Tres mil metros cuadrados de terreno volvieron a verse cubiertos de agua en el humedal Neuta, un ecosistema que por la acelerada urbanización de Soacha había sido tapado por escombros y plantaciones de junco.
Hoy, el panorama de la zona es distinto. Ya se observan aves como el pato canadiense –que por esta época emigra hacia Argentina y realiza paradas en Colombia– y otras 26 especies más que le dan vida a este espejo de agua.
El proyecto para recuperar el humedal lo inició el año pasado la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, y en la actualidad es apoyado por la Alcaldía de Soacha y dos empresas privadas que se han sumado a las jornadas de siembra de árboles: Pavco y Vidrio Andino.
Al ecosistema llegaron entre el año pasado y principios de este 500 nuevas especies de árboles nativos para enriquecer el ecosistema, y se cuenta con el apoyo de las comunidades de los barrios Quintas de la Laguna, Ducales sector I y II y parque Campestre, según comentó el alcalde Eleázar González.
“Los líderes sociales de la zona están trabajando en un programa para adoptar un árbol y cuidar el espacio, que por la urbanización estaba en mal estado”, indicó el mandatario.
Por su parte, Néstor Franco, director de la CAR de Cundinamarca, señaló que la llegada de viviendas a la zona cortó la conectividad que tenía el Neuta con el humedal Tierra Blanca, que queda a pocos metros del lugar.
“Lo que buscamos con estos trabajos es retirar del espejo de agua los juncos y los escombros que lo habían tapado, y hoy vemos que se logró. Además, se encerró el humedal con rejas para evitar la invasión y la instalación de cambuches, como venía ocurriendo”, indicó Franco.
Esta semana comienzan los mismos trabajos en el Tierra Blanca para lograr la recuperación ambiental de este punto del sur de Soacha, dada la importancia ambiental que tienen los humedales. “Ellos actúan como un riñón, reteniendo agua, con lo que se evitan inundaciones, y luego la sueltan en afluentes como el río Bogotá”, explicó Franco.
La decisión fue celebrada por ciudadanas como Marcela Blanco, quien vive en la zona. “Volví a ver las aves que siempre hubo, pero que por los daños en el humedal no habían regresado”, relató la mujer que hace 45 años vive en el sector.
CUNDINAMARCA
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