Policías dotados de velocímetros nocturnos recorrerán desde esta noche y durante tres meses la avenida Boyacá, entre Usme, en el sur, y la calle 170, en el norte, para detectar y sancionar a los conductores que excedan los límites de velocidad.
La Secretaría de Movilidad eligió esta avenida para probar un plan piloto que busca reducir el exceso de velocidad, haciendo pedagogía en el día y sancionando con comparendos en la noche, entre 11 p. m. y 3 de la madrugada.
Según la Secretaría de Movilidad, el 7 por ciento de los 31.322 accidentes registrados en la ciudad en el 2015 sucedieron en la Boyacá. En el 2014, la cifra fue del 6 por ciento de los 33.718 sucedidos ese año. En el 2014 se registraron en 2.129 siniestros viales en esa avenida, en el 2015 fueron 2.117 y entre enero y agosto del 2016 van 1.269. (Lea también: Cien claves para bajar los accidentes en motocicleta en Bogotá)
En el 2014, estos accidentes dejaron 59 personas sin vida, de ellas 37 eran peatones. En el 2015 la cifra bajó en cuatro (54), al igual que la muerte de peatones (28), y en lo que va del 2016, han fallecido 25, de los cuales 11 eran caminantes.
Entre las principales causas, las autoridades tienen identificados el exceso de velocidad, la presencia de peatones, el alto tráfico de vehículos de carga, grandes distancias entre pasos peatonales seguros, bajo uso de los puentes peatonales y poca iluminación.
La Policía de Tránsito instalará puntos de control de velocidad con uniformados dotados de velocímetros nocturnos. "Con esta vigilancia, por una parte, se busca impactar lo menos posible el tráfico en el día, y por otra, abordar las horas de mayor número de siniestros con fallecidos que es en la noche y madrugada. En ese momento los conductores por la soledad de la avenida exceden los límites de velocidad", explicó el secretario de Movilidad Juan Pablo Bocarejo.
Darío Hidalgo, experto en el tema, manifiesta sobre esta medida, que la avenida Boyacá es uno de los corredores más riesgosos de la ciudad. "Funciona como una vía rápida con intersecciones muy separadas entre sí, al igual que los puentes peatonales. Pero tiene mucha actividad peatonal por comercio en sus costados", agrega. (Además: Apoyan bono a taxistas por reducir accidentes)
Esta medida incluirá enseñanza a los actores viales por parte de un grupo de pedagogía de la Secretaría de Movilidad que tendrá encuentros cara a cara con conductores de taxi, buses del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), automóviles particulares y motocicletas, para sensibilizarlos frente a los riesgos que conlleva el exceso de velocidad.
Estos se realizarán entre las 4 p. m. y 8 p. m. en estaciones de servicio, restaurantes y algunas intersecciones semafóricas en gran parte del corredor, que tiene 35 km de Usme a la calle 170. Los puntos más riesgosos son entre la avenida Primero de Mayo y la calle 13 y entre las calles 53 y 80.
Para José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, esto es positivo, sin embargo recomienda que hay que trabajar más, no solamente con las motos, sino también con los peatones, conductores de autos privados, operadores del SITP y biciusuarios. "Se hace necesario y urgente que la Agencia Nacional de Seguridad Vial se haga presente para fortalecer estas iniciativas", dice.
La Secretaría reiteró que estas medidas van acompañadas de acciones de ingeniería en vía con señalización, demarcación, semaforización y solución de pasos peatonales. "Este programa de gestión de la velocidad tendrá una duración inicial de tres meses, luego de los cuales se evaluará su pertinencia e implementación en este corredor a partir de las velocidades vehiculares registradas, la siniestralidad reportada, los resultados de las acciones pedagógicas y de control y la disminución de la cantidad de siniestros, fallecidos y lesionados por exceso de velocidad", agregó el Secretario. (También:
Ante la percepción de algunos conductores, en el sentido de que la avenida Boyacá tiene un tráfico muy lento y no entienden cómo van a reducir la velocidad, el funcionario asegura que hay trayectos en los que se alcanzan velocidades fuera del límite, sobretodo en la noche y la madrugada.
Según el Código de Transito la velocidad máxima es de 60 kilómetros por hora en la ciudad y en las zonas residenciales y escolares es de 30 kilómetros por hora y la multa por no acatar esta norma que es la (C29) cuesta $ 344.727. En el 2015 se impusieron 392 comparendos por esta infracción y entre enero y agosto del 2016 van 179 multas.
Según la Secretaría de Movilidad, la tendencia de siniestros viales en Bogotá se ha mantenido en los últimos 13 años en un promedio mayor a las 500 personas fallecidas por año, lo que implica unos costos altos para la ciudad en pérdida de vidas humanas y en productividad.
Desde el inicio de esta Administración, esta cartera se ha capacitado en el enfoque de Visión Cero, una política de seguridad vial implementada en países de Europa, principalmente en Suecia, de donde es originaria, Dinamarca y en algunas ciudades de América Latina. Allí, se han obtenido resultados importantes en disminución de fatalidades y lesiones por accidentes de tránsito. En Suecia, por ejemplo, se definieron los límites y se sanciona a los conductores que los incumplen, además de construir cruces seguros para peatones.
En Dinamarca, los conductores que infringen los límites de velocidad tienen 'puntos de demérito' en su licencia de conducción. Un conductor con una licencia nueva puede perderla si suma dos puntos de demérito.
Huecos tapadosA esta estrategia de controlar la velocidad en esta vía, se suma la intervención que desde el pasado 16 de agosto hace el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) para reparchar este corredor. Hasta hoy se han tapado 1.148 huecos a lo largo del corredor.
BOGOTÁ
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