Los vecinos del barrio Bosque Calderón Tejada no quieren volver a mencionar la tragedia del feminicidio de Yuliana Samboni, por parte de Rafael Uribe Noguera, que no solo tocó a una familia, sino a un país entero.
Han pasado tres meses y los carteles que hicieron en rechazo al atroz crimen, ya no se ven en las puertas de las casas de los habitantes del Bosque Calderón. En las calles la gente que trabaja en los talleres de mecánica y en la tienda del barrio se saludan entre vecinos, pero cuando se les pregunta por los Samboni, guardan silencio.
Hoy, la casa en donde fue raptada la pequeña de 7 años por Rafael Uribe Noguera, ya está ocupada por otra familia. Una familia que no quiere ser relacionada con el caso.
Los niños, algunos amigos de Yuliana, salen a jugar como antes. A pesar de que muchos padres estaban preocupados por la seguridad de su barrio, pues aseguran que hay poca presencia de la Policía, los niños siguen asistiendo al colegio y al parque a jugar como antes.
“Luego de que todos, el papá, los tíos se fueran para el Cauca, no volvimos a llevar velas a la casa, ya no tiene sentido, ellos ya no están en el barrio, porque no aguantaban tanto recuerdo”, dice una de las vecinas, sentada en el andén de su casa.
Desde que los Samboni se fueron para el Cauca, no les llevamos velas, no tiene sentido
También sucede lo mismo con los vecinos del edificio Equus 66, en donde fue encontrado el cuerpo de la pequeña Yuliana, pues ya no están las velas, los peluches y los carteles que hacían parte de un altar en memoria de la niña.
Según Juliana Botero, una de las mujeres que lideró las manifestaciones en nombre de los Samboni, y que vive a una cuadra del edificio, entre varios vecinos decidieron quitar los peluches y las rosas que los bogotanos llevaron en solidaridad y enviarlos al Cauca.
Ni siquiera se conserva el nombre del edificio. Los vecinos aseguran que, por seguridad de los residentes, la Junta del edificio decidió quitar el nombre y dejar solo la dirección. Además, para Juliana Botero, Equus 66 es el nombre de una obra de teatro que cuenta la vida de un psicópata, historia que hace poco conocieron los integrantes de la junta de residentes del edificio y por eso ella cree que cambiaron de nombre.

La menor fue raptada en una lujosa camioneta en el barrio Bosque Calderón y trasladada a un apartamento.
Mauricio Dueñas
Al preguntarle a Juliana si tienen planeado realizar un acto para recordar a Yuliana este miércoles, día del anuncio sobre la condena que deberá pagar Noguera, ella dice: “La condena de Rafael Uribe Noguera no es para celebrarla con manifestaciones. Sí es una victoria, pero no queremos que sea un acto de celebración”, y agregó que el día cuatro de cada mes enciende velas en el edificio, y que el próximo mes no será la excepción.
Para Camilo Reales, un ciudadano muy activo de la Zona G, "quizá la gente no quiere decir nada, porque sienten que sí se hizo justicia".
A pesar de que todos los habitantes, tanto de Chapinero Alto como los del barrio Bosque Calderón, no desean hablar de la tragedia, aseguran que eso no significa que vayan a olvidar lo sucedido.
“Estamos pendientes de todo lo que dicen del caso en los noticieros, y este miércoles también estaremos atentos para conocer la condena. Esperamos que los medios continúen registrando esta historia para que en unos años, Noguera no obtenga beneficios”, dijo Oliva Zorro, habitante del barrio Bosque Calderón.
Leidy Tatiana Rojas
EL TIEMPO ZONA
Comentar