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La estrategia de La Haya para ir a la vanguardia
La Haya

El espacio público es una característica destacada de La Haya, donde la gente se vincula con el desarrollo local.

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Embajada Países Bajos

La estrategia de La Haya para ir a la vanguardia

La alcaldesa Pauline Krikke explica cómo gestiona la calidad de vida de esta ciudad. #MundoUrbano.

Pauline Krikke, alcaldesa de La Haya (Países Bajos), se da el lujo de regir una de las ciudades más reconocidas en el mundo por su amabilidad con la bicicleta y, encima, estar entre las consideradas más seguras del planeta.

Para alcanzar esos altos indicadores, en los que, además, se destaca por la calidad de vida que les ofrece a sus habitantes, se han adelantado procesos sostenidos durante décadas, los cuales han trascendido las distintas administraciones de turno. Krikke, en entrevista con EL TIEMPO, alude a la gestión que realiza su gobierno en sectores tan variados como la llegada de nuevos inmigrantes, espacios públicos y movilidad.

¿La Haya es una ciudad de servicios más que una ciudad industrial? ¿Cómo logran que el desempleo se mantenga en un bajo nivel?

La Haya es una ciudad de gobernanza. En este sentido, los Países Bajos son únicos en el mundo al tener el gobierno y el Parlamento en La Haya, fuera de la capital, Ámsterdam. Debido a años de recortes en el sector público se perdieron muchos trabajos. La Haya tuvo que reinventarse para aprovechar su potencial económico. Este potencial se encuentra, sobre todo, en los sectores de ciberseguridad y turismo. Nuestra posición como Ciudad Internacional de Paz y Derecho también genera muchos empleos. En total, las organizaciones internacionales generan más de 38.500 empleos en La Haya y alrededores. Esto también trae muchos empleos indirectos en el sector servicios, como restaurantes, hoteles, limpieza y taxis.

¿Cuál es la política frente a los inmigrantes y cómo logran que estos se incorporen al modelo de ciudad y a los distintos sistemas sociales?

Más del 50 por ciento de los habitantes de La Haya tienen un origen de fuera de los Países Bajos. Con esto, La Haya es muy diversa y multicultural, donde las personas, con diferentes orígenes culturales –140 en total– y convicciones, conviven. En el interés de los habitantes y de la ciudad es importante que todos los que conviven la sientan como su hogar, que tengan la posibilidad de forjar su propia vida y contribuir.

Trabajamos en un enfoque coherente mediante el cual un recién llegado debe conocer la sociedad de La Haya con sus normas y valores, y así pueda insertarse en una red social y así aprender el idioma. Menciono un ejemplo: a finales de este año empezaremos un proyecto en el cual los recién llegados serán contactados con un mentor, quien los familiarizará. Un mentor puede ayudar en enseñar el idioma, la ciudad, la sociedad y la cultura neerlandesa.

Los mentores pueden provenir de las organizaciones de la sociedad civil o, incluso, de empresas. De igual manera, la alcaldía proporcionará horas libres en el horario de sus funcionarios para que puedan ser mentores.

¿Cómo consiguen que los ciudadanos se apropien del espacio público y qué política se sigue para generar uno que sea de calidad?

Le doy mucha importancia a la apropiación de las personas de su entorno. La Haya últimamente ha dado un gran impulso al espacio público. Esto se hace siempre conjuntamente con los habitantes del barrio, para que el espacio público realmente les pertenezca a ellos. Cuando se piensa conjuntamente sobre el espacio en el barrio, surge la apropiación en los habitantes y comerciantes del sector.

El lema del concejo municipal en el periodo 2014-2018 es ‘Confiar en la fuerza de La Haya’, y esto tiene una buena razón de ser. Un buen ejemplo: recientemente estuve visitando el centro del barrio de Laak, un sector con grandes desafíos. Después de cuatro años de haber permanecido vacío, los habitantes recibieron de la alcaldía el sitio para su autogestión. Esto fue en el 2015. Todo el sitio fue renovado por voluntarios. Una diseñadora de interiores del barrio hizo el diseño. ¿No es maravilloso?

Para ustedes, la bicicleta es un vehículo clave en la movilidad, ¿qué estrategias usan para que los ciudadanos la usen cada vez más?

Los habitantes cada vez montan más en bicicleta, en total, todos los ciudadanos montan alrededor de 5 millones de kilómetros por semana. La bicicleta también es de gran uso para el trabajo diario de la policía.

Se tiene planeado incrementar el uso de la bicicleta en un 30 por ciento en el periodo 2010-2020, y en un 50 por ciento para el 2030. Dado el crecimiento anual de 2 por ciento en los últimos años, este objetivo debe ser posible de alcanzar. Las personas solo usan la bicicleta cuando hay ciclovías seguras y confortables y suficientes parqueaderos. En eso invertimos. Entre 2015 y 2016, La Haya invirtió 20 millones de euros en infraestructura para bicicletas. Y continuaremos así.

En el diseño y la realización de la nueva infraestructura para bicicletas trabajamos de la mano con ingenieros de tráfico, expertos en planeación urbana y arquitectos paisajistas. Hacemos diseños que no solo ofrecen una estructura de alta calidad, sino que al mismo tiempo mejoramos la calidad de espacios públicos y espacios verdes.

Parte del metro de La Haya es elevado, y su gestión es eficiente, lo mismo que el desarrollo urbano en torno a este. ¿Qué consejos le daría a Bogotá, que empieza a desarrollar un sistema de trenes similar?

Un buen ejemplo del uso de diferentes tipos de transporte en La Haya es la ruta entre La Haya y la ciudad cercana Zoetermeer. Puedes tomar el tram –es un metro sobre el suelo– en La Haya, en donde hay muchas paradas cercanas, para que atienda a una amplia parte de la ciudad. En cierto momento, el tram cambia al ferrocarril del tren y entonces el tram sigue rápidamente sin muchas paradas. Después en la ciudad de Zoetermeer, otra vez cambia al carril de tram con todas sus paradas próximas la una de la otra. Así, los usuarios pueden ir fácil y rápidamente, sin cambiar de transporte, ir de A hasta B.

El punto de partida es que los usuarios puedan ir rápido y de forma segura. El tram funciona muy bien para La Haya. En una gran parte tienen vía libre, un carril exclusivo, en donde pueden transitar rápidamente. Claro que en la ciudad hay otros aspectos como los demás usuarios e intersecciones transitadas. Por ende, este sistema tiene sus límites. Cuando la ciudad crece mucho, surge la necesidad de un sistema rápido de tren ligero superficial o subterráneo (metro). También lo estamos considerando en La Haya.

FELIPE MOTOA FRANCO 
EL TIEMPO
@FELIPEMOTOA

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