La vida del economista de 52 años, Álvaro Torres Murcia, acabó la tarde del jueves 9 de agosto mientras iba de su trabajo en el Banco de la República a su vivienda, ubicada en la localidad de Usaquén, en el norte de la ciudad. Paradójicamente, la muerte violenta alcanzó a este hombre en un barrio que se llama La Paz.
Ese día, Torres le avisó a su familia hacia las 4 de la tarde que iba para la casa, donde estaban esperándolo. Él, según allegados y compañeros de trabajo, era un hombre amable, de sonrisa amplia. También deportista, solía salir a trotar los fines de semana con su perro Messi, justamente por la avenida Circunvalar, cerca del lugar donde el pasado jueves un grupo de delincuentes le arrebató la vida de un disparo al pecho.
El centro de Bogotá, donde quedaba su oficina, el día de su muerte estaba completamente bloqueado por disturbios en la Universidad Distrital que generaron el cierre de la avenida Circunvalar, su ruta habitual. Torres decidió guiarse con una aplicación para esquivar los trancones de ese día e, ingenuo, condujo su vehículo, un Mazda 3, hasta una calle sin salida en la parte alta del barrio La Paz, donde un grupo de personas lo abordaron en un aparente intento de hurto.

Álvaro Torres fue asesinado en la noche de este jueves.
Archivo particular
Según las autoridades, el hombre tomó la calle 23 al oriente, hacia una zona donde pululan los atracos y en la que hace apenas una semana un taxista apareció completamente incinerado dentro de su vehículo. Sobre este caso, las autoridades aún no determinan si se trató de un ajuste de cuentas o un hurto. Incluso, se estudia la posibilidad de que haya sido un suicidio.
Se habla de un aparente hurto, pero en la investigación no descartamos ninguna posibilidad
Sobre la muerte de Torres, la Policía señaló que están tras la pista de los responsables. “Se habla de un aparente hurto, pero en la investigación no descartamos ninguna posibilidad; ya con la Fiscalía y con la Policía de Bogotá tenemos indicios, elementos, argumentos que permiten afirmar que en los próximos días daremos con los responsables”, sostuvo el coronel Javier Martín Gámez, comandante operativo de la Mebog.
Al carro del economista, que llevaba 28 años trabajando en el Banco de la República, las autoridades no le encontraron impactos de bala, por lo que las hipótesis sugieren que iba con las ventanas abajo o que los atacantes lograron abrir las puertas para luego dispararle.
Un barrio peligrosoY es que voces de vecinos del sector –las mismas que alertaron a las autoridades sobre el hecho de violencia– señalan que la seguridad en esta zona que se encuentra encaramada en los cerros orientales es crítica y que el caso del economista es apenas uno de los constantes que se presentan allí.
Es más, algunos residentes del barrio que hablaron con este diario, y quienes por seguridad no revelaron su identidad, dijeron que un hombre a quien le dicen ‘Mal Mirado’ es quien tiene azotado este sector, habitado por personas humildes desde hace varias décadas.
“Se sabe que en ese barrio es ese muchacho el que está haciendo todos los males, es el que está cansón con otro hermano, que tendrá por ahí unos 17 años”, narró un habitante de la zona quien identificó a este último con el alias de Churrero. Otro residente complementó la denuncia: “El ‘Mal Mirado’ roba a toda hora es con revólver y los otros cómplices sí roban con arma blanca”, explicó.
El barrio La Paz está ubicado entre la avenida Circunvalar y la carrera 3 Este y la calle 24 y la 22 C, y está rodeado por espesas zonas verdes y muchas viviendas están interconectadas, lo que hace difícil la actuación de la Policía. Además, se encuentra ubicado cerca de la Perseverancia, zona reconocida por albergar expendios de droga o las populares ollas.
Pese a las acusaciones de la comunidad, la Policía de Bogotá sostuvo que después de un inmenso operativo que se realizó en el 2015, y en el que se desarticularon varias estructuras delincuenciales de la zona, no se habían registrado hechos como el del pasado jueves.

A un plantón organizado en el parque Santander, acudieron ayer cerca de 450 compañeros de Torres.
Prensa Banco de la República
Uno de los hijos del economista, cuyas responsabilidades en el Banco de la República las desarrollaba desde la subgerencia industrial y de tesorería, donde hacía parte del equipo de producción de billetes y monedas, dijo que su padre era un hombre de familia que no le hacía mal a nadie.
Esto lo corroboraron sus compañeros de trabajo, quienes en un plantón realizado el pasado viernes al mediodía, en el parque Santander, expresaron su solidaridad a la familia de la víctima.
“Muchos crecimos con él, construimos familia, construimos institución, era un padre, compañero y ser humano excelente”, sostuvo una de las personas que participaron en la manifestación.
Este sábado, sobre las tres de la tarde, las autoridades capturaron en el barrio La Estanzuela, de la localidad Los Mártires, a uno de los presuntos homicidas de Álvaro Torres. Este domingo la Fiscalía imputará, ante un juez de control de garantías, cargos por homicidio agravado en concurso heterogéneo con fabricación porte y tenencia de armas de fuego contra Jhon Anderson Medina Camacho, un hombre de 23 años. En el hecho habrían participado otras seis personas.
Óscar Murillo Mojica y Unidad Investigativa EL TIEMPO
Twitter: @oscarmurillom y @uinvestigativa
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