La plaza de toros la Santamaría de Bogotá será hasta el próximo 2 de mayo la plaza de la Vida. Así la denominaron los más de 2.300 líderes y lideresas sociales de diferentes regiones del país que están pasando la noche en carpas instaladas en la arena y pasillos de este lugar.
Ellos llegaron a la capital del país para recordar la muerte de más de 600 compañeros, denunciar el desplazamiento de unas 2.000 personas y poner en evidencia las amenazas que han recibido desde noviembre de 2016, cuando se firmaron los acuerdos de paz. Todo esto, por representar a sus comunidades y denunciar hechos que las ponen en riesgo.
“Unas 130 personas han sido asesinadas en lo que va del gobierno Duque, 50 este año. Solamente este fin de semana mataron a tres: dos líderes en Nariño y Antioquia y a un excombatiente de las Farc, Dimar Torres, en el Catatumbo”, hizo las cuentas Luis Sanabria, presidente colegiado de Redepaz y quien está acompañando este refugio temporal.
Con su arribo a Bogotá, estos hombres y mujeres, que viajaron principalmente desde el suroccidente, las costas Caribe y Pacífica, el oriente y centro del país, esperan concertar con el Gobierno medidas efectivas de protección en los territorios, pero también hacer un llamado de alerta a la comunidad internacional; por eso visitaron este lunes algunas embajadas, como las de España, Francia y Alemania, y también la sede de la Unión Europea.
No hemos tenido quién nos garantice la vida, por eso vinimos, para visibilizar no solo ante el Gobierno, sino también ante la ciudadanía y la comunidad internacional, la situación de los líderes
“No hemos tenido quién nos garantice la vida, por eso vinimos, para visibilizar no solo ante el Gobierno, sino también ante la ciudadanía y la comunidad internacional, la situación de los líderes y lideresas. Hay una crisis humanitaria, nos están asesinando”, manifestó Luis Acosta, coordinador nacional de la Guardia Indígena de la Onic.
Aunque vienen de zonas diferentes, las denuncias de los representantes de estas organizaciones tienen algo en común: el surgimiento de nuevos grupos armados y el poco acompañamiento estatal.
“El Gobierno no ha garantizado su presencia y por eso sigue aumentando la incidencia de nuevos actores armados y se ha incrementado la violencia en los territorios”, denunció Hernando Caracas, habitante de Buenos Aires, Cauca, coordinador nacional de la guardia cimarrona y representante de las comunidades afro del norte de ese departamento.
María Barragán, lideresa del sur de Bolívar, manifestó que Nuevo Renacer y las Águilas Negras son los grupos armados que estarían detrás de las agresiones y amenazas a sus comunidades. Por su parte, Guillermo Pérez, líder en el departamento del Cesar, mencionó el supuesto nacimiento de un grupo denominado Ejército Antirrestitución de Tierra en su región.
En una reciente entrevista de este diario, Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior, declaró que en lo que va del actual gobierno nacional se han reducido en un 25 por ciento los asesinatos de líderes sociales en el país.
Según lo que explicó la Ministra, este descenso se debe a “un plan de acción de articulación y coordinación interinstitucional entre Gobierno, autoridades de control y territoriales, liderado por el Ministerio del Interior y la acción de la Comisión Nacional de Garantías, coordinado por la oficina del Comisionado de Paz, ambas con presencia permanente en el territorio”.
Espacio de encuentroPero el ejercicio de estos más de 2.300 líderes de encontrarse en Bogotá, según explicaron, no es solo para denunciar al Gobierno Nacional, sino para buscar una concertación con este y compartir experiencias con sus colegas de otras zonas del país.
“Este refugio no es solamente para quejarnos, es para encontrarnos con otros, para darnos ánimos, para darnos esperanzas, para decir que sí se puede, que podemos continuar luchando, que la vida del país está en los territorios”, declaró Guillermo Pérez, líder del Cesar.
ÓSCAR MURILLO MOJICA
EL TIEMPO
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