El taxímetro del desaseo de los bogotanos marca 37 millones de pesos al día. Eso es lo que cuesta recoger 203 toneladas de basura de los sumideros y la red de alcantarillado.
Plásticos, pañales usados, grasas, residuos de construcción, empaques de comida, colchones, sofás, tapetes, llantas y piezas de electrodomésticos son solo algunos de los miles de elementos que obstruyen las rejillas (sumideros), pozos y canales de la ciudad.
Si tenemos en cuenta que los operarios trabajan ocho horas al día, el promedio por hora es de 25 toneladas de todo tipo de desperdicios, que terminan en los sumideros por donde debe drenar el agua lluvia y en la red de alcantarillado.
En los últimos 18 meses se han retirado 110.000 toneladas de este tipo de basura, que nunca debió estar en la red de alcantarillado, pero que llegó allí porque ciudadanos inescrupulosos los arrojan en los canales directamente o en las calles, y con las lluvias terminan tapando los sumideros de la ciudad.
¿El costo?: 20.000 millones de pesos en año y medio. Eso es 1.111 millones de pesos al mes. Una plata con la que se podrían construir las redes para llevar agua a 8.000 personas.
Para tratar de minimizar al máximo los encharcamientos e inundaciones que se producen con la lluvia y por la obstrucción que generan estas basuras, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá vive en una ‘limpiatón’ permanente para intentar mantener despejados, sin lograrlo, los puntos críticos de las principales vías de la ciudad.
La magnitud de la labor en una ciudad como Bogotá, que tiene 15.500 kilómetros de carril de vías, es de tal envergadura que la labor de aseo se ha concentrado en 700 kilómetros identificados como los más críticos, especialmente en corredores viales, donde hay más de 170.000 sumideros. Dicen los operarios que eso equivale a la distancia de Bogotá a Pasto.
Este trabajo se ha convertido en uno de los mayores dolores de cabeza del Acueducto, que tiene que destinar para estas labores de aseo, de manera permanente, 500 personas entre operarios directos del acueducto y otros en un convenio con Aguas de Bogotá.
Así que cuando usted vea una vía encharcada o inundada, antes de quejarse, pregúntese si ha contribuido a obstruir las alcantarillas con los desechos de alguna remodelación, con esos muebles viejos que acaba de reemplazar, con la llanta del carro que se pinchó o con la basura que por pereza dejó abandonada en el andén frente a la casa o edificio de sus vecinos.
1. No arrojar basuras a los canales, quebradas o ríos.
2. No dejar escombros en la ronda de ríos y quebradas.
3. No entregar escombros a personas diferentes a los operadores de aseo.
4. En los edificios, mantener en perfecto estado y limpias rejillas y cajas de inspección que permiten el drenaje de los garajes y sótanos.
5. En canales y bajantes de las viviendas, los tubos de las fachadas para el desagüe normal de las cubiertas deben permanecer libres de basuras.
6. En tejados y cubiertas se debe revisar el estado de las tejas y marquesinas.
7. Mantener los patios limpios y libres de objetos que tapen los sifones.
8. Evitar que las hojas y ramas que se desprenden con las lluvias y el viento lleguen a los sifones.
9. No arrojar preservativos, toallas higiénicas y papel higiénico en los sanitarios porque taponan las tuberías internas.
10. Evitar que se acumule cabello en sifones de la ducha o residuos de la afeitada en los lavamanos.
11. Evitar que se vayan por el sifón del lavaplatos sobrantes de comida que taponan las tuberías.
12. No arrojar aceite de cocina o grasa al lavaplatos pues se pueden compactar en las redes.
BOGOTÁ