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Bogotá

Obras de planta de tratamiento de aguas en El Salitre van en un 15 %

Recorrido promovido por Camacol con la CAR en el río Bogotá para comprobar el avance de las obras en la Ptar Salitre.

Recorrido promovido por Camacol con la CAR en el río Bogotá para comprobar el avance de las obras en la Ptar Salitre.

Foto:Ana Puentes

Sigue recuperación de la navegabilidad del río Bogotá. Hay olores, pero aguas son menos turbias.

La ejecución de la segunda fase de obras de ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (Ptar) El Salitre, que permitirá aumentar la capacidad de tratar las aguas residuales del norte de Bogotá, va en un 15 por ciento.
Camacol y la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca promovieron un recorrido para verificar el estado de las obras que avanzan en la calle 80 con carrera 119. Actualmente la planta trata cuatro metros cúbicos por segundo. Cuando se termine esta etapa, en el 2021, se podrían descontaminar entre 7 y 14 metros cúbicos por segundo.
Según los estimativos de la CAR, el agua que llegará a la Ptar, desde la red de alcantarillado alcanza los 605 millones de litros, el equivalente al contenido de 242 piscinas olímpicas. Estas aguas, luego, son vertidas en el río Bogotá sobre su cuenca media, que está en proceso de recuperación.
Los trabajos para ampliar la capacidad de esta Ptar hacen parte del Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca (Pomca) que, según sugerencias de Camacol, debe actualizarse teniendo en cuenta la participación integrada de los municipios y una compatibilidad con sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT).
“La actualización del Pomca es un reto para los actores urbanos y ambientales. Una adopción alejada y aislada del ordenamiento local puede generar efectos nocivos en la labor de recuperación”, explicó Martha Moreno, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca.
Por su parte, la Corporación Autónoma Regional (CAR) avanza en una estrategia integral sobre el río. En el 2017, se logró la adecuación hidráulica de la cuenca media; se retiraron ocho millones de toneladas de basuras y, ahora, se trabaja en la ampliación de la ronda del afluente.

Se puede navegar en el río

La CAR organiza recorridos institucionales y educativos de mínimo 20 personas y máximo 40 en una lancha por un pequeño tramo del río Bogotá sobre la calle 80, donde descargan aguas del Juan Amarillo y de la planta de tratamiento.
Aunque los olores permanecen, el tratamiento que viene de la planta El Salitre hace posible que sus aguas sean seguras para la navegación.
El agua parece turbia y, en algunos puntos, tiene espuma y manchas negras producto de la alta contaminación. A sus orillas, hay casas que dan la espalda al corredor de agua.
Según Martha Moreno, este fue uno de los errores que se cometieron desde el principio de la urbanización capitalina y municipal: construir dando la espalda al río. Siguiendo esta lógica, la población no protege la fuente hídrica y, por el contrario, la utiliza como su patio trasero de basuras.

Uno de los errores del desarrollo urbanístico de Bogotá fue hacer construcciones que le dan la espalda al río.

Y así se ve en el recorrido. Las aguas ya están algo mejor respecto a lo que se conocía pero, en los jarillones, los vecinos del río arrojan sofás, sillas, botellas, llantas y decenas de bolsas de basura.
Los buchones se ven cargados de plásticos. Las orillas están llenas de desperdicios. Las moscas revolotean. La lancha se detiene un par de veces: las hélices se llenan de telas y residuos y los guías deben retirarlas para seguir navegando.
Sobre el proyecto de recuperación de 68 kilómetros, la CAR tiene jurisdicción de apenas 30 kilómetros. Trabajar sobre ambas orillas ha sido un reto de trabajo con la comunidad. Hay intentos de invasión sobre los 195 predios adquiridos por la Corporación, se siguen arrojando basuras. Pero hay señales de mejora. El agua no es totalmente oscura, prácticamente no hay espuma y, en la orilla, se asoma una pequeña garza.
La recuperación del río Bogotá es un tema de obras. La planta El Salitre va en su segunda fase y la estación elevadora de aguas residuales de Canoas, para la que se abrió licitación a principios de junio, será parte del proyecto de la Ptar Canoas que tratará las aguas residuales del centro y el sur de la ciudad.
La lancha se estaciona. Sí se puede navegar una parte de la fuente hídrica, cuatro años después de la sentencia con la que el Consejo de Estado dio un impulso definitivo para que el Distrito y 45 municipios volvieran la mirada hacia el río Bogotá.
La CAR asistirá la financiación de las plantas de 34 de esos 45 municipios. Camacol seguirá haciendo observaciones. Además de un proyecto ambiental, esto es una transformación urbana: hay que dar la cara al río.
Ana Puentes
Escuela de Periodismo Multimedia de EL TIEMPO
BOGOTÁ
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