¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Bogotá

El Castillo: de club nocturno vinculado con la mafia a centro cultural

El Castillo de las Artes

El Castillo de las Artes

Foto:Juan Santacruz / Idartes

Reproducir Video

El Idartes y otras entidades del Distrito trabajan en la transformación de este escenario. 

Por los mismos pasillos donde el delito se camufló bajo el vaivén de trabajadoras sexuales, víctimas de explotación sexual, poderosos clientes, empresarios y mafiosos, alentados por el frenesí del sexo, la droga y el licor, hoy corre frío, silencio y abandono.
El Castillo, ese poderoso fortín que se alza en el centro de Bogotá, en el barrio Santa Fe, y que guarda tras sus muros todo tipo de mitos y rumores, hoy parece más un cascarón de la fama que lo antecedió. Pero el 2021 le promete un futuro bastante distinto. 
El Instituto Distrital para las Artes (Idartes), el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idiprón) y otras entidades del Distrito trabajan para que, a mediados de 2021, el lugar se convierta en El Castillo de las Artes: un centro cultural que reúna una escuela de artes y oficios para la vida, un museo de la noche, una biblioteca y laboratorios de creación en los mismos pasillos, habitaciones y escenarios que hace menos de una década fueron testigos de toda clase de prácticas sexuales.
“Por ejemplo, este espacio, donde sucedían las actividades centrales de El Castillo, donde se servía licor, se hacían los shows de striptease y los espectáculos de la noche, quisiéramos transformarlo en un café o un espacio gastronómico”, asegura la directora del Idartes, Catalina Valencia, mientras camina junto a la pasarela que quedaba en el primer piso, justo al final del vestíbulo. Mira al techo destruido y dice que habrá que hacer reforzamiento estructural, pero afirma que quisiera que buena parte de los espacios se conservaran. 
El Castillo de las Artes

El Castillo de las Artes

Foto:Juan Santacruz / Idartes

“No queremos desarmar todo. Sino aprovechar cada espacio y reconstruirlo. Contar la historia no tiene que ver con destruir lo que existió, sino construir un relato que pueda ser memoria y que aproveche cada espacio y lo resignifique”, agrega Valencia, y avanza en el recorrido por los cuatro pisos de El Castillo.

Recovecos

El Castillo es un edificio de los años 30 construido por los Moreinis, una de las muchas familias judías que en la primera mitad del siglo XX llegaron a la localidad de Los Mártires. El predio fue hotel en la buena época del barrio Santa Fe, pero luego se convirtió en pensión para recibir a los pasajeros que dejaban los buses que venían de las regiones.
Cuando apareció la terminal del Salitre, esta dinámica migró, y por este y otros factores el barrio Santa Fe comenzó a decaer.
En 2002, oficialmente, el Distrito reconoció el sector como una 'zona de tolerancia' y permitió ejercer el trabajo sexual. En medio de eso, El Castillo se consolidó y, tras su extravagancia, ocultó lo ilícito.
"Hay muchos mitos que hablan de experiencias sexuales de todo tipo... con animales, con niños...", comenta Valencia. 
Y sí. De lo que pasaba allí hay rumores y crónicas en revistas y periódicos. Soho, por ejemplo, contó que además de las pasarelas, suites y bares había cuartos en los que vivían algunas de las mujeres que allí ofrecían sus servicios. EL TIEMPO también relató, en un informe de 2017, algunos de los detalles de la operación: 
"El lugar les ofrecía de todo: 40 mujeres a su disposición, ‘suites’ de lujo, 50 cámaras de vigilancia, licor importado, restaurante, peluquería y espectáculos, y tres anillos de seguridad que garantizaban privacidad y protección a los clientes, los reyes del antro". 
Pero más allá del mito y de los relatos del morbo, El Castillo tiene un expediente, construido bajo la sombra del delito.  
EL TIEMPO reveló en 2014 que en las escrituras de 2003 aparecía el nombre de José Ricardo Pedraza Díaz, señalado de lavar dinero del narcotráfico. Ese nombre era apenas el principio de un laberinto de crimen que terminó con el allanamiento de El Castillo en 2017.
Con el allanamiento se reveló, luego, un posible vínculo con una red de explotación sexual que reclutaba jóvenes venezolanas.
Miembros del CTI acaban de ocupar con fines de extinción de dominio 35 bienes de los narcotraficantes José Ricardo Pedraza Díaz y Carlos Manuel Medina Acosta, entre ellos
El Castillo.

