El contralor distrital, Juan Carlos Granados, está en el ojo del huracán por los señalamientos que se le hacen por supuestos dineros que la firma habría entregado para su campaña a la Gobernación de Boyacá, por las acusaciones de crear una nómina paralela en la entidad que hoy maneja, otra más que le adelanta la Contraloría General en un proceso de responsabilidad fiscal por presuntas irregularidades en el manejo de recursos cuando fue Gobernador y por su aparente relación con el llamado ‘cartel de la toga’.
En diálogo con EL TIEMPO, Granados responde a cada una de las acusaciones, dice que varias de ellas son represalias por sus decisiones, que no fue él quien contrató a la hija del magistrado Leonidas Bustos y que no renuncia al cargo, pese a la solicitud de varios concejales en ese sentido.
A usted se le señala de haber recibido 200 millones de pesos para su campaña a la Gobernación de Boyacá por parte de la firma Odebrecht.
Primero, el señor Federico Gaviria (quien hace los señalamientos), de acuerdo con lo que se conoce por algunos medios de comunicación, dijo que un exsenador había pedido plata en una reunión para mi campaña y que en una siguiente reunión, en compañía del presidente de Odebrecht, Luiz Bueno, le habría entregado 200 millones de pesos para la campaña a la gobernación. El señor Gaviria ni siquiera dice que me entregó o que yo pedí. Y que era para una campaña, que también es una persona distinta...
¿Por qué distinta?
Porque es una organización que tiene su representante, que se inscribe en el Consejo Nacional Electoral y que, como en el caso presidencial, se separa entre el candidato y la campaña las responsabilidades.
¿Pero como candidato no sabía de las platas que entraban a la campaña?
Sabía de los parámetros: que aportamos en términos familiares unos recursos y que recibíamos aportes de no más allá de 50 millones de pesos, nunca pasamos los topes y nunca recibimos de personas extranjeras.
Lo que dice el señor Federico Gaviria es que un tercero pidió y recibió plata para mi campaña y esa plata nunca llegó a mi campaña
¿Y quién certifica que eso nunca pasó?
Eso lo certifica el Consejo Nacional Electoral, que avaló las cuentas. Recibirle a una persona extranjera es una falta al proceso electoral. Lo que dice el señor Federico Gaviria es que un tercero pidió y recibió plata para mi campaña y esa plata nunca llegó a mi campaña; pero además, hoy dice que esa plata la entregó con el señor Luiz Bueno, presidente de Odebrecht Colombia. Ya se conocieron las declaraciones que ante la Corte y ante la Procuraduría hizo el señor Bueno, y dijo de manera muy puntual que a Plinio Olano no le dio un peso ni él pidió un peso. Y si Olano no pidió un peso ni le dieron un peso a él, mucho menos para una campaña para otros.
Pero esos dineros pudieron entrar sin que Ud. supiera...
No había posibilidad alguna. La campaña tuvo un valor de 980 millones de pesos, más o menos, y tenemos la totalidad de los egresos y de los ingresos y de quienes hicieron los aportes. Y fue avalado por el Consejo Nacional Electoral en el 2012.
¿Hay la posibilidad de que hubieran pedido plata en su nombre?
Esa posibilidad siempre está, pero no podría yo saberlo.
¿Cuál es su relación con el magistrado Leonidas Bustos y su hija Ximena, contratada en la Contraloría?
No tengo relación con el magistrado Bustos. Nunca como funcionario y menos como exfuncionario me solicitó favor alguno. Y si no fue como funcionario, pues no hay tráfico de influencias. Cuando yo llegué a la Contraloría ya estaba la señora Ximena Bustos. Ella está ahí nombrada el 2 de febrero del 2015 y yo llegué el 1.° de junio del 2016, más de año y medio después. A ella la nombró el contralor anterior.
¿Y a Yara Milena, la hija del magistrado Malo?
A ella sí la contraté por cinco meses por un valor de 25 millones de pesos en total. La conocí en Boyacá, desarrolló actividades de carácter social con la comunidad víctima de conflicto. Ella es psicóloga y en la Contraloría nos ayudaba al control fiscal en salud. Cuando resultó vinculada al proceso penal, le solicitamos no continuar.
¿Tenía Ud. alguna relación con el magistrado Malo?
Conozco al doctor Malo, sé quién es y más ahora tan publicitado, pero nunca he hablado con él.
¿Por qué lo quieren enredar con el ‘cartel de la toga’?
