Cuando esperaba el cambio del semáforo en la calle 26 con carrera 19 para ir al supermercado, al padre Arturo Silva Hurtado, de 80 años, lo embistió una muerte absurda: una camioneta Toyota Land Cruiser blindada que transitaba a baja velocidad de pronto cambió su rumbo, se subió al andén, lo atropelló a él y dejó a por lo menos otras tres personas heridas, una de ellas de gravedad.
A esa hora, 10:10 de la mañana de ayer miércoles, los gritos de los peatones, las carreras de los mecánicos para socorrer a los heridos y los pitos de los carros alertaron del accidente, que hoy está en manos de las autoridades de Policía para establecer por qué razón el conductor del carro de valores, Luis Carlos Cardona, perdió el control.
“El conductor fue llevado al Instituto de Medicina Legal para la prueba de alcoholemia y el vehículo fue trasladado a los patios de Álamos”, según informaron las autoridades de Policía de Tránsito.
Testimonios de personas que estaban en el sitio del accidente cuentan que, en efecto, la camioneta bajó al occidente por una vía paralela a la 26 y luego giró a la izquierda para tomar al sur por la carrera 19.
En videos que están en poder de las autoridades se ve cuando el automotor pierde el control y va a parar en medio del separador de la calle 26 tras haber arrollado a los peatones que esperaban el cambio del semáforo.

Este fue el sitio del accidente donde la camioneta se llevó por delante a los peatones.
Hugo Parra
José Buitrago, testigo de los hechos, contó a EL TIEMPO que la camioneta también se llevó los bolardos y arrancó el semáforo. Luego de esto, llegaron varias camionetas blindadas que sacaron bolsas, al parecer con dinero, y las trasladaron a otro vehículo.
“Llegaron escoltas de todo lado, policías, ambulancias y hasta bomberos. Llegó mucha gente que trató de auxiliar a los heridos”, dijo el testigo. También relató que “el conductor se bajó asustado y nervioso, pero se quedó ahí hasta que llegó la Policía”.
El sacerdote sufrió trauma craneoencefálico severo por el impacto del automotor y fue trasladado por la ambulancia 5112 hasta el Hospital Universitario Mayor (Mederi), donde falleció.
EL TIEMPO habló con Jaime Hernández, cuñado del religioso, quien lo recordó como un hombre al que no le temblaba la voz para cantarle la verdad a quien fuera. Durante 18 años fue el párroco de la iglesia del Restrepo y, ya más retirado de los oficios, colaboraba en la iglesia de Santa Marta en Galerías y los domingos, después de las 4 de la tarde, oficiaba en San Tarsicio, carrera 11 con calle 141.
El pasado 24 de octubre varios de sus compañeros de clero le celebraron los 80 años en compañía de su hermano mellizo, Germán, quien también es sacerdote, en Cali; de Teresa, que viajó desde Costa Rica para festejar a sus hermanos, y de Margarita María y Hugo, que viven en Bogotá.
También estuvo en el festejo Leonor Gómez, de 53 años, la empleada que durante los últimos cuatro años estuvo al lado del padre Arturo y quien también resultó con herida craneoencefálica moderada cuando acompañaba ayer al sacerdote a hacer compras.
“Yo traté de auxiliarla, de prestarle ayuda y ella solo me preguntaba que qué había pasado”, contó una mujer que quedó impactada con el accidente.
Otra de las víctimas fue William Álvarez Salgado, de 72 años, “quien se encuentra en delicado estado de salud y es atendido en la clínica Mederi”, según el reporte oficial de las autoridades.
El último de los pacientes reportados es Humberto Franco Beltrán, de 50 años, trasladado por la móvil 6248 de la empresa Línea Médica a la clínica Jarsalud con trauma cerrado de tórax.
Para hoy se espera el dictamen del conductor por parte de Medicina Legal.
REDACCIÓN BOGOTÁ