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Bogotá

Estudiantes diseñan paraderos para hidratarse en bici sin bajarse

Prototipo de los módulos de los biciestaciones a escala real. Estos puestos estarían a cada cuatro kilómetros en la ciclovía

Prototipo de los módulos de los biciestaciones a escala real. Estos puestos estarían a cada cuatro kilómetros en la ciclovía

Foto:Universidad Nacional

Alumnos de la Nacional crean biciparaderos para que los ciclistas hagan pausas en largos recorridos.

Diana Rincón
Para las personas que no se han animado a utilizar la bici para ir a su trabajo por las largas distancias ya no hay excusa. Estudiantes de la Universidad Nacional diseñaron biciestaciones que permiten hacer paradas estratégicas para hidratarse y reposar sin bajarse de la bicicleta.

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Miguel Ángel Urrego, un estudiante de Diseño Industrial y uno de los jóvenes que participaron en este proyecto, explicó que el esquema está pensado para tener una isla de parqueo ubicada en la franja de paisajismo, es decir, en las zonas verdes que rodean las ciclorrutas. Esta ocuparía 70 centímetros de ancho, y allí se ubicarían los módulos.
“La estructura está compuesta de cinco partes. Con una altura máxima de 2,30 metros, cuenta con 80 bombillos led en la parte inferior, un bebedero a 1,20 metros de altura para facilitar la hidratación, un agarradero y un posapié para brindar equilibrio a los biciusuarios”, dijo Urrego.
Además, estos módulos pretenden contribuir al reverdecimiento de la ciudad, así que implementarían techos verdes, que tendrán un tapiz vegetal, con un sustrato vegetal a base de fibra de coco, donde se plantarían especies de bajo consumo de agua.
Al igual que sus compañeros, Miguel es ciclista urbano desde hace un año. Aseguró que este sistema se pensó por tramos de 16 kilómetros de ciclovía, en donde cada 4 kilómetros estuviera una biciestación.
La estructura sería de acero inoxidable y se instalaría con un sistema de anclaje que entra 30 centímetros en la capa asfáltica, en donde se infla con pernos.
La idea se gestó luego de ver que los usuarios no tienen lugares para hidratarse. “Muchos tienen que esperar en los cruces o intersecciones donde poder orillarse. Para ponerse el impermeable tenían que bajarse de la bicicleta y dejarla de cabeza para que no se la quiten. Esto ha llevado a que los ciclistas se retrasen en sus recorridos”, agregó Miguel.
Uno de los objetivo de los estudiantes es incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte en recorridos largos, pero ofreciendo a los biciusuarios un espacio de descanso pasajero al ver las dificultades de estos recorridos. Aunque la iniciativa se encuentra en fase de diseño, se realizó un taller de campo con los ciclistas urbanos de la calle 26. Según Urrego, entre las personas que participaron en el experimento se observó que la ciudad necesita espacios seguros para hacer escalas. “Un ejemplo que encontramos fue el de unas personas que venían desde Fontibón. En un recorrido de 30 minutos pudieron tomarse dos minutos de descanso y seguir su camino. Les gustó la idea de reposar por un instante”.
Inicialmente se había planteado que las biciestaciones se integraran a la red del acueducto, pero muchas de las tuberías están distantes a los módulos, así que tienen contemplado disponer un depósito de agua y una bomba hidráulica que se abastecería periódicamente.
El concepto se desarrolló por medio de dos grupos: La primera fase se dio en la práctica proyectual I, encargada de generar el concepto inicial, después pasó al equipo de viabilización, cuyos miembros desarrollaron el esquema de prototipos. Este grupo estaba conformado por Luisa Bulla, Joan Contreras, Camila Medina y Julián Sánchez.
MARÍA FERNANDA ORJUELA
Especial para EL TIEMPO
Twitter: @mafelona
marorj@eltiempo.com
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