Porque encuentran que hay parientes de personas que para el momento que yo las contraté no tenían ningún problema. Tienen problema con posterioridad (...). Yo, como contralor, a pesar de haber sido aforado como gobernador y como congresista, nunca he tenido un proceso en la Corte Suprema y por eso nunca he tenido interés en ninguna decisión de ellos.
Otro señalamiento en su contra es la creación de una nómina paralela, y por lo cual la Procuraduría abrió una investigación.
La Contraloría tiene más de 1.100 personas de planta y nosotros contratamos 210 personas.
Conozco al doctor Malo, sé quién es y más ahora tan publicitado, pero nunca he hablado con él.
¿Eso no es nómina paralela?
No, eso es contratado en el marco del apoyo al control fiscal para las auditorías y un apoyo de otras personas a responsabilidad fiscal, porque había en riesgo varios procesos de prescripción y caducidad.
¿En esa nómina hay recomendadas de concejales o magistrados?
No hay personas referenciadas por ninguna de las entidades que me plantea. Hay sí personas que yo conozco en un buen porcentaje de Boyacá, porque he trabajado con ellos, porque conozco su trabajo. No hay recomendados de concejales, no hay recomendados de magistrados, no hay recomendado de servidor público alguno.
Cuesta trabajo creer que no hay recomendados políticos cuando esa ha sido la norma en la Contraloría...
Lo que se ha planteado es que son conocidos míos, referenciados míos, y se me acusa de traer boyacenses, cosa que sí es cierta.
¿Ha hablado con Olano?
No.
Pero él era muy cercano y fue ficha en su candidatura...
Yo primero hice política en Boyacá y Plinio (Olano), en Bogotá. Fui concejal, alcalde, representante a la Cámara y gobernador; y él fue representante por Bogotá y llegó a Boyacá cuando fue senador. Lo conozco porque era senador. Puedo asegurarle que en las únicas elecciones que estuvimos simultáneamente en ninguna parte coincidimos (...). Yo regreso al Partido Liberal con el apoyo de ‘la U’ cuando hago la gobernación.
Olano no fue clave porque todos los senadores de Boyacá, menos uno, estuvieron en mi campaña. Teníamos una ventaja significativa: sacamos 282.000 votos y el segundo apenas si llega a los 130.000. Lo que significa que yo tenía un favor popular importante y no necesitaba ni aportes excesivos ni necesitaba apoyos claves como el de Plinio.
¿Pero Olano es amigo suyo?
Es conocido mío porque hace política en Boyacá y, por supuesto, como respaldo ante el Gobierno Nacional siempre estuvo atento a la Gobernación.
¿Estuvo en alguna de las reuniones de las que habla Federico Gaviria a la Fiscalía?
Federico Gaviria dice que yo hice dos reuniones: una para plantear mi plan de desarrollo y el proyecto vial 7 Maravillas y que la hice como candidato. Esa reunión no es cierta. Yo estuve en una reunión en la que me presentan, no a Bueno, sino a Martorelli (expresidente de Odebrecht en Colombia) en el 2013. Él busca ser presentado. Ellos buscan la cita como hoy se entiende: que hablaron con todo el mundo. Lo que tuvieron con nosotros fue un interés de hacer una alianza público privada de una vía que había sido concesionada cuando yo era gobernador. Por eso Gaviria dice que yo había dicho que el Secretario de Planeación fuera el enlace, pero el Secretario no fue ningún enlace con Odebrecht, sino que tenía la obligación y la responsabilidad de todos los que quisieran hacer alianzas público privadas, empresas que no recuerdo, y ni siquiera recordaba esto de Odebrecht.
¿Qué papel jugaron en su gobernación?
Esas empresas que quisieron hacer vías, el edificio administrativo; concesionar los hoteles, unos predios para una cancha de golf no consiguieron nada, porque las circunstancias del departamento para un aporte del Estado era ninguno. Ni Odebrecht ni ninguna de las otras empresas lo obtuvieron.
Varios concejales le están pidiendo que renuncie, que dé un paso al costado. ¿Por qué no lo hace?
Porque se crearía una circunstancia de mal precedente: qué tal si una situación en la que se va enterando detalle a detalle se le arma una estrategia desde quienes se sienten incómodos por las decisiones, y ese funcionario se va haciendo a un lado, sería un terrible antecedente para la institucionalidad porque ese sería el modelo por seguir con fiscales o procuradores.
¿No queda maniatado para adelantar investigaciones?
No puedo responderle a ninguno de mis sujetos de control, porque no voy, en ese intento de provocación, a perder la competencia.
BOGOTÁ Y JUSTICIA