Doce años después de que las autoridades ocuparon 58 bienes, entre ellos el famoso castillo Marroquín, ubicado en el norte de Bogotá, un juez de extinción de domino ordenó que los bienes sean devueltos a los herederos de Juan Camilo Zapata, quien en la época era señalado de tener nexos con el narcotráfico.
El inmueble, construido hace más de cien años y que llegó a ser residencia presidencial y luego terminó siendo escenario de fiestas, fue ocupado en el 2005 en un operativo de la Fiscalía y la Dijín. Las autoridades señalaban que había sido comprado por Zapata con dineros de actividades ilícitas, relacionadas con el narcotráfico.
El propietario del bien, dice el expediente, se cambió de nombre en 1993, de Juan Camilo a Camilo Arturo, y murió en un operativo del bloque de búsqueda de la Policía, en noviembre de ese mismo año en Copacabana, Antioquia. Las autoridades de la época señalaban a Zapata de ser jefe del cartel de Bogotá, dedicado al narcotráfico en sociedad con el cartel de Medellín, cuyo jefe era Pablo Escobar.
Sin embargo, la juez de extinción de dominio consideró que no había evidencias de que Zapata fuera narcotraficante o de que sus bienes hubieran sido adquiridos con recursos ilegales, con base en las mismas investigaciones de las autoridades competentes que fueron conocidas en el proceso.
Aunque en el expediente se relata que Zapata fue quien le vendió el famoso y costoso caballo Túpac Amaru al extinto narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, esto no era prueba para señalarlo de narcotraficante o de tener una sociedad con el ‘Mexicano’, como se conocía a Rodríguez.
En la investigación figuraba además una declaración de un alto oficial de la Policía que daba cuenta de carros lujosos, con escoltas en el castillo, lo que también fue desestimado en el proceso.
Además, en el fallo se lee que Zapata no registraba en sus finanzas un incremento injustificado en su patrimonio y que había facturas y créditos bancarios que sustentaban sus compras entre 1978 y 1988, lapso en el cual adquirió las propiedades en extinción. Sobre el caso ya había decisiones que favorecían a Zapata y quedaron en firme con la última sentencia de la juez de extinción de dominio.
Así, se ordenó que sean devueltos a Zapata el castillo Marroquín, así como otros 57 predios ubicados en Medellín, Bogotá, Bahía Solano, los Llanos y municipios vecinos a la sabana de Bogotá, y seis sociedades.
Los bienes tendrán que ser devueltos a sus familiares, hermanos e hijos.
JUSTICIAjusticia@eltiempo.com
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