A partir de hoy, la Secretaría de Educación, en alianza con cadenas de supermercados y tiendas de barrio, comenzará a distribuir los refrigerios escolares de más de 300.000 niños de colegios públicos de la ciudad.
Se trata de un paquete alimenticio que se entregará a familiares y cuidadores directamente en los establecimientos y no como venía sucediendo hasta hoy, que se hacía en los centros educativos. Para ello, las personas tienen que estar inscritas debidamente en el portal (www.educacionbogota.edu.co/portal_institucional/) o por vía telefónica.
Las familias beneficiadas recibirán cada una un bono de $ 50.000 que pueden redimir en alimentos para cuatro semanas (un mes), siempre y cuando el niño esté estudiando. No se permitirá que se incluyan otros productos tales como bebidas alcohólicas, medicinas o implementos de aseo.
Toda la logística se realizará a través de 78 supermercados que fueron georreferenciados por la entidad, tanto en grandes superficies como establecimientos de barrio. Para ejercer el control debido, 1.600 mujeres, que antes de la cuarentena venían laborando en los comedores de los colegios, serán las encargadas de verificar y entregar los bonos alimenticios previo aviso a las familias por mensajes de texto, para lo cual se ha tenido que cuadruplicar la operatividad del 'call center'.
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Aunque en condiciones normales alrededor de 800.000 niños y niñas se benefician con el refrigerio, actualmente lo reciben aquellos que voluntariamente se han inscrito. Las familias de unos 200.000 más han manifestado que no requieren la ayuda, pero si cambian de opinión, solo basta con que se registren.
La inversión prevista por el Distrito para toda esta estrategia y seguir garantizando el suministro de los refrigerios asciende a 38 mil millones de pesos, incluyendo 1.200 millones en mercados rurales.
El balance ha sido satisfactorio. Hasta el momento hay 328.190 niños que van a requerir refrigerio, ya identificados y estudiando; pero nosotros quisiéramos que fueran todos
“El balance ha sido satisfactorio –asegura Edna Bonilla, secretaria de Educación–. Hasta el momento hay 328.190 niños que van a requerir refrigerio, ya identificados y estudiando; pero nosotros quisiéramos que fueran todos”.
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El tema de los refrigerios es el más complejo de asumir. Entre otras porque se requiere la presencia de la persona para que pueda reclamar el bono y porque al menos el 40 % de la población beneficiada no cuenta con internet, razón por la cual ha sido necesario acudir a otros mecanismos de información.
La entidad también quiere aprovechar la nueva estrategia para repartir material didáctico y guías estudiantiles que contribuyan con la formación escolar que vienen recibiendo los niños en sus casas.
Como se recordará, la Secretaría de Educación de Bogotá, a diferencia de lo que sucede en el resto del país, mantuvo el calendario escolar para niños, niñas, jóvenes y profesores, quienes han encontrado diversas maneras de evitar que se pierdan clases.
Aunque no se ha hecho explícito, existe la percepción de que la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional podría extenderse si las circunstancias no cambian. En consecuencia, todas las estrategias de la ciudad, como la de brindar educación de forma virtual, podrían extenderse por el resto del semestre.
Bogotá cuenta actualmente con una red de 1.399 colegios públicos. Y las medidas implementadas se mantendrán hasta que la situación se normalice, ha puntualizado Bonilla.
La otra estrategia que se ha adoptado es la de ‘Aprende en casa’, una franja de televisión educativa para seguir los procesos de aprendizaje a través de la televisión pública de la ciudad.
Por los lados de la educación privada, una reciente directiva del Ministerio de Educación dejó claro que la prestación de servicios tales como alimentación, transporte y alojamiento “no constituyen elemento propio de la prestación del servicio educativo”. En consecuencia, los mismos no deberían ser cobrados por las instituciones privadas, que hoy atienden a 1,9 millones de estudiantes en el país.
REDACCIÓN BOGOTÁ
EL TIEMPO
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