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‘El olvido de la ciudad empieza con darle la espalda al centro’
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Fernando Carrión, experto en centros históricos, conversa con EL TIEMPOFernando Carrión, experto en centros históricos, conversa con EL TIEMPO.
Plaza de Bolívar en cuarentena

Juan Diego Buitrago. EL TIEMPO

‘El olvido de la ciudad empieza con darle la espalda al centro’

Fernando Carrión es uno de los arquitectos y urbanistas que mejor conoce los centros históricos.

Si hay alguien que sepa de centros históricos (y de centros históricos de América Latina), es Fernando Carrión, arquitecto y urbanista ecuatoriano que ha dedicado buena parte de su carrera a investigar sobre estos, los corazones de las ciudades. Ha coescrito 12 libros y ha escrito casi 1.000 artículos que hablan de centralidades y patrimonios; ha participado en instancias de planeación y asesoría urbana de Quito y hoy se dedica a investigar con Flacso y a dictar conferencias sobre desarrollo urbano, centralidades y centros históricos. 

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En su agenda tiene este miércoles 25 de noviembre una cita para celebrar los 50 años de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (Fuga). Participará con la conferencia ‘El Centro y las nuevas formas de ciudadanía’.

EL TIEMPO habló con él días antes de su presentación.

¿Por qué esa fascinación por los centros?

Según las teorías organicistas de la ciudad, los centros son los corazones de las urbes. A partir del corazón, uno puede empezar a entender el conjunto de relaciones porque el centro no es otra cosa que el lugar a donde conducen todos los caminos. Se estima que un 15 o 20 % de la población de las ciudades va todos los días al centro.

¿Cómo están nuestros centros?

Están cambiando muchísimo. En América Latina hemos tenido tres tipos de centralidades. Uno que es la centralidad fundacional, donde se funda la ciudad. Luego, viene un proceso de especialización de funciones, la gente empieza a salir de esa zonay, entonces, la ciudad se hace policentral. El tercer momento es que esas centralidades ya no son solo de ciudad, sino que hay nodos de articulación con el conjunto de ciudades del mundo, del sistema urbano global.

En su trabajo habla del urbicidio o de los factores que matan las ciudades. ¿Qué factores han favorecido esa muerte o deterioro de los centros históricos?

El primer olvido que se produce en las ciudades de América Latina es cuando las élites le dan la espalda al origen, al centro histórico. Empieza la expulsión de ciertas funciones residenciales y se crean otras centralidades. Por ejemplo, en el centro histórico de Quito, que es patrimonio de la humanidad, se han hecho una serie de intervenciones en iglesias y espacio público, que quedaron muy bien; pero pasó que en el 2000 vivían 76.000 personas en el centro, hoy viven 32.000.Es decir, se está produciendo un vaciamiento de sociedad que lleva de la mano a que el centro tenga un horario de oficina –se abre a la 8 a. m. y se cierra a las 8 p. m.–. Ha perdido sociedad, tiempo y espacio. Eso es el urbicidio.

(Además: Salvar la vida urbana, el reto del día después del covid-19)

Usted ha dicho que al renovar los centros, se corre el riesgo de aumento de valor del suelo y del desplazamiento de las comunidades originales. ¿Cómo evitar eso?

No queda otra alternativa que el subsidio. Hay un momento determinado en que ya no es suficiente densificar, sino que hay que cambiar el uso del suelo: ya no es residencial, sino comercial. Y para evitar expulsar a los que ya están, tiene que haber políticas de subsidio. Perder la población original del centro histórico es vaciarle de sociedad.

¿Qué son las nuevas formas de ciudadanía?

Tiene que ver con la necesidad de recuperar a los sujetos patrimoniales, yo defino a los sujetos patrimoniales a aquellas personas que habitan los centros históricos y a aquellas instituciones como los municipios que definen políticas y que esos están obligados a transmitir el valor de una sociedad a otra. Eso significa que en los centros históricos no hay que pensar exclusivamente en la conservación. Pongo el ejemplo de Bogotá, donde la plaza de Bolívar ha cambiado tanto: cada cambio implica la presencia de nuevos sujetos patrimoniales y da la condición de ciudadanía patrimonial, es decir que todos tenemos derecho sobre ese elemento.

¿Qué es clave, entonces, en la recuperación de los centros? En Bogotá se espera activar la zona a través del metro...

Un centro se define por dos cosas: por la cantidad y calidad de funciones centrales (políticas y públicas) y por la accesibilidad. Si no existe la accesibilidad, la función central no puede cumplirse. También hay que establecer esquemas de participación de ciudadanía patrimonial, para darles voz a esos sujetos patrimoniales en los procesos de diseño y transformación de los centros.

