Filas de personas en los supermercados que compran papel higiénico más por un acto de imitación que por conciencia real sobre sus necesidades, personas que se sienten tristes y desesperanzadas, otras que buscan información cada segundo sobre la pandemia del covid -19. Una especie de pánico se percibe en algunos sectores comerciales de Bogotá.
En los supermercados se hacen filas interminables, aunque nadie de manera oficial ha informado sobre desabastecimientos de víveres. Los comportamientos de los compradores que denotan algo de egoísmo pululan; algo raro flota en el ambiente, además del virus.
“Estaba en el supermercado y quería comprar una libra de arroz, pero una señora cogió todos los paquetes que quedaban y los echó en su carro. Aunque se dio cuenta de que yo necesitaba uno, no quiso cedérmelo. Me dio como tristeza”, contó Lilia Gómez, residente de Cedritos.
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El pánico también se percibía en las oficinas antes de que muchos empleados comenzaran a cumplir con sus funciones a través del teletrabajo. “Una compañera de puesto nos tenía desesperados porque decía que la empresa nada que definía si nos podíamos ir a la casa o qué medidas iba a tomar. Se la pasaba leyendo cosas trágicas del virus y noticias falsas. Ese día no rindió nada. Nos hizo perder una jornada de trabajo”, contó Andrés, quien trabaja en una oficina bancaria.
Los niños –ahora confinados en sus casas– se han llenado de miedo y las ideas catastróficas son reforzadas por sus padres, que no dejan de hablar de la pandemia, y por los medios de comunicación, cuyas informaciones brotan a través de todos los canales posibles.
“Mi hijo me ha preguntado que si todos nos vamos a morir, que qué le va a pasar a las abuelas”, contó Karen, quien ha tenido que consolar a sus pequeños en varias ocasiones.
Si a todo esto se le suma la información falsa que circula por las redes sociales, hay que decir que no es raro que la salud mental de la gente se vea afectada por estos días. “Lo más difícil es aguantarse los chistes y las burlas de los demás cuando uno hace cosas para liberarse de la ansiedad. A veces eso es lo único que nos hace sentir mejor. El encierro ha sido muy duro para mí. Me ha servido desconectarme y meditar en las crisis”, dijo Sofía, una joven con trastorno de ansiedad.
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Por todo esto, EL TIEMPO consultó a varios expertos en psicología y psiquiatría para que nos explicaran cómo se puede entender esta situación generalizada que muchos han descrito como un miedo al fin del mundo.
Según la psicóloga clínica, especialista y magíster de la fundación universitaria Konrad Lorenz Andrea Monroy, el trastorno del que sí se puede hablar en una situación como la actual es de un trastorno de ciudad llamado ansiedad generalizada. “Lo que sucede es que las personas invierten muchas horas del día dándole vueltas al tema y en preocuparse por una misma situación. Esto genera agotamiento físico y emocional”.
Monroy explica que las personas se sienten en un evento incontrolable que, además, no pueden solucionar. “Esta es una preocupación actual de los profesionales de la salud mental, pues las personas que sufren de ansiedad están intensificando sus síntomas y su malestar”. La experta recomienda tener en cuenta que líneas como la 106 o la 123 están dispuestas a escuchar situaciones psicológicas que lo ameriten. “Es importante que se garantice este servicio”.
Guillermo Mendoza Vélez, médico psiquiatra, máster en salud mental, de la institución de Salud Mental y Emocional, coincide en afirmar que no existe como tal el trastorno de fin del mundo, en cambio sí una situación de pánico en masa que se genera ante las alarmas por ciertos eventos. “No es la primera vez que pasa. Los más religiosos quizá hablan de ‘señales’. Cada año hay un fin del mundo. Desde el 2012 escucho eso todos los años. Primero fue el tema de los mayas, luego los meteoritos, en el 2018 fue la segunda venida de Cristo. Ah, y también se dijo que el 9-11-2001 era una señal del fin de los tiempos”.
