Luisa Moreno, de 30 años, tiene discapacidad visual y uno de los grandes retos que debe asumir todos los días para llegar a su trabajo es encontrar a alguien que la guíe para encontrar su ruta. Debe tomar el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) para llegar a su destino.
“Salgo temprano de mi casa, ubicada en Suba, con destino al Instituto Nacional para Ciegos (Inci). Mi perro, de nombre Asahi, me acompaña hace dos años y me guía hasta el paradero, pero ahí quedo ‘perdida’ para escoger la ruta”, asegura Luisa, quien perdió su vista hace 18 años, por una enfermedad.
Desde este jueves, ella será una de las 73.000 personas con discapacidad visual que viven en Bogotá (según el Inci) que se beneficiarán con los 5.000 avisos en lenguaje braille que TransMilenio instalará en los paraderos. En el plan piloto, que empezó ayer, Luisa fue una de las invitadas para probar esta nueva herramienta.
“En el aviso puedo leer la dirección de dónde me encuentro. También está un número de teléfono al que marco desde mi celular, que tiene un lector de pantalla para personas ciegas, y pido la ayuda”, asegura.
Al otro lado de la línea le contesta una operadora que le pregunta para dónde se dirige y el sitio de ubicación que Luisa ya sabe, porque lo ha leído en la plaqueta en tinta braille.
“Le doy la dirección y ella se comunica con el conductor que lleva la ruta que necesito. Le dice que en ese paradero hay una persona ciega y que se detenga para recogerla. Previamente a la operadora le doy algunas indicaciones de cómo estoy vestida o si llevo perro guía y esto ayuda en mi identificación por parte del operador del vehículo. Me subo al bus y le digo al conductor hasta dónde voy y él me colabora”, manifiesta Luisa, quien trabaja como auxiliar de encuadernación en la imprenta del Inci.
Para ella y otras personas con discapacidad visual que hacen parte del proyecto, este es un experimento muy útil, ya que les ayuda a ganar autonomía. “Antes me detenía en uno de los paraderos con el brazo estirado, esperando que alguien me ayudara a parar el bus, luego pedirle que me leyera la ruta y si me servía, abordarlo”, comentó la mujer.
BOGOTÁ
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