Luego de que la Unidad Administrativa Especial de Gestión del Riesgo de Desastres (UAEGRD), y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) hicieron ayer un sobrevuelo sobre las cuentas alta, media y baja del río Bogotá, encontraron que había desbordamientos y altos niveles de riesgo en cuatro municipios de Cundinamarca.
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Las fuertes lluvias que ha traído el fenómeno de la Niña han provocado varias emergencias, una de las más recientes es el desbordamiento del río en la cuenca alta en municipios como Sopó, Tocancipá, Gachancipá y Chía, en donde ya hubo afectación de cultivos y predios.
Por esta razón, el alto nivel de riesgo en esos lugares se suma a la alerta roja que las autoridades ya habían establecido en la cuenca baja del río.
Con el fin de mitigar la emergencia, entre las primeras medidas para el desbordamiento en esos municipios se hizo la apertura controlada y total de las compuertas de la represa de Alicachín, que según las autoridades aliviará el cauce del río hacia el salto del Tequendama. También se iniciaron acciones de prevención en articulación con organismos de primera respuesta como el Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca.
Tampoco descartan la posibilidad de eventuales evacuaciones, y por eso le sugieren a la ciudadanía mantenerse alerta, así como al tanto de la información y recomendaciones de las autoridades.
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Además, la Administración del departamento decidió instaurar un Puesto de Mando Unificado (PMU), virtual y permanente, para monitorear la situación en 46 municipios, además de tomar decisiones y acciones con respecto al incremento de los niveles.
El gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, informó que extendieron los monitoreos hasta la cuenca baja del río Bogotá y hasta el río Magdalena. Además, aseguró que en trabajo conjunto les están haciendo seguimiento a los embalses del Sisga y Tominé para que de manera articulada y controlada puedan mantener los niveles, y así evitar una emergencia mayor.
“Es importante anotar que también se le hace un seguimiento al estado de los jarillones, y también debemos reconocer el trabajo de la CAR en la adecuación hidráulica del río, que ha hecho que los efectos que tengamos hasta este momento sean mínimos frente a los que hubiéramos podido tener en otros escenarios”, dijo García.
Por su parte, Luis Carlos Segura, alcalde de Chía, sostuvo que el Consejo Municipal para la Gestión del Riesgo ha venido haciendo un monitoreo constante y permanente de los ríos. “El río Bogotá está en aumento y anunciamos alerta amarilla. En este momento, en nuestro territorio no se presenta ningún tipo de desbordamiento; sin embargo, tenemos cuatro puntos de medición: Almaviva, la Universidad de La Sabana, Samaria y Guaymaral”.
Diana Ospina, ingeniera ambiental y especialista en recursos hídricos, de la Universidad Manuela Beltrán, ante la situación, recomienda a la ciudadanía hacer barreras con bolsas de arena para la protección de cultivos o predios, no arrojar residuos sólidos a los cauces de los ríos y estar muy atentos a las indicaciones de las entidades emergencia.
Según el informe de lluvias de noviembre a junio de la UAEGRD, en Cundinamarca han ocurrido más de 300 emergencias, ya son 97 los municipios afectados por deslizamientos, inundaciones, crecientes súbitas, granizadas y vendavales.
Cabe recordar que como resultado de estos eventos 17 viviendas han sido destruidas y 961 averiadas. Además, ha habido afectación en 741 vías, 56 puentes vehiculares y 31 peatonales en todo el departamento.
REDACCIÓN BOGOTÁ