Daniel Santiago Peralta Caballero, el joven señalado de atropellar a Carmen González y Maicol Hurtado hace 18 días en Chía, quiso evitar la cárcel con dos argumentos: un cuadro diabético y ser estudiante universitario con apenas 18 años, lo que no le daría el estatus de ser un peligro para la sociedad.
Eso fue lo que la defensa de Peralta dijo en la audiencia en la que se legalizó su entrega a la Fiscalía de Zipaquirá, y en la que además el joven negó el cargo que se le imputó: doble homicidio con dolo eventual.
Sin embargo, la juez de control de garantías lo envió a la cárcel de ese municipio, medida que fue apelada de inmediato por su defensa.
La entrega de Peralta se produjo 24 horas después de una denuncia de EL TIEMPO, según la cual familiares de las víctimas advertían que no había sido capturado por la prestancia de su padre, un exdetective del DAS y abogado de la Defensoría del Pueblo.
No obstante, Isidoro Peralta Pinzón, padre del joven, negó tajantemente que estuviera haciendo uso de su cargo, y explicó que habían decidido irse de Chía debido a las amenazas de muerte recibidas por redes sociales y a la presencia intimidante de motociclistas rondando el conjunto Santa Cecilia II, donde residían.
La familia de Peralta también da fe de la conducta intachable del joven, quien figura como dueño de la camioneta Captiva gris, modelo 2010 –de placa REO 170–, involucrada en el accidente.
EL TIEMPO rastreó el historial del vehículo y de su dueño y encontró que el sábado 14 de julio de 2018 se le impuso una fotomulta, por 390.621 pesos. Según registros del Sistema Integrado de Información sobre Multas (Simit), el comparendo le fue impuesto a las 11:06 de la mañana por la Secretaría de Tránsito de El Rosal, por violar el código C29 de las normas de tránsito, que corresponde a “conducir un vehículo a velocidad superior a la máxima permitida”.
Ese día, el joven Peralta iba con su Captiva en el kilómetro 5 de la vía Bogotá-Honda.
A pesar de esos antecedentes, y del hecho de que la Policía de Tránsito recogió videos que incriminan a Peralta y encontró jirones de la ropa de la pareja atropellada en el bómper de la Captiva, el muchacho se declaró inocente.
“Un rotundo no, su señoría”, respondió Peralta Caballero delante de algunos familiares de las víctimas que estaban en la audiencia y que se declararon indignados.
Por eso, Juan Sierra Carreño, abogado de la familia de Carmen, quien tenía dos meses de embarazo, ripostó de inmediato: “Una persona que comete homicidio y huye del lugar de los hechos puede volver a cometer el mismo delito contra otras personas. No tiene responsabilidad civil ni moral contra nadie”.
Y el penalista Pedro José Lagos, abogado de la familia de Maicol, apoyó la moción, y agregó que la justicia debe tasar el daño que generó Peralta al atropellar a la pareja y no prestarle ayuda.
Peralta escuchó la evidencia en su contra debajo de una capota anaranjada con la que ocultaba su rostro de los medios de comunicación. De hecho, después del accidente, todos sus perfiles públicos fueron cerrados.
Durante la audiencia, la Fiscalía presentó varios videos con los que buscaba demostrarle a la jueza que Daniel Peralta, aparentemente, iba con exceso de velocidad la noche del 31 de agosto, cuando ocurrió el siniestro.
También pidieron aclarar por qué, si había sido localizado esa misma noche por la Policía, no había sido sometido a la prueba de alcoholemia.
La Fiscalía presentó testimonios en donde al parecer Peralta habría ido con algún grado de alicoramiento.
Sobre este punto, el mayor Alexánder Noreña, subcomandante de la Policía de Cundinamarca, le explicó a EL TIEMPO que por no haber sido encontrado en flagrancia, no se lo pudo someter a la prueba. Y recordó que gracias a la rápida reacción de los uniformados se identificó a Peralta y ahora tendrá que responder en juicio.
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