Kaled es un labrador chocolate de mirada juguetona y un hocico blanco que le dejó el paso del tiempo. Durante nueve años trabajó en la Policía nacional como canino antiexplosivos, pero ha llegado el tiempo de jubilarse.
Él no es un perro cualquiera. Gracias a su increíble olfato y su particular temperamento, Kaled hizo parte de algunos de los operativos de seguridad más importantes del país. Bajo su nariz estuvo la tranquilidad de importantes personalidades y con sus ladridos podía alegrarle el día a sus compañeros humanos.

Con esta calle de honor, la Policía despidió a Kaled, el perro que los acompañó 9 años en antiexplosivos. Gina Chávez /Periodista Citynoticias
Este canino no siempre formó parte de la Policía. Nació en el 2008 en una vereda cercana al municipio de Soacha y allí creció algunos meses al cuidado de una familia que entonces lo llamaba Odín; antes de cumplir un año fue donado a la Policía Nacional en donde su nombre cambió.
En cuestión de semanas los guías caninos notaron sus habilidades para olfatear y buscar, por eso fue entrenado en la especialidad de antiexplosivos y gracias a ello recorrió casi todo el territorio nacional; hizo parte de los esquemas de seguridad de varios vicepresidentes, estuvo en los pasillos de la Presidencia de la República y el Congreso, pero desde hace tres años su vivienda ha sido la Dirección de Protección y Servicios especiales de la Policía Nacional, en Puente Aranda.
El general Julio González, director de esa unidad, no olvida los ladridos del canino para saludar y la habilidad que no se ha perdido con los años para olfatear. “Durante estos años Kaled nos alegraba los días. Es un canino feliz que aparte de brindar seguridad acompañaba a los miembros de la institución en sus labores cotidianas. Lo vamos a extrañar”, señaló el General.

Los amigos perrunos de Kaled estuvieron presentes en la despedida. Gina Chávez / Periodista Citynoticias
Hoy Kaled recorrió de nuevo las oficinas de la Dirección, se despidió de los agentes que lo vieron crecer y en medio de una ceremonia hecha sólo para él recibió una medalla al valor, una placa de reconocimiento, un bono para disfrutar de un spa canino y un sinnúmero de aplausos.
Su guía, el subintendente Pedro Alexis Suárez, no pudo contener las lágrimas cuando desde una tarima se refería a las bondades de su amigo canino. “Te prometo que te voy a cuidar todos los días y te agradezco por haberme acompañado en los momentos más difíciles. Gracias Kaled”. Y entonces el canino extendió su pata derecha para responder al saludo.

Desde ahora, Kaled colgó el chaleco antiexplosivos para entrar en su vida de jubilado. Gina Chávez / Periodista Citynoticias
El homenaje terminó con una calle de honor en la que además de los policías, estaban los caninos que fueron sus compañeros: Ítalo, Marlon, Dilan y otros de sus amigos perrunos lo despidieron, y con el cambio de su chaleco de policía por una colorida pañoleta comenzó una nueva vida para este perro que ahora disfrutará de su vejez sin los afanes del trabajo.
Kaled salió por la puerta grande de la Dirección de Protección, y al lado de su guía canino agradeció los aplausos con un sonoro ladrido.
GINA PAOLA CHÁVEZ
Periodista Citynoticias