Una auténtica pesadilla. Así han sido las últimas horas para la familia de Jesús Armando Rivera, un hombre de 64 años que estaba contagiado de covid-19, que murió de un infarto en su casa y que, por trámites y una maraña de confusiones, quedó tendido, descomponiéndose, por casi tres días. El hombre, por motivos personales, vivía solo y tenía muy poco contacto con su familia.
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Pero este domingo, la muerte lo reencontró con sus sobrinos, que tuvieron que ponerle el pecho a un enrevesado proceso para levantar su cadáver de su casa en el Conjunto Vida Nueva I, en Soacha.
“Mi tío murió en la madrugada del 30 de mayo y nosotros nos enteramos hacia la 1 de la tarde cuando estábamos en pleno tema funerario con mi abuela, que había fallecido el sábado. Entonces mi hermano y unos primos salieron para allá a gestionar el levantamiento”, cuenta Ximena Fajardo, sobrina de Rivera y agrega, “nosotros poco frecuentábamos a mi tío, el aparecía y desaparecía”. Por eso, en un primer momento, no sabían a quién llamar. “No sabíamos su EPS o si tenía servicio funerario. Allí estuvo la Policía, pero luego del reconocimiento del cadáver, nos dijeron que lo quedaba estaba en manos de las entidades”, anota Fajardo.
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Hasta la noche, dieron con el dato de su EPS. “Llamamos, pero nos dijeron que había estado afiliado hasta noviembre y que, luego de eso, no había pagos. Entonces, supimos que estaba en proceso con otra EPS, pero ellos nos dijeron que estaba en pleno proceso de activación. Todo esto porque la Fiscalía nos decía que ellos no podían hacer el levantamiento porque no había acta de defunción”, relata Fajardo y agrega que lo último que pudieron hacer el domingo fue buscar ayuda en el Hospital de Soacha que, al final, les entregó un papel que tampoco servía para el levantamiento.
“Nos tocó dejarlo en el apartamento y madrugar el lunes a seguir tocando puertas”, agrega Fajardo.
Mientras eso sucedía, los ánimos en el conjunto se iban caldeando. Los olores y la incertidumbre condujeron a que los vecinos en la noche bloquearan el sector aledaño al conjunto exigiendo a la autoridades una respuesta.
“He llamado a todas la entidades. Es un tema de bioseguridad delicado, tengo a 5.000 habitantes en este conjunto”, denunció la administradora del conjunto a CITY TV.
Entendemos que la gente del barrio esté molesta. Pero estuvimos haciendo lo posible.
Vecinos también le dijeron a EL TIEMPO que el hombre parecía tener síntomas respiratorios. “El sábado él tenía esta parte de la cara morada. Yo misma le dije ‘vamos al médico’, pero no quiso ir”, comentó una de las residentes.
Incluso, hubo señalamientos contra los familiares del hombre. Lo que no sabían los vecinos es que los sobrinos de Rivera se encontraban dando su propia batalla de trámites. “En la noche, el Hospital de Soacha nos dijo que nos iba a dar el acta. Pero faltaba un paso en Medicina Legal: nos dijeron que debíamos hacer el proceso en Facatativá. Mi hermano trató de llegar pero, por los bloqueos, no pudo pasar. Solo hasta esta mañana, mi hermano llegó a Facatativá, hizo los trámites y mandaron el carro de criminalística”, agrega Fajardo.
Solo hasta la tarde de este martes, se confirmó que a Jesús Armando Rivera se le dará sepultura.
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BOGOTÁ - CITY TV
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