El Alcalde Enrique Peñalosa le puso lupa a la obra, y le exigió al contratista y a la interventoría que extendieran el horario para finiquitar con esta construcción.
Juan Manuel Vargas / EL TIEMPO
En jornadas extendidas, más de 500 obreros trabajaron durante 15 meses para ponerle acelerador a la obra, que llevaba ocho años de retrasos.
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La obra se había convertido en un monumento de la ineficiencia en la contratación pública, pues llevaba una década de retrasos y había generado cuellos de botella en el sector del Chicó, en Chapinero, donde está ubicada.
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El intercambiador vial permitirá realizar 18 giros y eliminará 7 cruces semafóricos que se encontraban en este punto de la calle 94 con avenida NQS.
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Una de las grandes trabas que presentó el deprimido fue la adecuación de un tubo matriz de la red Tibitoc del Acueducto, que surte de agua a más de cuatro millones de habitantes.
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Ese lío se arregló a principios del año pasado, cuando el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) gestionó el desvío de 725 metros de la red matriz para que la obra se destrabara.
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Para la cimentación del deprimido se construyeron 16.592 metros de pilotes, lo que corresponde a 76 veces la altura del Edificio Colpatria.
Hugo Parra / EL TIEMPO
Trabajadores estarán realizando trabajos de pintura, corte de césped, instalando luminarias, haciendo arreglos pendientes, entre otros.
Hugo Parra / EL TIEMPO
Ingreso por la carrera 30 hacia el norte, para tomar la avenida 19 al oriente, al occidente o retornar al sur.
Hugo Parra / EL TIEMPO
Así luce por dentro el deprimido de la calle 94, al que se le están realizando acabados.
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Sobre algunos de los carriles, hay taches en el suelo para demarcar le paso y el giro que se puede realizar.