El tráfico de estupefacientes al menudeo en Bogotá mueve al día 1.506 millones de pesos. Según el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria, al año el tamaño del negocio llega a $ 550.000 millones por venta de dosis de cocaína, marihuana y bazuco. La clave del negocio, dice, es el control territorial.
¿De dónde salen las cifras?
Lo que hicimos fue tratar de entender la estructura del negocio y la motivación de rentabilidad del narcotraficante. Es un ejercicio que hemos construido con la Fiscalía, la Policía, diferentes estudios de esta naturaleza, que tratan de aproximarse, con la mejor información disponible, a la estructura del negocio.
¿Cuál es la magnitud del narcomenudeo en Bogotá?
Es un negocio de aproximadamente 550.000 millones de pesos al año. Principalmente, vemos tres estupefacientes: cocaína, marihuana y bazuco. Aunque en las cifras de prevalencia estamos viendo de manera cada vez más prominente el uso de metanfetaminas como éxtasis y medicamentos sin prescripción, solo podemos construir cifras confiables en marihuana, cocaína y bazuco.
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¿Qué le dicen estas cifras?
Durante los 80, los 90 y hasta hace muy poco, cuando los carteles colombianos tenían los segmentos más rentables del negocio del narcotráfico, inclusive cuando estuvieron integrados verticalmente hasta ser minoristas en Estados Unidos, podían obtener rentas de 2.800 por ciento. Y hoy, perdiendo rentabilidad, la exportación redime hasta 260 por ciento, cifra muy inferior a lo que consiguen los narcotraficantes en los segmentos más rentables.
¿Y cuáles son los segmentos más rentables?
Lo más rentable es establecerse como una banda de distribución de cocaína en el país. Eso puede dar una rentabilidad hasta de 1.400 por ciento.
¿Cómo evidencian que está ocurriendo?
Primero, la Fiscalía nos habla de la operación Caballo de Troya, que es un esfuerzo de regalar estupefacientes en zonas donde hay una gran aglomeración de jóvenes; segundo, una de cada tres capturas es por estupefacientes; tercero, uno de cada cinco presos es por estupefacientes.
¿Y cuál es el tema de los jóvenes?
Que un joven de entre 14 y 17 años tiene una probabilidad del doble que el resto de la población de ser capturado por estupefacientes. Si tiene entre 18 y 28, tiene el triple de posibilidades.
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¿Y la estrategia de Troya es para atrapar a los jóvenes?
Es para generar más mercado local. Eso empieza en jóvenes. Es mucho más probable que un joven, que está empezando a interactuar con una nueva sociedad, caiga en una trampa de drogadicción que una persona más consolidada.
¿Cuál es el problema de fondo?
Que para establecer unas rentas ilegales se asumen unos costos fijos para distribuir cocaína y junto a eso se venden marihuana, bazuco y otras drogas, pero ya sin costos fijos. Y a eso le suman la venta de celulares y autopartes robados y extorsión y otros delitos. Entonces lo que acaba pasando es que, asumidos los costos fijos por vender cocaína, absorben en una específica zona geográfica todas las rentas ilegales. Estamos construyendo para febrero un mapa de las capitales de Colombia, y vamos a identificar dónde operan las bandas y vamos a hacer el cruce gráfico con los delitos.
O sea, el tráfico al menudeo se convierte en núcleo del crimen...
El comportamiento económico más rentable es tener control territorial, eso se llama tener un monopolio horizontal. Se hacen unas inversiones que tienen un costo fijo para distribuir cocaína, y de ahí todas las demás rentas ilegales. Se apoderan de todo.
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En los barrios de Bogotá hay muchos expendios...
Tiene muchos expendios de control territorial.
¿Y qué hacer frente a eso?
Bogotá tiene que tener una política muy fuerte. Tiene que seguir esa exigencia de no dejar instalar el control territorial de las bandas. La motivación de ese control territorial es el expendio de cocaína, pero probablemente lo que nuestro estudio, dentro de poco, va a mostrar es que todo está relacionado. O sea, si Bogotá quiere luchar contra la inseguridad ciudadana, tiene que seguir golpeando el tráfico, especialmente en el segmento de distribución. Porque si permite que eso florezca, la extorsión va a crecer, el hurto va a crecer, el homicidio va a crecer. Eso lo tiene que hacer Bogotá sí o sí.
¿Y eso es suficiente?
No podemos ver esto solo como un tema de orden público. Tenemos que ver esto como un tema de educación y de salud. Si sabemos que la estrategia de aquí para adelante es desarrollar mercado local, entonces eso es lo que va a acabar pasando. Ahora que los narcotraficantes no tienen el mercado rentable de Estados Unidos, van a vender más producto acá, y eso va a ser un problema.
¿En qué frentes actuar?
Uno pensaría que salud y educación tienen que hacer un esfuerzo muy grande; hay que golpear el control territorial, los llamados monopolios horizontales de distribución, y tiene que haber una estrategia concreta con la Fiscalía.
¿Hay que atacar los expendios en los barrios?
Sin duda.
¿Y si se cambian de barrio?
No se pueden dejar florecer y crecer con total impunidad. Lo importante de entender acá es que si construyen el monopolio horizontal, si absorben el control territorial de un barrio, el efecto pionero es llegar para distribuir cocaína, pero si se instalan y asumen ya los costos fijos de eso, llegan todas las demás rentas ilegales: extorsión, hurto, y todo lo demás.
YOLANDA GÓMEZ TORRES
Editora EL TIEMPO
Twitter: @YolandaGomezT
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