La avenida Boyacá es el único corredor que cruza de sur a norte a Bogotá. Por sus dos calzadas –tiene en ambos sentidos– transitan en hora pico más de 11.000 vehículos, entre particulares, buses y tractomulas. A lo largo de esta vía también va una de las redes matrices del acueducto y un arreglo u obra que se realice no solo puede afectar el suministro de agua sino, además, el tránsito vehicular.
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La obra en l a avenida Boyacá hace parte de nuestros proyectos de modernización de la infraestructura para garantizar la confiabilidad del suministro de agua
Este es el motivo por el cual la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) decidió no romper la vía para construir una red matriz alterna que les garantice agua potable de manera permanente a más de 3 millones de bogotanos que viven en el occidente y suroccidente (Engativá, Fontibón, Kennedy, Bosa y la zona baja de Ciudad Bolívar), a tres municipios vecinos (Funza, Madrid y Mosquera) y a la zona industrial de Cota.
Esa posibilidad habría tomado varios años y afectaba el tráfico vial y a los residentes y negocios de la zona de influencia. Todo esto, junto con la intervención que hace el IDU en la avenida 68, donde hay constantes congestiones, la podían convertir en una obra crítica.
La alternativa de excavar un túnel, en cambio, significa apenas año y medio de trabajos y un menor impacto en la movilidad y en la población. La afectación solo será, según la empresa, en las zonas donde se establecen los equipos utilizados para la perforación del suelo. Pero, además, evita el traslado de miles de metros de cables y redes de servicios públicos que cruzan esta vía, por la que en el futuro se proyecta la construcción de la quinta línea del metro. El proyecto del Acueducto se conoce como Manija de la red matriz Tibitoc- Casablanca y se empezó a ejecutar a través de una firma colombomexicana a finales del año pasado.
El túnel recorrerá 12,5 kilómetros de la avenida Boyacá –de la calle 80 y la calle 39 sur–, de los cuales 8,7 km se construirán entre 12 y 15 metros de profundidad. El resto se ejecutará con el sistema de zanja abierta en los pequeños trayectos de zona verde que hay en el corredor vial. Incluye también un paso elevado en el canal del río Fucha.
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La tubería, por su parte, si bien se construye en Colombia, es con diseños y tecnología teutona.
Acueducto de Bogotá
La rehabilitación de la línea Tibitoc-Casablanca –esta tubería tiene 50 años de instalada– se empezó a estudiar en 1985 y su ejecución se dividió en tres fases. Una de ellas arrancó en el 2000, entre el sector de los clubes del norte y la calle 80 (frente al centro comercial de Titán Plaza). Fueron 31,4 km de red que se hicieron introduciendo un tubo de acero dentro de la línea existen o sistema de encamisado.
En 2012 se realizaron los primeros 5 km que hay entre la planta de tratamiento Tibitoc –ubicada cerca del parque Jaime Duque, en el municipio de Cajicá– y el sector de los clubes del norte. Esas obras fueron también bajo la inserción de tubería de acero en la red.
La última fase de la rehabilitación de la línea es la más compleja porque pasa totalmente por zona urbana y una vía que diariamente presenta alto tráfico vehicular. Son 16,45 km, que van desde la calle 80 hasta la zona baja de la localidad de Ciudad Bolívar, y se espera finalice a mediados de 2023. En este trayecto es donde se construye el túnel. Los últimos 4 km de la tercera fase, de la avenida Ferrocarril Sur al tanque Casablanca, también se ejecutan con el sistema de encamisado.
“La obra en l a avenida Boyacá hace parte de nuestros proyectos de modernización de la infraestructura para garantizar la confiabilidad del suministro de agua. Así mismo, incorporamos tecnología de punta para disminuir impactos en la movilidad de la ciudad”, sostiene Cristina Arango, gerente de la EAAB.
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Tiene capacidad para soportar la circulación de agua a alta presión.
Acueducto de Bogotá
Esta obra es pionera en el mundo. En Alemania, Hungría y en Italia se han hecho tramos de hasta un kilómetro, pero no de la longitud ni del diámetro de la tubería como se hace en Bogotá
El costo de la tercera fase de rehabilitación de la línea Tibitoc-Casablanca es de 262.000 millones de pesos y, según el ingeniero Gino González Rodríguez, jefe de la División de Red Matriz de la EAAB, tiene un nivel de dificultad mayor al de una obra a superficie e incluso a los túneles para aguas residuales (alcantarillado). Por eso mismo se venía proyectando desde 2015 y la iniciativa, incluso, fue presentada en un foro internacional.
El funcionario explica que con ese fin la Empresa de Acueducto mandó a fabricar en Alemania dos tuneladoras (de nombre Monserrate y Guadalupe, como los cerros tutelares de la ciudad) para el terreno arcilloso y arenoso de la zona. La primera opera en este momento cerca de la calle 70 y se dirige hacia el sur y la otra está en la zona de la autopista Sur y excava hacia el norte.
La tubería, por su parte, si bien se construye en Colombia, es con diseños y tecnología teutona. Tiene capacidad para soportar la circulación de agua a alta presión (equivalente a 110 metros de columna de agua) y resistir la fuerza de empuje durante la instalación, la cual se hace con potentes gatos, con capacidad para más de 850 toneladas (aproximadamente 20 tractomulas cargadas).
Los tubos –de 1,52 metros de diámetro interno y 9 toneladas de peso– se van introduciendo simultáneamente a la excavación del túnel. La perforación se hace en tramos de 800 metros, en cuyos extremos cavan profundos pozos para sacar la máquina y en la mitad hay otro para introducirla. Desde allí, la tuneladora –que se maneja desde un centro de operación instalado en el sitio– avanza primero en un sentido y luego en el otro.
“Esta obra es pionera en el mundo. En Alemania, Hungría y en Italia se han hecho tramos de hasta un kilómetro, pero no de la longitud ni del diámetro de la tubería como se hace en Bogotá”, señaló González, quien explicó que la construcción de un tramo de 400 metros puede tomar entre un mes y mes y medio.
El proyecto contempla también 11 derivaciones, por las cuales se suministrará agua a todo el occidente y suroccidente de la capital y a los municipios vecinos, así como al menos 50 válvulas para derivaciones e interconexiones, y un sistema de telemetría para monitorear las presiones y el caudal.
Una vez concluyan los trabajos y el túnel esté en pleno funcionamiento, la Empresa de Acueducto de Bogotá proyecta iniciar la rehabilitación de la red existente, que también va por la calzada occidental de la avenida Boyacá, a unos 2 metros de la superficie, pero ya sin interrumpir el suministro. De hecho, hasta ahora, cualquier intervención que se haga en las redes del acueducto implica cortes o disminución del mismo suministro. Pero, además, esa zona de la capital del país quedará con una nueva red que elimina la vulnerabilidad y los riesgos que implican contar apenas con una sola línea de conducción.
El túnel de 8,5 km es tan solo una de las obras estratégicas que buscan garantizar la seguridad hídrica de la ciudad y de los municipios de la región. La Empresa de Acueducto también viene trabajando en la ampliación de las plantas Tibitoc y Wiesner, proyectos que permitirán mejorar la capacidad de abastecimiento y suministro de agua potable.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
EDITOR DE BOGOTÁ
@guirei24