En Bogotá se hizo una inversión en renovación del centro, pero la 7.ª se llenó de informales y, ahora, poco se puede transitar por allí. ¿Cómo manejar eso?

Se podría decir que unos de los sujetos patrimoniales son los del comercio informal. Generalmente esta población se localiza donde hay la demanda; si a esos lugares va el 15 o 20 % de la población, pues allá está la demanda. Eso es complicado... se puede resolver con políticas que no son de intervención en el espacio explícito del centro, sino por fuera: hacer centros comerciales de carácter popular, por ejemplo. En el caso de mantenerse esa población, hay que entrar en una política de racionalización: cuánto podemos permitir, cuánto se puede tolerar, qué tipos de productos pueden haber, cómo vender... puede haber espacios estáticos o pueden haber movibles en distintos tramos del centro, pero hay que negociar con ellos.

¿Hay ciudades que lo hayan logrado?

Es difícil. Creo que de los centros históricos que han logrado un mejor desarrollo es el de Ciudad de México. Pero, en ese caso, una parte importante de la cultura culinaria mexicana es comer en la calle y romper eso es muy complicado.

(Para seguir leyendo: Carlton Reid, una vida de periodismo hecha a puro pedal)

¿Los centros históricos tendrán que cambiar después del covid-19?

Creo que hay que repensarlos de forma definitiva. Si vemos lo que está ocurriendo con nuevas centralidades, hablemos de Nueva York: de Manhattan han salido 550.000 personas por cuenta del covid. Y por las tecnologías de la comunicación ya estamos hablando de la teleciudad, que produce una deslocalización del trabajo. ¿Para qué voy a ir a la oficina si voy a trabajar desde mi casa? Hay una deslocalización del centro y una relocalización: gente que se está yendo a la periferia, como pasa en la sabana de Bogotá.

¿Cree que una de las víctimas de covid-19 son los centros?

Sin duda. Hay dos conceptos que son claves con el covid, que es densidad y distancia. Las zonas centrales son las más proclives que el contagio.

La Fuga celebra sus 50 años con un seminario internacional
Sector Cultura

Uno de los distritos creativos de Bogotá es el Bronx. Este será un ejemplo para desarrollar otros 11 espacios en siete localidades de la capital.

Foto:

Secretaría de Cultura

Para celebrar los 50 años de labores de revitalización cultural del centro de Bogotá, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (Fuga) organizó un seminario para compartir experiencias de gestión de centros históricos y centros urbanos en distintas ciudades del mundo.

La cita será este 25 y 26 de noviembre y será virtual y gratuita, pero requerirá inscripción a través de www.fuga.gov.co. En el Seminario Fuga 50 participarán invitados nacionales e internacionales que presentarán ponencias y conversarán en torno a dos temáticas: el centro y el ejercicio de nuevas ciudadanías, y la revitalización cultural en tiempos de (pos) pandemia.

“Aprovechando las bondades que nos ofrecen las herramientas digitales decidimos celebrar nuestro aniversario con un seminario virtual en el que a través de diferentes espacios académicos se generará un debate sobre la importancia del centro en las ciudades, el potencial de nuestro centro y el papel que jugará en esta nueva normalidad. La Fuga ha estado y estará en el centro, un lugar privilegiado desde donde continuaremos construyendo ciudad desde el arte y la cultura”, afirma Adriana Padilla Leal, directora de la Fuga.
La instalación del seminario será el 25 a las 8:30 a. m. y continuará durante el día con la participación de Alberto Escovar, del Ministerio de Cultura, e investigadores nacionales en gestión urbana. A las 11 a. m. hablará el arquitecto ecuatoriano Fernando Carrión, uno de los mayores expertos de la región en centros históricos, y a las 3 p. m., la jornada cerrará con el conversatorio ‘La representación de la ciudad en el cine’.
El 26, por su parte, se iniciará con un conversatorio a las 8:30 a. m. en el que estará la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, conversando sobre el futuro del centro de Bogotá desde el Plan de Desarrollo. A las 10 a. m., Ernesto Cortés, editor jefe de EL TIEMPO, moderará el conversatorio ‘Experiencias en la revitalización cultural de los centros de las ciudades’, con Laia Gasch, asesora para industrias creativas de la Alcaldía de Londres; María Luisa Ceballos, experta en preservación de patrimonios, y Tatiana Gallego, jefa de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) del Sector de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del BID.
El seminario cerrará con foros culturales y un concierto virtual con la banda 1280 almas.

ERNESTO CORTÉS Y ANA PUENTES
EL TIEMPO

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