Dos días llevan en alerta amarilla ocho barrios de cuatro Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ) de la localidad de Kennedy. Sin embargo, varios de los sectores con esa medida de protección, como María Paz, parecen zonas libres del nuevo coronavirus.
El movimiento de personas a eso de las dos de la tarde de ayer era constante en inmediaciones de Corabastos. Vendedores ambulantes, mecánicos, conductores, tiendas abiertas, habitantes de calle sin tapabocas, transeúntes, motociclistas.
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Al frente de una de las entradas de Corabastos, un hombre intenta vender un parqués. “Prefiero morirme de coronavirus y no de hambre, la situación está muy dura. Yo vivo con mi esposa en Bosa, pagamos $ 600.000 de arriendo, me quedé sin trabajo y dicen que le ayudan a uno pero nadie lo ayuda a uno, es mentira”, lamenta Carlos, de 60 años.
Él es apenas uno de los tantos ciudadanos que a diario salen a esta zona de la ciudad a conseguir algo de dinero.
La circulación de personas, la alta densidad poblacional que hay en el sector, y la entrada y salida de camiones que traen al día un promedio de 10.000 toneladas de alimentos de varios municipios de Cundinamarca y otros departamentos, convierten a esta central de abastos, la más grande del país, en un punto de especial atención por la pandemia.
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La Secretaría de Salud ha confirmado hasta el momento 14 casos positivos allí, por lo que han implementado medidas sanitarias como 500 lavamanos con dispensadores de jabón que están distribuidos por todas las instalaciones.
Se habilitaron dos puntos de primeros auxilios que tienen ambulancias dispuestas las 24 horas y hay un equipo de 16 profesionales de la salud que están en las instalaciones durante toda la jornada.
“Se han tomado medidas, pero han sido insuficientes. No podemos permitir que Corabastos se convierta en un riesgo para la salud de Bogotá, pero tampoco la vamos a dejar desabastecida de alimentos. Estamos trabajando para disminuir la afluencia de personas, para hacer control de los vehículos que entran y salen”, explicó el secretario de Salud, Alejandro Gómez.
Una de esas acciones será limitar la operación de la central al 35 por ciento de su capacidad, tal y como lo está haciendo TransMilenio. Así lo explicó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

Cerca de la central de abastos, camiones como estos llevan un mensaje de la alcaldesa a la ciudadanía.
Óscar Murillo. EL TIEMPO
“Como parte de medidas de #AlertaNaranja en Kennedy hemos acordado con Ministerio de Agricultura, Gobernación Cundinamarca, Alcaldía y Corabastos reforzar protocolos de bioseguridad para que la central pueda operar, de manera similar a TransMilenio, a un 35% para mitigar riesgos”.
Si esto no da resultados, el secretario de Salud manifestó: “Tendremos que tener medidas más drásticas”.
Por su parte, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, dejó ver su preocupación sobre lo que está ocurriendo en Corabastos al mencionar que pone en riesgo a las poblaciones vecinas que surten de alimentos la ciudad.
“Queremos ratificar la importancia de nuestros campesinos, están haciendo todo para continuar con el abastecimiento no solo en Cundinamarca, sino también en Bogotá, pero notamos con preocupación que muchos casos de municipios que eran no covid provienen de campesinos que con esfuerzo y dedicación han ido a Corabastos”, se lamentó García.
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La alcaldesa de Bogotá, atenta a la preocupación del gobernador, le dijo que va a unir esfuerzos “hasta que logremos que se apliquen rigurosamente protocolos de bioseguridad en la central para sus usuarios y vecinos”.
Una de las alternativas para garantizar que la central de abastos opere sin poner en riesgo la salud de quienes trabajan o van allí la propone Jairo Jarrín, profesor investigador de la Universidad de la Sabana y jefe del Departamento de Gestión de operaciones de la Eica.
“Una forma de aliviar las posibilidades de contagio y así mismo optimizar la operación logística de Corabastos es descentralizar la operación habilitando otras instalaciones alternas tales como: Paloquemao, Codabas, Plataforma de Lucero”, sugirió.
El gobernador García agregó que esas centrales alternas deberían adecuarse en los ingresos de la ciudad y ser alimentadas “con un sistema de transporta más liviano que permita tener menos recorridos y menor contacto con la población que a diario nos lleva nuestro alimento a la casa”.
Otra necesidad, según mencionó Jarrín, es que se implementen prácticas logísticas "tales como la entrega certificada, lo cual ayudaría a agilizar los procesos de cargue y descargue, y al disminuir los tiempos se disminuye el tiempo de exposición al virus y por supuesto se gana en eficiencia operativa", sugirió.
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Contagio en la zonaTres camiones que van en fila india en medio de un trancón al frente de un ingreso de Corabastos están reproduciendo en alto volumen un mensaje de la alcaldesa Claudia López, en el que invita a la ciudadanía a quedarse en casa y les explica qué significa la alerta naranja en la que se encuentra la zona.
Los camiones son de la Alcaldía, y además del audio de la mandataria, tienen un mensaje escrito en mayúscula: ‘ALERTA NARANJA. ZONA DE ALTO CONTAGIO de coronavirus. Quédese en casa’.
“Si no trabajo no pago la pieza esta noche”, cuenta Jesús Gutiérrez, de 40 años, y vendedor de frutas y verduras en una carretilla a las afueras de la central de abastos.
“El Gobierno no me ha dado ni un auxilio, nada; en este sector hay mucha gente que salimos con productos a vender, es un riesgo muy bravo porque uno no sabe quién está contaminado, aquí la única es ponerse tapabocas y echarse limón en las manos porque no hay para limpiarse bien”, contó Gutiérrez.
Justamente, medidas como la alerta naranja buscan proteger las zonas aledañas de Corabastos pero, según los testimonios de quienes están por ahí, la gente está saliendo, aunque no quieran, para conseguir su sustento.
“Desde esta noche (ayer) empezamos a trabajar en conjunto para implementar un modelo de operación con mejor bioseguridad para todos los usuarios y vecinos en Corabastos. Aseguraremos mantener adecuado abastecimiento alimentario en la ciudad, pero a la vez mitigar el contagio en la zona”, señaló López.
Óscar Murillo Mojica
EL TIEMPO
Twitter: @oscarmurillom
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