Han pasado más de 80 años sin que las dos torres de estilo gótico de la iglesia La Porciúncula –que se ubica en la calle 72 con carrera 11– hayan recibido mantenimiento. El paso del tiempo es evidente.
A simple vista las torres o agujas góticas se ven inclinadas, algunas de sus partes o latas exteriores han empezado a caerse, el comején ha hecho de las suyas y varias vigas están podridas por dentro, según informó el párroco Humberto Ávila, representante legal de la iglesia.
La situación, que se había reportado en la administración del exalcalde Gustavo Petro, se tornó preocupante desde el 17 de agosto pasado, día en el que, por los fuertes vientos, las dos torres de La Porciúncula resultaron afectadas.
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“Los frailes que construyeron la iglesia y con ella, las torres, utilizaron madera para erguirlas; esta madera, por el paso de los años, se ha ido pudriendo y están cediendo. Necesitamos repararlas, tanto por dentro como por fuera, porque las torres se están desbaratando”, así lo denunció el párroco Humberto Ávila.
Proceso de restauraciónEl sacerdote Ávila, quien llegó a dirigir la parroquia y el templo de La Porciúncula hace un año, informó que la comunidad franciscana ya les proporcionó el arquitecto e ingeniero que realizarán el diseño y las modificaciones a diferentes iglesias de su comunidad, ya que tienen experiencia con edificaciones que son, además, patrimonio del Distrito.
En ese sentido, el párroco aseguró que tramitó la solicitud de permiso de restauración ante el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), quienes deberán establecer qué tan prudente es la propuesta del párroco de quitar toda la estructura de madera de las torres y reconstruirlas con piezas metálicas.
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Pero mientras esto sucede, la parroquia también necesita que el IDPC les autorice instalar una malla alrededor de las dos torres para evitar que material como las latas caigan sobre personas o inmuebles. Además, también tendrán que tener autorización para cerrar la vía durante la intervención.
EL TIEMPO ZONA consultó a dicha entidad a fin de conocer cómo iba el estudio para establecer las condiciones de intervención del templo, pero manifestaron que hasta el momento solo tienen un reporte del 2013 en el que se afirma que: “No hay ningún tipo de afectación estructural”, y aclaran que no les ha llegado ninguna solicitud del párroco Humberto Ávila con relación a las dos torres.
Para realizar todas estas modificaciones y prevenciones, la comunidad de La Porciúncula ha tenido que acudir a sus feligreses para reunir el presupuesto suficiente. Aunque Ávila desconoce cuánto le costaría la restauración, ya ha organizado un grupo de asuntos económicos con sus feligreses, aunque dice que son pocos, pues “es población flotante, que como vienen, se van”.
El sacerdote también abrió una cuenta de ahorros en Bancolombia para recibir donaciones, las cuales se pueden hacer al número: 662-655935-34.
Otros males del temploEl próximo año, La Porciúncula estará celebrando 72 años de la construcción, solo de la parroquia, y para esta comunidad religiosa es muy decepcionante que no solo el templo tenga problemas de deterioro, sino que también tenga problemas de inseguridad.
“Es el colmo que a las seis de la mañana un habitante de calle, con cuchillo en mano, entre al templo y atraque a la gente que está en oración y no podamos hacer nada”, mencionó Ávila, quien también denunció que incluso han profanado la Virgen de Santa Marta.
Al parecer, hay habitantes de calle que han raspado la imagen de la Virgen para utilizar el yeso como sustancias de consumo psicoactivas. “Me preocupa que estemos a merced de ellos”, comentó el párroco.
Las agujas góticas de La Porciúncula tienen más de 80 años sin ser restauradas.
LEIDY TATIANA ROJAS
Redacción EL TIEMPO ZONA
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