David, de 50 años y originario de Inglaterra, decidió salir este jueves a las calles del centro de Bogotá para unirse a la marcha.
El hombre llegó al país desde hace dos años, pues siempre le llamó la atención Colombia. Desde que esta aquí ha escuchado sobre las manifestaciones, pero esta es la primera vez que decidió unirse a una de ellas.
Afirmó haber estado en la protesta porque quería tener un registro fotográfico, además dijo estar de acuerdo con el pueblo que ha salido a marchar, sin embargo, le disgusta la violencia que pudo presenciar y registrar con su cámara fotográfica entre las personas y la Policía.
“Yo estaba en la Plaza de Bolívar desde temprano y habían cientos de personas, todo estaba pacífico. Pero después la policía comenzó a tirar gases e hizo que muchos salieran a correr y se aplastaran unos a otros. Me pareció que esta acción enfureció a los manifestantes pacíficos y por cada acción hay una reacción”, dijo.
También se refirió al gas lacrimógeno que, inclusive, alcanzó a afectarlo durante las marchas en el centro de la ciudad. “La diferencia de las protestas entre Colombia y mi país es que hoy en día las autoridades de allá usan el gas lacrimógeno como última opción, mientras que aquí lo usan como la primera", afirmó.
Sin embargo, dijo que la protesta le recordó un incidente similar en Inglaterra en 1989 (Hillsborough), cuando 96 partidarios del fútbol murieron aplastados por un tumulto, incluido un amigo suyo de 21 años.
“Si el gobierno escuchará más y enfrentará menos habrían menos protestas y menos violencia. El desafío también es garantizar que los beneficios lleguen a todos, no solo a unos pocos. Como observador pienso que la corrupción y la burocracia pareciera ser el obstáculo para alcanzar esto en Inglaterra, Colombia y otros países del mundo”, agregó.
David es un apasionado por la fotografía, por lo cual tomó varios registros durante la jornada.
Andrea Hernández / EL TIEMPO
No hay nada más colombiano que los cacerolazos, al igual que el reguetón, al que todavía me sigo acostumbrando
Al preguntarle si se quedaría en Colombia después de ver estas marchas él contestó que sí, pues la gente es muy amable, amorosa y tiene derecho a protestar.
"Elegí vivir en Colombia porque la gente de aquí no ha perdido su espíritu comunitario como ha pasado en Inglaterra. Un ejemplo de eso son los cacerolazos en la noche. No hay nada más colombiano que los cacerolazos, al igual que el reguetón, al que todavía me sigo acostumbrando", aseguró.
Este viernes, un día después del paro nacional, Dave sigue pensando que el país necesita estar unido y pelear menos unos con otros. Así como sucedió en Inglaterra, él considera que lo importante es aprender de los errores del pasado y encontrar las razones que nos unen como colombianos e, incluso, como ciudadanos del mundo sin importar el país en el que hayamos nacido.
A las 7 p. m., casi 4 horas después de la reunión en la Plaza de Bolívar, los desmanes continuaron en Suba, localidad en la cual infiltrados se metieron y sacaron el Súpercade, y en las inmediaciones de la Universidad Nacional, donde los encapuchados buscan detener el reintegro del flujo vehicular
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