Alrededor de 300 indígenas de la comunidad Embera que residían en un albergue en el sur de Bogotá aguardan una solución por la finalización del contrato que les garantizaba un techo para resguardarse.
El acuerdo con el hogar que aloja a 59 familias se venció y no se había firmado uno nuevo para dar continuidad a la atención a esta población desplazada.
Sin embargo, esto no significa que esta noche (de martes) duerman en la calle, según explicó Ramón Rodríguez, director de Gestión Social Humanitaria de la Unidad de Víctimas.
Desde la entidad, ya se activó una ruta de ayuda humanitaria que consiste en un subsidio que oscila entre los 600.000 y el millón de pesos. Con el dinero, se espera que las familias se sostengan en los próximos 15 días, plazo en que se espera concretar el próximo contrato de albergue.
"Estimamos que esto suceda entre el 17 y 20 de agosto. El nuevo acuerdo iría hasta diciembre y ya se está gestionando el del próximo año", afirmó Rodríguez.
El funcionario confirmó que esta noche (martes 31) los indígenas están en el albergue y definen su estadía temporal. Algunos están negociando con el encargado de la casa, otros se alojarán en hogares de amigos y familiares y, otros, dijeron que volverían temporalmente a Risaralda.
De acuerdo con la Dirección de Asuntos Étnicos de la Secretaría de Gobierno, entre junio y agosto del año pasado se censaron 738 indígenas, que se conforman en 169 familias. Esta comunidad reside sobre todo en las localidades de Los Mártires, Santa Fe y La Candelaria.
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