Miembros del CTI acaban de ocupar con fines de extinción de dominio 35 bienes de los narcotraficantes José Ricardo Pedraza Díaz y Carlos Manuel Medina Acosta, entre ellos El Castillo.

Foto:Archivo EL TIEMPO.

Después del allanamiento, pasaron tres años hasta que, en 2020, Idartes y el Idiprón iniciaron las negociaciones con la Sociedad de Activos Especiales para asumir las riendas del predio.
En marzo, finalmente, llegaron a reconocer el lugar. Solo quedaban rastros de la noche: el hedor, tiqueteras con millonarias cuentas de las bacanales, condones regados por el suelo, tacones, vestuarios, pelucas, toallas, cristalería, botellas, manchas en algunas paredes y diseños en otras. 
Hoy, aún danzan mujeres coquetas por los muros de El Castillo. 
Después de los acuerdos con la SAE, tomó un buen tiempo no solo darle una primera limpieza, sino descubrir los recovecos de la antigua fortaleza del sexo. Además de la pasarela, los tubos, las suites de lujo, los cuartos sencillos, las zonas húmedas y de las terrazas, había pasadizos ocultos y oficinas secretas.
Lo que se pueda mantener se mantendrá. Lo que se tenga que reparar se reparará. Y los elementos encontrados en El Castillo se catalogarán para ser parte del Museo de la Noche
“La idea es hacer una curaduría de esos objetos y hacer una exposición que lleve a la gente a recordar qué era este espacio, para luego resignificarlo en el presente”, anota Valencia. Se espera que, con el Instituto Distrital de Patrimonio, puedan estructurar un guion para contar la vida nocturna en Bogotá. 
Valencia no descarta que El Castillo de las artes, incluso, pueda convertirse en un punto de interés turístico: "El Instituto Distrital de Turismo también estará involucrado. Este es un espacio muy atractivo para que la gente conozca". 
En el proceso de la creación de los espacios de formación y los laboratorios de creación espera vincularse a la población original del sector: la comunidad trans, víctimas de la violencia, trabajadoras sexuales, migrantes y familias vulnerables.
“Queremos transformar no desde la intervención del Estado, sino desde el diálogo con la comunidad. Las artes pueden hacer transformaciones en esa manera de habitar la noche”, dice Valencia. La meta es que sea un centro cultural 24/7 que, además, albergue programas ya existentes como los Nidos (para primera infancia), los Crea (para formación artística de jóvenes) y Culturas en Común (que busca promover a los artistas de las localidades). 
Para que el proyecto sea realidad se hará una primera inversión anual de 4.000 millones. Mientras se hacen los reforzamientos y arreglos empezarán los primeros laboratorios, y si el cronograma da, todo se entregará a mediados de 2021.
Además, El Castillo de las Artes se integrará con otros espacios artísticos del centro. "Se conectará con el Festival de las Artes Valientes que va a transformar la Caracas, con el Bronx Distrito Creativo y con el Teatro San Jorge, que también estamos recuperando", asegura Valencia. 
Los primeros beneficiados serán los habitantes del Santa Fe y de los barrios vecinos. "En la conversación está también saber cuál es el barrio que quiere la gente y cuáles son sus sueños. Este barrio es muy duro. Quizá es la otra cara de la ciudad que hemos querido ver", agrega. 
Y aunque El Castillo no volverá a ser esa casa de lenocinio, el resto de ese mundo sigue latente de puertas para afuera. La zona de alto impacto es su vecindario natural. “Este es un proyecto de innovación social que seguramente va a pisar muchos callos”, dice Valencia, y mira por la ventana que da a la calle 23.
Del otro lado, La Piscina, otro ícono del trabajo sexual, le devuelve la mirada. 
De este lado de la calle, las artes encontraron un hogar en un palacio enclavado en un barrio al que Bogotá le ha dado la espalda.
ANA PUENTES 
En Twitter: @soypuentes
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO