Para nadie es un secreto que TransMilenio atraviesa el peor momento de sus 15 años de existencia, pero tampoco se puede desconocer que si cada uno de los usuarios del sistema pusiera un poco de sí para mejorar ciertas actitudes, poco a poco se podría mejorar su servicio.
Por ejemplo, si los que se cuelan, pagaran su pasaje; si los que rayan los buses, no lo hicieran, y los que bloquean, no tomaran esa actitud, todos esos recursos económicos y todo el tiempo que allí se pierden se podrían utilizar en estrategias que mejorarían el servicio.
Reparar una puerta que ha sido bloqueada por algún usuario puede costar entre 17.000 pesos y 12 millones de pesos. Cada bus vandalizado deja de transitar por algunas horas, lo que genera que queden represados 1.400 usuarios que viajarían en el vehículo.
EL TIEMPO, TransMilenio y expertos en movilidad seleccionaron nueve pecados de los usuarios que de no cometerse, por lo menos durante un día, podrían aliviar un poco la movilidad e incidir en el bienestar de los usuarios.
Uno de los grandes problemas que tiene TransMilenio son los colados. Además de generar pérdidas en el sistema, dinero que tienen que pagar todos los bogotanos, generan percepción de inseguridad y desorden, y hacen que los buses vayan más llenos.
Aunque no hay una cifra oficial de cuántas son las personas que a diario se roban el pasaje, expertos en movilidad aseguran que puede ser del 20 por ciento del total de pasajeros, es decir, 200.000 evasores.
Desde el 30 de enero, cuando empezó a regir el nuevo Código de Policía, hasta el 31 de marzo, se han impuesto 3.008 comparendos, 2.113 por evadir el pago del pasaje y 895 por ingresar y salir de las estaciones y portales por sitios distintos a los autorizados.
Entre 17.000 pesos y 12 millones de pesos puede costar la reparación de una puerta que ha sido dañada por algún usuario que no deja cerrarla, a pesar de que el pito pide a gritos que la deje correr.
Hoy el sistema tiene 2.900 puertas automáticas, y durante el 2016 y en el primer trimestre del 2017, TransMilenio, con recursos de los ciudadanos, ha invertido 9.798 millones de pesos; de estos, 7.227 millones se han destinado a la reparación de daños ocasionados por el mal uso de los usuarios. No hay que olvidar que quienes ingresan colados al sistema abren las puertas a la fuerza, lo que hace que el mecanismo se dañe.
Bloquear TM se ha convertido, para muchas personas, en una excusa para ser escuchadas, así el reclamo no tenga que ver con el sistema. Este tipo de acciones afectan directamente a los pasajeros, pues deben vivir un estado de congestión y confusión. A esto se suma la pérdida de tiempo para estar con la familia, la llegada tarde a una cita médica o la pérdida de alguna opción de empleo.
4. Rayar las estacionesEn lo que va de este año, TransMilenio, con la plata de los bogotanos, ha pagado $ 58 millones para reparar los rayones a estaciones y buses del sistema. En un recorrido que hizo el TIEMPO, se encontró que una de las estaciones más vandalizadas es la de Banderas, pues varios vidrios y parte del ascensor que sirve para personas en condición de discapacidad están llenos de rayones. Una vieja frase de los abuelos decía: “Las paredes y las murallas son el papel del canalla”.
5. Invadir el carril exclusivoLa invasión del carril exclusivo de TransMilenio por parte de bicisuarios, motociclistas, conductores de carros particulares y oficiales, además de retrasar los servicios por los trancones que forman, representan un alto riesgo de accidentes, que en algunos casos hacen que se bloquee totalmente la operación. Tenga en cuenta que si es sorprendido invadiendo este carril, será multado con $ 368.900 y el vehículo sería inmovilizado.
6. Vendedores ambulantesEn un trayecto que incluye cinco paradas desde el portal Américas hasta Banderas, en un articulado se pueden subir hasta cuatro vendedores ambulantes, y aunque está prohibido, es normal verlos. En algunos casos, esta práctica perjudica la tranquilidad de los pasajeros, hace que el servicio se afecte, se genere un mayor desorden y aumente la percepción de inseguridad.
7. No hay cultura ciudadanaLa agresividad entre los mismos pasajeros, querer sentarse en las sillas así tengan que pasar por encima de los demás usuarios, no facilitarles las sillas azules a las personas que las necesitan o adelantarse en la fila también son acciones que se ven a diario y que perjudican el bienestar del usuario. A pesar de las campañas ciudadanas de sensibilización que promueve el Distrito, el verdadero cambio está en quienes usan a diario este sistema, demostrando cultura.
8. Vandalizar los busesCuando un bus es vandalizado (vidrios rotos o robo de extintores), debe ser enviado a los patios para que sean reparados y reemplazadas las piezas; esto significa que ese bus no puede continuar prestando el servicio hasta que sea reparado. En el caso de un biarticulado, al estar por fuera dos horas en la franja pico, deja de transportar a 1.400 usuarios que se ven afectados porque no pueden llegar a tiempo a sus lugares de trabajo o a sus hogares.
9. Falta de cariñoDurante varios años, TransMilenio no continuó con su proceso de crecimiento y eso contribuyó a su detrimento, pues la ciudad siguió expandiéndose y el transporte masivo se quedó en lo proyectado inicialmente. Hoy tiene 114 kilómetros y la proyección era que para 2016 se tuvieran más de 300 km de troncales.
JOHN CERÓN
Redactor de EL TIEMPO
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En Twitter @CeronBastidas
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