El próximo miércoles 30 de noviembre se cumplen tres años del crimen de Luisa Fernanda Ovalle, la porrista de Millonarios asesinada a pocos metros de su casa en el 2013, y hasta hoy no hay capturas ni responsables por este hecho de violencia.
Una de las pruebas que tiene la Fiscalía en este caso es un video de una cámara de seguridad en el que se ve al presunto agresor de espaldas. “No ha sido posible, pese a las numerosas labores investigación de la Policía judicial, establecer la identidad de esa persona”, señala el ente investigador a cargo del caso.
El asesinato se registró en el parque Rincón de los Ángeles en el sector de Castilla de la localidad de Kennedy, cerca de la casa donde vivía Luisa Fernanda, de 18 años. “Mi hija me llamó a las 6:13 de la tarde de ese sábado; que ya venía. Le respondí que la esperaba para ir a una reunión, y me despedí. Te amo con mi alma, te espero, mami, te amo con todo mi corazón, esas fueron las última palabras que le dije”, recuerda Tatiana Chaves al momento de acomodar un altar que tienen en el cuarto de su hija y en el que se ven dos fotos de ella rodeadas de una imagen de la Virgen y algunos rosarios que amigos le han regalado.
“A las 8 y 10 de la noche dije: ‘Luisa no ha llegado’, y en seguida sonó mi celular y me dijeron: ‘encontramos a su hija herida y está en la clínica de Occidente’. Ahí empezó nuestro calvario, nuestro dolor y nuestra tristeza”, describe.
Sobre la persona que se ve en el video, Tatiana asegura que, desafortunadamente, este señor corre con tanta suerte que las cámaras lo captan de espaldas, y esto ha sido difícil para su identificación porque espaldas hay muchas y rostros, solo uno.
De la investigación asegura que no le dicen más allá de hacer operativos o búsquedas, pero todo lo que hacen no arroja resultados positivos.
“Llevo tres años esperando justicia, y esta no llega. No puede ser que a mi hija la haya matado un fantasma y que este sea un crimen perfecto. No puedo creer que no se encuentre o nunca se vaya a encontrar al criminal, porque nada es perfecto y guardo la esperanza de que algún día lo van a capturar”, sentencia.
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Tatiana hace una pausa y vuelve a mirar el altar y agarra en sus manos una de las fotos de su hija. “Ella debe seguir conservando su espacio físico en nuestra casa. Este cuarto, que es el de mi hija, es muy espiritual; es un lugar de oración, y aquí se siente la presencia de ella. Están sus libros, sus muñecos, su ropa. Nada vale más la pena que luchar y ser feliz por la familia”, reflexiona.
La atribulada madre lamenta que el trabajo de la fiscal que inició el caso de su hija no hubiese sido tan riguroso como ameritaba el crimen. “Tuvo la oportunidad y el tiempo suficiente para investigar. Si se hubieran realizado acciones rápidas y ella no se hubiera ido de vacaciones, se podría haber encontrado al asesino al poco tiempo”, manifiesta.
En el primer año del crimen se hicieron varias marchas, rosarios y misas en el parque, y la comunidad indignada pedía justicia. “Pero nos dimos cuenta de que haciendo eso aumentaba nuestro dolor, y hoy el sentimiento ha cambiado; sí queremos justicia, y aunque es prioridad también buscamos ganarnos el cielo para volver a verla”, describe al acercarse a pocos metros del sitio donde la porrista del equipo embajador fue atacada con arma blanca.
Allí hay un altar con una Virgen y ángeles; en una placa hay una frase de Luisa que escribió pocos días antes de morir: “Había sido sin dudarlo la más linda de las estrellas”.
Nuevamente, la madre reflexiona y dice que faltó investigación, al igual que el acompañamiento de la comunidad para que diga si escuchó algo o vio lo que pasó.
Cambio de fiscalHasta hace tres meses la investigación estaba a cargo de la fiscal Soledad Holguín. “Ella es entregada a su trabajo, especializada en investigar feminicidios, siente el dolor que uno vive. Confío en ella, pero desafortunadamente la cambiaron”, comenta.
El ente investigador dice que la fiscal fue ascendida en razón de sus resultados. “El nuevo fiscal que la reemplazó, al igual que la Fiscalía, están atentos para atender las inquietudes de la familia de Luisa Fernanda de manera oportuna”, señaló la Fiscalía.
Sobre el asesino de su hija, asegura que aunque no sabe quién es, trabaja todos los días para tratar de perdonarlo.
“Sé que no tiene paz espiritual ni mental; no solo mató a un ser de luz, sino a toda una familia, y eso no lo debe dejar descansar en paz. Le pido que se entregue y nos dé la cara, y así ponerle fin a todo este dolor”, manifiesta. También asegura que no sospecha de nadie, ya que su hija no tenía problemas.
Por último, le pide a la Fiscalía que le permita a la fiscal Holguín seguir investigando el caso. “Lo pido como madre víctima de la violencia, porque sería como comenzar de cero con otra fiscal”, concluye.
JOHN CERÓN
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter johcer@eltiempo.com