En 10 años, Nueva York tendrá 400 kilómetros de bicicarriles protegidos (Bogotá tiene 540), 240 kilómetros de corredores exclusivos para buses de transporte público, 2.000 intersecciones renovadas y 92.000 metros cuadrados de espacio público para peatones. Este es un ambicioso plan de revolución urbana y de movilidad que adoptó el alcalde Bill de Blasio y el Concejo por un valor de 1.700 millones de dólares.
“Vamos a revolucionar la manera en la que Nueva York comparte el espacio de las calles y nos vamos a convertir en un modelo para todas las ciudades del país y del mundo”, afirmó el presidente del Consejo municipal, Corey Johnson.
Voceros del gobierno local han asegurado que este proyecto es una forma de reaccionar a la muerte, en vía, de 25 ciclistas este año.
Además, el plan viene a fortalecer uno de los sistemas de bicicletas compartidas más robustos del continente. Esta estrategia comenzó con el anterior alcalde, Michael Bloomberg (2002-2013), y ya suma 12.000 bicicletas para el alquiler en 750 puntos de Manhattan, Brooklyn y Queens. Hoy, Nueva York cuenta con 2.000 kms de vías para bicicletas, pero solo 202 tienen barreras de protección que las separan de los carros.