Hombre se reencuentra con su hermana tras vivir 38 años en la calle

La vida de Obed Antonio Márquez, un hombre de origen paisa, cambió para siempre después de la muerte de su madre. En ese entonces tenía 17 años. Decidió dejar Medellín, su ciudad natal y, de forma inevitable, se sumergió en el mundo de la droga. Sin embargo, cuenta que sus plegarías fueron escuchadas, pues pudo volver a ver y abrazar al ser que siempre llevo consigo.

En medio de la intervención de la Secretaría de Integración Social en el canal Comuneros la semana pasada, a Obed Antonio le preguntaron por un número de contacto de alguno de sus familiares. "Yo me acordé de un número, el de mi hermana y se los di", cuenta. "Me la pasaron y yo le dije quien era".

Obed Antonio vivió en las calles por 38 años y no podía creer lo que estaba pasando. Entre lágrimas le contó a Gloria que se trataba de su hermano. Ella tampoco lo podía asimilar. "En un momento no fui capaz de seguir hablando con ella y les devolví el celular", afirma.

El paisa de 55 años llevaba un mes en el canal de la 6.ª después de abandonar una fundación de la que hizo parte en Patio Bonito. Allí, en las cadenas de oración que realizaban, él solo le pedía a Dios que lo reencontrara o comunicara con su familia.

Cuando reconoció la voz de Gloria, tuvo un encuentro de sentimientos. Obed Antonio asegura que a pesar de la alegría que sintió, también se le partió el corazón por el tiempo que perdió con su familia.

Pero la vida le ha dado una segunda oportunidad para dejar atrás los recuerdos en los que vivió en la calle del Cartucho y el Bronx en la capital. Antes de llegar a Bogotá, había vivido en Barranquilla y el Magdalena.

Él recuerda a Gloria por la mano que le tendió aquella vez que se lo llevaron preso. Ella pagó la fianza para que recuperara la libertad. Ahora, una vez más en largos años, podrán volver a abrazarse. La felicidad para Obed Antonio es infinita, afirma que no se había sentido de esa forma en mucho tiempo.

BOGOTÁ