Para conjurar la crisis de recolección y transporte de las basuras que generó en algunas zonas de la ciudad el cese de actividades de unos 300 trabajadores de la empresa Aguas de Bogotá, la Alcaldía decretó por 13 días emergencia ambiental y sanitaria en el Distrito.
La medida fue adoptada tras las protestas que comenzaron el miércoles, cuando un grupo de operarios se tomó el centro de operaciones del aseo e impidió la salida de camiones a los trabajadores que sí querían cumplir con sus turnos de trabajo. Se afectaron 63 vehículos, lo que impactó la prestación del servicio.
“Se hace necesario decretar la emergencia ambiental y sanitaria porque la Constitución establece claramente que tenemos la obligación de proteger la vida y la salud de los ciudadanos y, por supuesto, todas las toneladas de basura que no se han recogido ponen en riesgo la salud de la población”, dijo el alcalde Enrique Peñalosa.
La declaratoria de emergencia le permitirá al Distrito contratar personal y camiones para recoger residuos y blindar a la ciudad de los posibles bloqueos. “Vamos a utilizar todos los medios necesarios para poner orden. De ninguna manera vamos a permitir que este grupo minoritario violento vaya a cometer sabotajes e impida que llevemos a cabo la limpieza de la ciudad”, afirmó Peñalosa.
La medida irá desde este viernes y hasta el 13 de febrero, un día después de la fecha prevista para que los nuevos operadores del aseo asuman la recolección y transporte de los residuos en las cinco Áreas de Servicio Exclusivo (ASE).
Según el informe entregado por la Alcaldía, cerca de 1’590.000 suscriptores se verían afectados con la recolección de basuras en una amplia zona de la ciudad que contempla las 12 localidades que están asignadas a Aguas de Bogotá: Chapinero, Teusaquillo, Barrios Unidos, Los Mártires, Engativá, Fontibón, Santa Fe, Antonio Nariño, San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe, Usme y La Candelaria.
La Administración explicó que el Distrito ya ha hecho contrataciones para enfrentar la situación y el Ejército Nacional presta su apoyo con camiones para ayudar en la recolección de basuras mientras los nuevos operadores asumen el aseo.
En la ciudad diariamente se recogen 6.300 toneladas de basura que van al relleno sanitario de Doña Juana, de las cuales en el área afectada se generan 2.700 toneladas.
Este jueves, en medio de las protestas protagonizadas por algunos operarios y miembros de los sindicatos, 18 conductores fueron amenazados por intentar sacar los camiones recolectores. Un bombero resultó herido.
Estas facultades especiales se pueden tomar debido a que un grupo de sindicalistas llevó a los trabajadores al cese de actividades y a bloquear la salida de camiones compactadores a tal punto que tuvo que intervenir el Escuadrón Antidisturbios (Esmad) para retomar el control.
Por ahora, las zonas más afectadas son la carrera 30, la avenida troncal Caracas, la calle 13, el centro ampliado de la ciudad, las localidades de San Cristóbal y Usme. El día más difícil será el sábado, cuando salgan a la calle los residuos de la zona industrial.
Aguas de Bogotá arrancó como una compañía comercial de la Empresa de Acueducto de Bogotá y en el 2012 el entonces alcalde Gustavo Petro la utilizó para establecer un modelo de aseo que en principio buscaba entregarle el 100 por ciento de la recolección de las basuras.
El camino que utilizó Petro fue promover que la junta directiva de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado modificara el objeto social de la compañía para agregarle el servicio de aseo. Después de eso, el Acueducto utilizó su filial para operar el servicio.
En octubre del año pasado, se hizo público un fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca según el cual la junta del Acueducto no tenía facultad para modificar el objeto social, y entonces Aguas de Bogotá quedó en el limbo como operador de aseo. Esa compañía, que tiene a su cargo la recolección y transporte de las basuras en el 52 por ciento de la ciudad, y que había anunciado que se presentaría a la licitación de aseo, no obtuvo las pólizas y se quedó por fuera del negocio.
Desde entonces, los 19 sindicatos de Aguas de Bogotá protestaron ante la posibilidad de que más de 2.700 trabajadores se quedaran cesantes, pero, de otro lado, impidieron que los operarios mandaran sus hojas de vida a los nuevos operadores.
El punto más alto de la protesta fue el miércoles en la noche, cuando un grupo de trabajadores y los sindicalistas se tomaron el centro de operaciones.
BOGOTÁ
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