Comenzó la cuenta regresiva para terminar la construcción del deprimido de la calle 94, que conecta la avenida 19 y la NQS, y que el alcalde Enrique Peñalosa espera entregar el 22 de marzo.
Será un anillo vial con 18 salidas y una glorieta subterránea que permitirán distribuir el tráfico de la calle 94 de oriente a occidente y hacia la avenida 19 y la Norte-Quito-Sur (NQS) hacia el sur o el norte.
Con cinco años de atraso y un sobrecosto de 122.000 millones de pesos (pasó de 48.000 a 170.000 millones), esta obra ha sido el símbolo de la corrupción, la ineficiencia administrativa y la falta de planeación. Desde el 2016, cuando recibió la obra con problemas, la actual administración la declaró como una prioridad y le ha hecho monitoreo permanente para evitar nuevos atrasos.
El contrato se adjudicó en el 2009 en la administración del exalcalde de izquierda Samuel Moreno Rojas, condenado a 24 años de prisión por ser “determinador en la celebración indebida de contratos y en cohecho por dar u ofrecer” en un contrato de ambulancias por 67.000 millones de pesos.
En un recorrido de obra, el alcalde Peñalosa dijo que hoy el avance es del 91 por ciento, que hay 600 obreros que trabajan de domingo a domingo para agilizar los trabajos y que fue gracias a su gestión que en pocos meses se logró sacarla del pantano y el estancamiento que estaba. “Es el símbolo del fracaso de la obra pública en Bogotá”, afirmó.
La obra beneficia a más de 150.000 personas que a diario circulan por este sector. Si bien ya se agilizó el paso por la carrera 9.ª al sur y norte de la ciudad, por ahora hay varios cambios viales que están afectando la movilidad en especial para los residentes, peatones y ciclistas, pero el Alcalde dijo que el proyecto tiene una gerencia que vigilará el proceso.