Apesar de que las consultas por complicaciones en el trabajo de parto y enfermedades en el sistema digestivo también se duplicaron, las autoridades alertaron sobre un incremento de más del 50 por ciento en diagnósticos del virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Para el 2018, la red de servicios de salud de Bogotá atendió 1.004 consultas relacionadas con este virus, mientras que en el 2019 la cifra ascendió a 2.171.
Los datos fueron revelados en el informe de visita de control fiscal entregado por la Contraloría Distrital. Este documento es el resultado de la revisión del manejo de los recursos para la atención de la población migrante venezolana por la Secretaría Distrital de Salud.
Según las cifras presentadas por el organismo de control, durante el año pasado la red de salud de Bogotá atendió a 50.339 venezolanos. La prestación de estos servicios se concentró en tres localidades: Puente Aranda, Kennedy y Fontibón. Además, las subredes con mayor atención fueron las de Centro Oriente, que registró 16.641 pacientes, y la de Sur Occidente, con 15.766.
Es interesante que varios diagnósticos duplicaron la cifra en tan solo un año, hecho que obligó al Gobierno Nacional a redoblar esfuerzos en materia económica: para el 2019 invirtió más de 18.000 millones de pesos en la atención de la población venezolana en Bogotá.
De esta cifra, el 30 por ciento fue un aporte hecho por el Ministerio de Salud y Protección Social, y el 70 por ciento restante fue producto de una asignación realizada por el Distrito.
Pero ¿a dónde fue este dinero? Solo las atenciones de diagnósticos relacionados con enfermedades durante el embarazo o el parto requirieron un monto de más 238.000 millones de pesos durante el 2019, mientras que para el 2018 la inversión fue de poco más de 94.000 millones de pesos.
Y es que las atenciones en esta materia pasaron de 2.387 a 6.931; además, la Contraloría advirtió que el promedio de controles prenatales con los que llegan las maternas venezolanas al parto disminuyó, pasando de 2,35 controles por nacido atendido vivo a principios del 2019 a tan solo 1,87.
El ente de control enfatizó en que es labor de la Secretaría de Salud evaluar esta línea decreciente para la formulación de políticas públicas. “Estos controles apuntan a intervenir de manera temprana los factores de riesgo que ponen en peligro el bienestar de la vida del hijo y de la madre”, señala el informe, que también resalta que es una acción para impedir “mortalidades evitables”.
En este ámbito, el documento destaca que la población venezolana de entre cero y cuatro años fue la que más requirió atención en salud durante el último año: más de 14.000 niños y niñas fueron valorados.
Sin embargo, este grupo no fue el único que requirió atención; aparte de las consultas relacionadas con embarazos, partos y neonatos, otro diagnóstico que duplicó las cifras fue el de síntomas o signos de enfermedades en el sistema digestivo y abdomen, que para el 2018 registraron un total de 2.464 atenciones, mientras que el año pasado el número llegó a 4.956.
Durante esta vigencia, las valoraciones de este tipo tuvieron una inversión de más de 244.000 millones de pesos.
Adicionalmente, el servicio de hospitalización tuvo un incremento del 57 por ciento. La atención materna, los partos y las enfermedades del sistema digestivo fueron las principales causas.
Este informe también hace un análisis detallado de los procedimientos con mayor número de valoraciones. En este ítem se destaca el servicio de laboratorio clínico, que en el 2019 realizó 28.262 hemogramas o análisis de sangre y más de 15.000 pruebas para diagnosticar o descartar enfermedades relacionadas con el sistema urinario.
La prestación de servicios de urgencias también aumentó un 48 por ciento en el 2019, en comparación con el año anterior. Una de las enfermedades más consultadas en este rango fueron las causadas por infecciones agudas de las vías respiratorias.
La Contraloría de Bogotá resaltó que el Distrito administró los recursos de manera oportuna, y enfatizó en que el servicio cumplió con todas las normas exigidas en el marco de la atención a migrantes, en este caso de la población venezolana.
Por último, el informe determinó que, de acuerdo con la información revisada, no existen hallazgos por los cuales la Secretaría de Salud deba presentar respuesta o plan de manejo.
REDACCIÓN BOGOTÁ
EL TIEMPO
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