Una de las mayores preocupaciones que viven los padres de familia, es cuál es el momento indicado para que sus niños asuman el ingreso a una nueva etapa escolar, en especial, el paso del preescolar o jardín al “colegio grande”, en el cual centran todas sus expectativas.
Actualmente la oferta educativa es diversa y son muchas las variables que los padres estudian a la hora de tomar una decisión; por ejemplo, les ofrecen grandes y cómodas estructuras, proyectos pedagógicos innovadores, diferentes tipos o corrientes de formación en valores, acercamiento a nuevas tecnologías, entre otros.
Adicionalmente y uno de los aspectos importantes, es que cada vez es más frecuente que las instituciones educativas busquen que sus aspirantes ingresen a una edad temprana, con la finalidad de fortalecer los desarrollos académicos atendiendo a las particularidades de la institución.
Es en este punto donde empiezan a plantearse algunas preguntas, ¿han pensado en las necesidades de sus niños?, ¿cuál sería el momento ideal para ingresar al colegio?, ¿se encuentra listo para poder desenvolverse en un ambiente mucho más grande que su jardín?
Los padres son conscientes que el desempeño que el niño alcance, tanto a nivel académico como formativo, en su etapa escolar, depende inmensamente de las bases que se hayan generado en la primera infancia y esto no está necesariamente ligado a adquisición de contenidos, va mucho más allá, incluye habilidades sociales, comunicativas, motoras y cognitivas que deberían estar desarrolladas para asumir los retos que trae el colegio para los niños.
Pero, y ¿cómo pueden ayudar a sus niños a través de un trabajo conjunto casa – jardín infantil a alcanzar los desarrollos básicos que requieren para garantizar un ingreso exitoso a su colegio grande?
Lo primero es recordar que la evolución es paulatina y va acorde con la madurez de los niños, no por sobre estimular garantizarán que el desarrollo alcanzado sea óptimo, lo fundamental es conocerlo, caminar a su ritmo y brindarle experiencias significativas que le permitan crecer de manera armónica.
Si quieren empezar a analizar algunos aspectos, podrían ver por ejemplo que a nivel social es importante que revisen cuáles son las pautas de crianza que están implementando en casa, es decir, cuáles son los acuerdos que como familia han establecido para ayudar a sus niños y niñas a crecer, por ejemplo, ¿tienen reglas en casa?, ¿el pequeñito tiene responsabilidades asignadas desde los primeros años y estas son acordes a su madurez?, ¿han trabajado en los valores que desean orienten su vida?, ¿tiene su hijo unos buenos hábitos de aseo, de orden, cortesía y de estudio elementales?
A nivel motor, deben revisar si han brindado a su hijo o hija las oportunidades para que sus habilidades motoras gruesas (caminar, correr, saltar, gatear, etc) se vayan complejizando de acuerdo con su madurez.
A nivel comunicativo deben revisar principalmente si se comunica con claridad, expresa necesidades y comprende lo que se les dice.
Todos estos son elementos que el jardín infantil fortalece y estimula dentro de unas instalaciones diseñadas especialmente y un ambiente cálido, a través del juego y actividades significativas que le permiten a los niños aprender en la interacción con otros de su misma edad y orientados por especialistas que desde su carisma, dulzura y creatividad van abriendo oportunidades de crecimiento en todas las dimensiones.
Es el jardín el espacio en el que se van preparando de manera alegre, sencilla y sin presión para adaptarse a los nuevos retos que traerá el colegio grande. Por lo anterior, los pequeñitos deberían poder disfrutar de su estadía en el jardín el tiempo que realmente requieran antes de ingresar al colegio, esto es lo que aseguraría el contar con el tiempo necesario, primero para conocer los estilos de aprendizaje de los niños, sus necesidades de acompañamiento y así determinar cuál es el mejor colegio para cada uno. Jardín Infantil Stanford
Escrito por: Ángela Correa Rectora Jardín Infantil Stanford