Tras un acuerdo, el Grupo Energía Bogotá (GEB), una de las empresas más antiguas en la ciudad (fundada en 1896), se fusionó con Enel Américas para darle paso a la nueva megaempresa Enel Colombia, donde el GEB tendrá un 42,15% de participación. Con esto, se le apostará al desarrollo de proyectos con energías limpias en la ciudad.
Por esta razón, EL TIEMPO entrevistó a Juan Ricardo Ortega, presidente del GEB, quien contó el rumbo futuro de la empresa capitalina, los beneficios que trae este nuevo acuerdo para Bogotá y las estrategias para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de la energía. Además, se remarca que la compañía será un 22,9% más rentable en 2025 y con unos beneficios del 25,1% superiores.

Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá
Grupo Energía Bogotá
La noticia es que logramos acuerdos sobre el futuro al cual va el mundo y el que hay que construir, uno que se compromete con el cambio climático, con la energía verde y que se enfoca en mejorar la calidad de vida del bogotano con la movilidad eléctrica. También, toda la parte de alumbrados modernos y sistemas de control de movilidad, porque la mejora al aire de los bogotanos tiene que ser uno de los objetivos fundamentales.
(Le puede interesar: Activos que podría vender el Gobierno para tapar el hueco fiscal)
Tenemos un compromiso institucional y logramos, con base en el futuro, un acuerdo con Enel, que después de 1996 se habían hecho muchas obras positivas para la ciudad, pero como toda relación puede deteriorarse y lo que estamos haciendo es construir algo mejor y se llamará Enel Colombia, y para Bogotá, Enel Bogotá.
Es una transacción compleja y requiere paciencia para entenderla en detalle. Bogotá no pierde absolutamente nada en la capacidad de control de la empresa, tiene la misma participación de acciones con derecho a voto, el 42,15 % de una empresa más grande y esa es la parte importante. Uno no puede pensar en un número si no piensa en el total; hablar del 50 % de 10 es 5, hablar del 50 % de 100 es 50, o sea, ahí los porcentajes son traicioneros y es donde se ha prestado para opiniones desinformadas.
Bogotá va a recibir más dividendos y va a tener más utilidades gracias a la empresa, que es el compromiso que tenemos con los bogotanos: una empresa más robusta, con un futuro de crecimiento y con más utilidades para sus accionistas.
Eso es parte de los logros del acuerdo. Todos los temas que de manera responsable debatió Astrid Álvarez, la antigua presidenta, los estamos buscando resolver, y la forma es garantizando el crecimiento del grupo. El futuro del cambio energético en el mundo va a ser enorme, se vienen más de 100 millones de dólares de inversión a nivel global en la parte de transición energética. El presidente Duque está planteando para el país una agenda importante de aquí al 2030: reducir el 51 % de esas emisiones, entonces lo primero que queremos hacer es crecer.
Lo segundo son esos dividendos que se comprometen a girarlos en dos pagos: uno este año y el otro a principios del próximo, y unos mecanismos de gobierno que garanticen que, como minoritarios que hemos sido desde 1996, tengamos capacidad de defender los intereses de la ciudad. Ahí viene el tema de fondo: el control se entregó en 1996. Bogotá nunca ha controlado ni Emgesa ni Codensa, y por eso este es un tema que solamente una reorganización accionaria logra. Estamos cambiando un tipo de acciones por otras, pero garantizamos los mismos flujos de cajas de dividendos, los mismos derechos, en todos los comités de decisión y de control, como juntas directivas y asambleas. Todo lo que es sustantivo se mantiene y se resuelven unos conflictos con los que ganamos todos. Cuando uno es capaz de construir sobre el futuro, todas las partes pueden lograr soluciones en sus intereses, crecer y generarles valor a los bogotanos.
Son casi un billón de pesos.
¿El control será ahora de Enel?El control siempre fue de Enel. El 42 % en Emgesa, y el 43 % en Codensa, eran del GEB, y Enel era el 57 y 58 %, respectivamente. Nosotros teníamos unas acciones preferenciales de 8 %, pero estas acciones no dan derecho a voto, a asambleas ni dan más miembros en la junta. Las acciones preferenciales solo dan dividendos, y en la medida en que ellos deciden no repartir dividendos en el conflicto, las acciones preferenciales se vuelven riesgosas y son difíciles de vender. Lo que acordamos es que no queremos acciones preferenciales, preferimos ordinarias que nos dan certeza, pero ellos no están dispuestos a entregar el control que obtuvieron en 1996. Entonces, lo que seguimos es creciendo y haciendo una empresa más rentable, que valdrá más, y tener el 51 % de una de 10 a tener el 42 % de una de 14, pues el 42 % de una de 14 es mejor negocio para la ciudad por lo que vale más y tiene mejor futuro.
(Puede leer: Rappi recibió una multa por operar ilegalmente juegos de suerte)
Vamos en todo. Y no solamente en Colombia, sino que vamos en Centroamérica, donde el Grupo Energía Bogotá es importante con toda la transmisión de Guatemala. Vamos a tener generación en Guatemala, Costa Rica y una inversión muy importante en Panamá, que es un país hermano clave para Colombia en el cual vamos a ser los principales socios de unas grandes instalaciones de paneles solares. El tema del futuro son las energías limpias y es un compromiso de la ciudad, eso lo logramos en la alianza con Enel y así lo plasmamos en el plan estratégico del grupo. Garantizamos la total exclusividad, y lo grave no era que ellos invirtieran por un lado, era que Emgesa se iba a marchitar. Si el futuro para nosotros era la antigua Emgesa, nos íbamos a quedar con un activo obsoleto, con parte de generación a carbón, que eso tiene de cinco a diez años de vida máximo.
