasar con el patio taller?El proceso de patio taller se está iniciando de acuerdo con el cronograma y no hay afectación del cronograma. Aquí lo que hay es un cambio de riesgos, lo que estamos evaluando es si las obras de mitigación de los riesgos que estaban establecidas son suficientes para soportar esta modificación en los cambios de riesgos; si no, habrá que establecer cuáles son las medidas de mitigación adicionales que se tendrían que implementar.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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