Las personas invierten muchas horas del día dándole vueltas al tema y en preocuparse por una misma situación. Esto genera agotamiento físico y emocional
El psiquiatra explicó que los más expuestos a enfermar son aquellas personas que tienen ideas obsesivas del fin de mundo, ya sean sueltas o enmarcadas en alguna enfermedad como el trastorno obsesivo-compulsivo o, más frecuentemente, el trastorno de ansiedad generalizada.
“En individuos ansiosos, este tipo de noticias activan lo que llamamos ‘ideas catastróficas’, que pueden ser de cualquier tipo. Claro, con las noticias del virus, el pánico es peor”.
Otros expertos prevén que los casos de depresión sí se pueden incrementar en estos días. El psiquiatra Rodrigo Córdoba explicó que algunas personas con cuadros depresivos o visiones de cataclismo sí se podrán ver afectadas por el contexto actual. “Es posible que aumenten los cuadros depresivos y las depresiones con síntomas psicóticos. Estamos en un momento de mucho realismo y tenemos que darle algún sentido”.
Córdoba agregó que la gente debe comprender que todas las medidas que se están tomando son para salir adelante, para pasar la calle, para estar del otro lado. “La esperanza es absolutamente necesaria, pero hay que entender que algunas personas con visiones melancólicas requieren ayuda profesional”.
Según la Secretaría de Salud, el acceso a un alto volumen de información en redes sociales y otros medios sobre el COVID-19 puede generar cuadros de tristeza, irritabilidad, ansiedad o pánico.Por eso la entidad hace un llamado a la calma a la ciudadanía y la invita a comunicarse con la línea 106 en caso de presentar alguna afectación de tipo mental.
Según la Organización Mundial de la Salud las epidemias producen un impacto mental en las poblaciones afectadas. La continua exposición a mensajes relacionados con el riesgo, sumado a los cambios que se generan en los hábitos que se deben adoptar y el miedo a la enfermedad, generan preocupación y estrés en la ciudadanía.
Explicaron que algunas personas pueden llegar a presentar cuadros de tristeza, irritabilidad, ansiedad o pánico durante este tipo de momentos. Por eso la entidad hace una llamado a la calma y destaca la importancia de cuidar nuestra
salud mental. Para ello, entrega algunas recomendaciones:
1. Convierta el aislamiento en una oportunidad: si está en casa, usted
puede:
• Contribuir al desarrollo de las actividades escolares de sus familiares.
• Desarrollar labores conjuntas de ocio: juegos de azar, compartir una película,
realizar actividad física dentro de su vivienda, terminar actividades
pendientes en el hogar, entre otros.
• Comunicarse con parientes telefónicamente.
• Compartir las actividades domésticas.
• Desarrollar actividades en solitario de ocio o trabajo que respondan a sus
intereses.
2. Prevenir la ansiedad:
Es recomendable realizar ejercicio, dormir lo
suficiente, evitar el consumo de bebidas alcohólicas, tabaco u otras
sustancias psicoactivas.
3. Interpretación adecuada de la información: infórmese sobre el COVID-19
a través de canales oficiales y no comparta información no verificada.
4. Comunicarse con los niños, niñas y adolescentes:
Hágalo con información sencilla, honesta y apropiada para la edad sin generar pánico.
5. Evitar modelos de comportamientos que generen ansiedad en terceros.
Los niños, niñas y adolescentes buscan y copian reacciones emocionales de
los adultos para manejar sus propias impresiones. No tener comportamientos
que conduzcan a la angustia y la ansiedad de terceros.
6. Buscar ayuda ante la ansiedad, la irritabilidad o la tristeza prolongada y
persistente. La ciudadanía puede acudir a la línea 106 de la Secretaría
Distrital de Salud, donde podrá recibir ayuda, intervención psicosocial y/o
soporte en crisis no presencial. También está a disposición el chat de
WhatsApp -300 754 8933- para que a través del chat profesionales de la
salud puedan resolver inquietudes.*Desde el 6 de marzo y hasta la fecha, la línea 106 ha atendido 263 usuarios para
orientarlos frente al tema del COVID 19.
CÁROL MALAVER
Twitter: @CarolMalaver
EL TIEMPO