Aceptar los cargos por homicidio y hurto agravado y pedir perdón a la familia le valió a Jesús Alberto López Guerra una pena de apenas 13 años y seis meses de cárcel por haber asesinado a Juan Manuel Campo Kurmen, biólogo de la Universidad Nacional, el pasado 15 de octubre del 2017, durante un atraco.
Los hechos sucedieron en el puente peatonal de la estación de TransMilenio av. El Dorado, cuando López Guerra y Jhonatan Mendoza Beleño abordaron al biólogo y su novia, quien lo acompañaba. A ella le quitaron el bolso y los documentos. Sin embargo, Campo, quien acababa de graduarse con distinciones de una maestría en restauración y conservación de bosques, se resistió al atraco.
Fue entonces cuando López Guerra desenfundó el arma blanca para herir y enviar a su víctima al hospital Méderi, donde murió. Las autoridades, apoyadas en imágenes de cámaras de seguridad, tardaron dos meses para identificar a los agresores.
El lunes pasado, el atacante fue condenado a 162 meses de prisión, después de aceptar los cargos de homicidio y hurto agravado y llegar a un acuerdo con la familia de Campo.
Mireya Kurmen, madre de Juan, manifestó estar satisfecha con la condena. “Hicimos un preacuerdo en la audiencia anterior en donde decíamos que estábamos dispuestos a una rebaja de pena si los agresores se declaraban culpables y que nos sentiríamos satisfechos con la petición de perdón por parte de ellos”, explicó Mireya.
El lunes, en la audiencia de sentido de fallo en el Juzgado 14 Penal del Circuito, López Guerra se allanó a los cargos, mientras que Mendoza Beleño se declaró inocente. Este último no fue quien agredió a Juan; sin embargo, está siendo procesado por los mismos cargos que López.
“Él no se acogió, él se declaró inocente y perdió la oportunidad de la rebaja de la pena; él no mató, sino que robó, y seguramente no le cabe en la cabeza que por un robo vaya a recibir una condena tan alta”, explicó Mireya, quien agregó: “Ahí hay un cohecho, ambos fueron autores de un asesinato”, sostuvo.
Para esta madre, quien contó que su hijo quería sembrar un millón de árboles antes de sus 40 años, ninguna condena de prisión reparará su pérdida. Con su decisión de perdón, espera que el homicida deje a un lado la vida delictiva.
“En el fondo, más o menos tiempo en una cárcel no va a servir, lo que sirve es que el muchacho que mató a Juan de verdad tenga la idea de transformarse. Él tomó una decisión muy inteligente, no es una pena excesiva. En 14 años, e incluso antes, puede salir y estar presente para su hijo pequeño”, finalizó Mireya.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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