¿Leyendo en detalle el documento se podría decir que Bogotá entrega sus activos de las compañías que posee a cambio de proyectos hacia el futuro?A cambio de todo lo bueno del pasado y un futuro muy prometedor. Pero sí, hacemos un canje, y por eso no son compras ni ventas, quedamos igual. Vamos a tener la misma participación de Bogotá en el grupo, y lo que estamos haciendo es un canje de acciones en una reorganización. Acá no se está comprando ni vendiendo nada, se está creando algo nuevo, que es esta nueva empresa para los bogotanos preparada y hecha para el futuro.
¿Esto tiene que pasar por el Concejo de Bogotá?Tenemos total convicción de que todos los concejales tienen no solamente el derecho, sino el compromiso con los bogotanos de conocer la transacción en su detalle y valorar sus bondades. Esto es parte de lo que es la gestión de una empresa pública de servicios y dentro del negocio que tiene que seguir fluyendo y eso es potestad de su junta directiva y su presidente, en este caso mi tarea. Yo no creo que se conozcan todos los detalles, pero cuando ellos vean que no se está comprando ni vendiendo, sino haciendo una reorganización societaria para mejores utilidades de la ciudad, en la cual los derechos de propiedad de la ciudad no varían, yo creo que no va a haber inconvenientes y el Concejo va a conocer los detalles.
EL TIEMPO publicó en su momento que era una práctica de Enel entrar en empresas locales de energía e irlas secando hasta quedarse con ellas. ¿No pasa lo mismo aquí?Iba a pasar, pero logramos un acuerdo en el cual el futuro es interesante para ellos en toda la transformación de la distribución y la posibilidad de la regulación de la fusión. Fue ese proceso de diálogo y de mirar hacia el futuro que llevó a que encontráramos un acuerdo en vez de irnos a una pelea que, en el mejor escenario, iba a quedar con un montón de cicatrices y sin la opción de crecer. El grupo no tiene la experticia que tiene Enel en el tema eólico, solar y baterías que son el futuro.
¿Ese futuro garantizaría mejores precios para los ciudadanos?Más que precios, la oportunidad de manejar mejor el consumo y, por lo tanto, pagar menos. Cuando se logren los medidores inteligentes, los bogotanos podrán tener franjas horarias en las cuales tal vez logremos en un par de años que la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) apruebe que los precios sean distintos según las horas del consumo.
En este momento, uno puede tomar la decisión de no usar el horno entre las 6 y las 9 de la noche, que es carísimo, y usarlo a las 10 o en la mañana. O sea, no todos tenemos que hornear la carne, se puede dejar temprano en la mañana y al final solo se recalienta en el microondas. Hay muchas formas de ser más conscientes y eficientes en el uso de la energía. Y con los vehículos eléctricos; cuando se puedan cargar a las 3 o 4 de la mañana, los ahorros pueden ser muy importantes y es muy sano para el sistema que se subutiliza brutalmente en la noche y se abusa de 6 a 9 de la noche.
(Además: Unos 5.500 empresarios están dispuestos a vacunar en el país)
Ese va a ser un cambio de forma y se pierden juntas. Ahora va a haber solo una y es un ahorro, se paga menos plata a los miembros. Va a tener exactamente el mismo número de miembros que Emgesa o Codensa, y Bogotá va a tener la misma participación. Ahí mantenemos el mismo control, mismo poder y hay dos cosas bonitas: una, se logran los objetivos de mayor participación de mujeres. Dos, un compromiso de sostenibilidad y unas reglas muy estrictas para los independientes, porque la forma de garantizar que no se tomen decisiones que menoscaben a Bogotá es que haya dos miembros independientes que defiendan los intereses de la empresa y los ciudadanos. Son quienes determinan las mayorías esenciales para el plan estratégico y el futuro de esta compañía. Esas reglas de transparencia, de control y auditoría construyen sobre el antiguo acuerdo marco que ha sido muy beneficioso para la ciudad. Bogotá recibió 9.000 millones de dólares de esta alianza, primero con Emgesa y después con Enel. Nosotros estamos seguros de que vamos a lograr eso y más, es la forma de servirles a los ciudadanos.
¿Por qué GEB se llamará Enel Colombia y no Enel Bogotá, por ejemplo?Primero, el Grupo Energía Bogotá queda intacto, seguimos siendo el GEB, yo sigo siendo el presidente y con la participación mayoritaria de la ciudad. Una de nuestras inversiones, que parte de un folio de casi 18 inversiones, son Emgesa y Codensa, que tampoco desaparecen, y en Bogotá serán Enel-Bogotá.
¿Este es el negocio del año?No, pero creo que es uno de los buenos negocios del año en el país.
¿Van a quedar blindados los intereses de la ciudad, no habrá otro amago de divorcio entre GEB y Enel?No por los próximos años, obviamente las tecnologías cambian y lo que pasó fue que surgió el eólico, el solar, que en 1996 no se lo imaginaba nadie, y eso genera espacios para disputas. Creo que redactamos con mucho cuidado, pensando en los posibles cambios del futuro y esperamos que esto dure por lo menos unos 30 años más. Yo espero morirme con la tranquilidad de que este acuerdo va a estar en firme, será sólido y generará valor.
Siga leyendo
Comentar