“No aguanto más desidia, menosprecio, atropello y maltrato de ustedes. Soy profesional, colombiano, amo mi tierra y mi familia. Ustedes me están condenando a tener que irme del país por los errores de sus funcionarios”, este fue el reclamo permanente que hizo el médico Juan Pablo Ovalle durante el tiempo que duró encadenado a las rejas del Ministerio de Educación con un único propósito: lograr convalidar su título como especialista en Cirugía Torácica que había logrado en España.
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La historia de este médico, hijo de profesores de colegio, para sacar adelante su carrera profesional no fue fácil. Después de muchos esfuerzos y préstamos se graduó de médico cirujano de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en Tunja, Boyacá, y luego, tras superar problemas personales, viajó a España para hacer una especialización en Cirugía Torácica en el Hospital Universitario de A Coruña. Eso fue en el 2019.
Pero la historia completa de su lucha es de no creer. Dice que quiso convertirse en especialista en esta área durante una cirugía en la que un colega se desmayó y él terminó solo con el cirujano. “Era un paciente con cáncer de laringe y la intervención duró nueve horas. Recuerdo que cuando terminamos, la adrenalina fue tal que pensé ‘esto es lo que quiero estudiar’. Cuatro meses después vimos bien al paciente, eso es gratificante”.
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Por azares de la vida, Ovalle, hoy de 38 años, voluntario durante años de la Cruz Roja y experto en varios tipos de rescate, fue coordinador en terreno de la misión médica de Colombia en el terremoto en Haití. Eso fue enero de 2010, y la experiencia le dejó una marca imborrable. “Un día, detrás del hospital de campaña habían cuatro cuerpos de las víctimas del terremoto, no podíamos tenerlos a la intemperie y pedimos apoyo. Fue muy triste, lo que llegó fue un camión de basura, quedamos impactados. También vimos muchos cuerpos de niños debajo de los carros”.
Durante esta tragedia logró contactarse con médicos de varias partes del mundo. “Allí entablé una relación y esos planes conjuntos me llevaron a elegir a España como mi destino para estudiar”. Claro, en ese momento no se imaginaba la lucha que iba a tener que librar para sacar adelante su profesión.
Un día, frente al hospital de campaña nos trajeron cuatro cuerpos, no podíamos tenerlos a la intemperie y pedimos apoyo. Fue muy triste, lo que llegó fue un camión de basura, quedamos impactados
Iniciando su residencia en el Hospital Universitario de Vigo, y no obstante demostrar todas su capacidades profesionales, fue discriminado y acosado laboralmente. Ser escogido por el mejor cirujano del servicio para que lo acompañara en intervenciones de dificultad despertó envidias entre sus pares. “Me terminaron echando sin justa causa y ahí comencé a luchar para que se hiciera justicia”.
Fundó la Asociación de Médicos Internos Residentes Extranjeros (Amirex) , que reunía el clamor de muchos talentos que eran vulnerados en sus derechos. “Conocimos de casos de acoso, xenofobia, derechos laborales y migratorios negados y de muchos a los que no les pagaban prestaciones”. Ovalle fue conocido incluso por los medios de comunicación españoles y tuvo que irse a Londres a estudiar inglés mientras prosperaba la demanda en un país en donde una persona del común y latina carece de influencias.
Este médico ha viajado por varias partes de mundo para aprender más sobre su especialidad.
Archivo particular
Conocimos de casos de acoso, xenofobia, derechos laborales y migratorios negados y de muchos a los que no les pagaban sueldos o prestaciones
Pero logró que se hiciera justicia. En abril de 2014 ganó la demanda que reconoció que su despido fue improcedente. “Para que eso se diera me tocó pelear contra una resolución de un director general de ordenación profesional de España que decía que yo no tenía derecho a reincorporarme al sistema de formación sanitaria española”.
