El municipio de La Calera, al nororiente de Bogotá, sigue en alerta roja luego de que un talud de tierra de una hectárea se deslizara la semana pasada, lo que ocasionó la evacuación preventiva de 35 familias en las zonas rurales de La Calera, Choachí, Ubaque y Fómeque ante el riesgo de una avalancha.
Según los organismos de emergencia, el derrumbe provocó el taponamiento del río Blanco, por lo que aguas abajo se hizo necesario que las familias se fueran de sus casas debido al peligro latente de que el afluente recuperara fuerza hidráulica por las lluvias presentadas la semana pasada en la zona.
Como aún es inminente el peligro, desde el jueves la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo (UAEGRD) llevó maquinaria: una retroexcavadora sobre orugas prestada por el Instituto de Infraestructura del departamento, un carrotanque facilitado por las Empresas Públicas de Cundinamarca y cuatro bombas de alta presión de los bomberos con las cuales remueve lodo para que el río Blanco recupere su cauce aguas abajo.
Por eso, bomberos del municipio trabajan monitoreando la zona del deslizamiento, ya que allí persiste el riesgo debido a la retención de 300.000 m³ de tierra y lo inaccesible del lugar, incluso para los organismos de rescate, por lo que todavía es necesario mantener la alerta en la zona.
“Estamos garantizando que el río no se vaya a represar, pero sigue la alerta roja aguas abajo por los 300.000 metros cúbicos de tierra que están retenidos. El afluente ha permitido escurrir el lodo, pero se debe garantizar que no se represe”, explicó Wilson García, director de la UAEGRD.
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