“Para entrar aquí hay que decir la palabra mágica: abracadabra”. Así comienza Jairo Hernán Ortega el recorrido por su museo de la magia en el barrio La Alhambra.
Y es que para llegar a este lugar hay que pasar por un pasadizo secreto, cuyas paredes están repletas de cuadros y fotografías de magos famosos.
Jairo, quien es médico de profesión pero mago de corazón, tiene en su casa un espacio exclusivo en el que más de 3.000 objetos, entre libros, juegos de magia y folletos, tienen su historia, toda relacionada con este mundo del ilusionismo.
“Mi pasión nació cuando era niño y vi a un mago en televisión. Comencé a coleccionar objetos cuando estaba en bachillerato, desde ese momento comienzo a buscar libros, revistas y tiendas de magia. También me contacto con los magos de Colombia y el mundo”, contó Ortega.
A la par que crecía su pasión por la magia, también lo hizo la curiosidad por saber la historia de esta en el país. Por esto lanzó un libro titulado ‘Historias de magos’, en el que expone anécdotas y habla de los grandes exponentes de este arte.
“Considero la magia como la reina de las artes, porque tiene escenografía, es un performance, que se puede apoyar en la música, se puede tener asistentes, que son actores realmente. El mago es un actor haciendo el papel de mago. La magia es un arte integral”, sentenció Jairo.
Por su profesión, el nombre artístico que eligió Jairo fue Doctor Magic. “Sé que no es muy original, pero lo hice porque soy médico especializado en cirugía de la universidad del Rosario, donde además doy clases”, dijo este ilusionista.
Incluso, ha logrado combinar su pasión con su trabajo en el hospital universitario Méderi.
Por esto, Jairo recuerda a Patch Adams, el famoso médico estadounidense, que a través de la risa ayudaba a la recuperación de sus pacientes.
“He lanzado una propuesta que se llama magia terapia. Ver sonreír un niño que tiene una enfermedad, que lo tiene postrado en una cama, con mi show de magia es más satisfactorio que cualquier cosa”, dijo Ortega.
Precisamente, sabe que los niños son el mejor público que un mago puede tener, pero a la vez son el jurado más estricto.
“Cuando se hace magia frente a un niño hay que hacerlo con respeto, si algo sale mal puede desilusionarse”, afirmó Jairo.
Considero la magia como la reina de las artes, porque tiene escenografía, es un performance, que se puede apoyar en la música
Su museo, además de usarlo para contar la historia de este arte, también lo utiliza para hacer reuniones, o como él les dice aquelarres, con otros magos para compartir ideas.
Por otro lado, también usa este espacio para dar clases de mágia básica a pequeños y grandes interesados en este mundo.
“Tener un pasatiempo como este hace que el niño o el adulto distraiga su mente en algo que le ayuda a aprender a manejar sus manos, ayuda a desarrollar el cerebro y evita vicios. La persona que sea alcohólica o drogodependiente no va a poder ser un buen mago, porque la magia requiere concentración, actitud, entonces es como una terapia”, dijo el Doctor Magic.
Una de las cosas en las que más énfasis hace Jairo es que su magia y la que se practica en su museo es lúdica o blanca.
“Aquí no hay nada extrasensorial ni nada paranormal. Solo es el arte de entretener a través de unos juegos de magia”, contó este mágico médico.
Doctor Magic sigue la regla fundamental de todos los magos: no revelar el secreto, pero lo que sí cuenta es que todos los juegos e ilusiones tienen una explicación lógica, casi siempre relacionada con la física, la química y la matemática.
“Casi todos los juegos con cartas tienen un fondo matemático importante. Con la química se pueden obtener diferentes reacciones combinando algunas sustancias”, reveló Ortega.
Para cada pieza que está exhibida en el museo, Jairo tiene una explicación y con la misma emoción con la que hace alguna de sus ilusiones, narra su historia.
Además, de la historia de la magia en el país, también se aprende sobre la magia en todas las épocas.
“Jean Robert Houdin fue el padre de la magia moderna, el gran escapista Harry Houdini es el mayor exponente del siglo XX”, explica Jairo mientras cuenta algunas curiosidades de estos ilusionistas y otros como David Coperfield y Juan Tamariz.
En Colombia, resalta lo hecho por Gustavo Lorgia, uno de los magos más reconocidos del país.
“Las personas que quieran agendar un recorrido por el museo, que no tiene ningún valor, pueden llamarme a mí número personal que es el 3108155087”, resaltó Doctor Magic.
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