En octubre de 2015 le ganó una demanda al Ministerio de Sanidad de España y en febrero de 2016 logró entrar al Hospital Universitario A Coruña. “Recuerdo que el día que llegué me dijeron: ‘Sepa que nosotros no queríamos que usted llegara a este hospital’ y yo les dije: ‘Sepan que yo tampoco’”.
Pero con el paso de los días, esa hostilidad se fue reduciendo a palabras de agradecimiento y admiración por la calidad de su trabajo y terminaron por defender su causa. En total fueron cinco años y tres meses de formación en ese país que le costaron sangre.
Recuerdo que el día que llegué me dijeron: ‘Sepa que nosotros no queríamos que usted llegara a este hospital’ y yo les dije: ‘Sepan que yo tampoco'
Y es que este médico no ha parado en su formación. Ha ampliado su formación en trasplante pulmonar en Brasil, Bélgica y Austria y realizado cursos en lugares como Shanghái y en todos ha aprendido algo nuevo de su especialidad. Eso le permitió aspirar a opciones labores como una en el Hospital Universitario Puerta de Hierro en Majadahonda, pero, como siempre, un papel se le interpuso en su camino. “Allá estuve a punto de entrar, pero no tenía papeles y no me pudieron contratar”.
El 27 de noviembre de 2019 radicó todos sus papeles en Colombia luego de haberlos perdido todos en un aeropuerto. Y ahí comenzaba una nueva lucha, pero en su país.
Juan Pablo Ovalle estaba acostumbrado a pelear por sus derechos fuera de su país, pero nunca imaginó que le negaran sus derechos en Colombia. “Cuando pensaba que cumplía con todo y más para convalidar mi título me llegó una primera resolución el 10 de junio de 2020 negándome la convalidación”.
Argumentaban falta de experiencia en reconstrucción bronquial, cuando este médico ya había participado en varios trasplantes de pulmón.
Ovalle tenía todas las pruebas de intensidad horaria, pero nada servía, y lo peor era que cuando llegaban las resoluciones estas no explicaban qué era lo que faltaba.
Fueron muchas noches de frío para que este médico lograra su cometido.
Archivo particular
Cuando pensaba que cumplía con todo y más para convalidar mi título me llegó una primera resolución el 10 de junio de 2020 negándome la convalidación
Él solo pedía respuestas coherentes a sus peticiones y para que se eligiera a profesionales pares para revisar sus documentos, porque hasta ese momento un odontólogo, un bacteriólogo y un médico general con maestría en nutrición eran quienes habían estado a cargo de dar el concepto académico de no convalidar.
Pasaron días hasta que llegó la tercera negación de convalidación. “En ese momento pensé que me iba a tocar iniciar una demanda que seguro tardaría cuatro años o más. Era como no tener certeza de nada”, contó.
Pero un día tomó la decisión de encadenarse a una reja en el Ministerio de Educación. Quería sentar un precedente, porque no es solo un papel o un título, sino una vida profesional que se trunca por falta de un requisito.
Quería sentar un precedente, porque no es solo un papel o un título, sino una vida profesional que se trunca por falta de un requisito
Esta semana, el frío, el hambre y la incertidumbre terminaron. El Ministerio de Educación informó: “Con el fin de garantizar la transparencia y el debido proceso, se evaluó el caso del señor Ovalle con el apoyo de la Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad de Educación Superior (Conaces), resolviendo la solicitud de convalidación de forma positiva para el título de especialista en Cirugía de Tórax, gracias a la información aportada por la institución formadora”.
En fin, el médico Ovalle es el rostro del esfuerzo de cientos de profesionales que ante esta clase de escollos terminan saliendo del país.
Y no es una especialidad para despreciar en un país como Colombia y en una época como la actual. Un experto de cirugía del tórax y con formación en trasplante pulmonar es un médico que se especializa en los procedimientos quirúrgicos de los pulmones, el esófago y otros órganos del tórax, por mencionar solo algunas características.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
Escribanos@eltiempo.com